La conocida influencer caricaturizó en la Nochevieja de TVE la conocida imagen católica del Sagrado Corazón de Jesús.
Antes de comentar la estampita que enseñó la influencer Lalachus con una vaquilla -que caricaturizaba la conocida imagen católica del Sagrado Corazón de Jesús- hay que entender e interpretar adecuadamente (a mi juicio) el marco de lo ocurrido en la transmisión de las doce campanadas de la Puerta del Sol de Madrid en Televisión Española.
En primer lugar ¿quién es y qué representa Lalachus? Entre otras muchas cosas una mujer con evidente sobrepeso que reivindica que: “Ojalá que para el 2025 dejemos de opinar sobre los cuerpos ajenos, porque todos los cuerpos son válidos, del tamaño que sean”.
No voy a negar que es una humorista inteligente, cáustica, ocurrente, y que es muy atacada, y de forma más que grosera, en las redes por su obesidad; cuando -por ejemplo- a Alberto Chicote o Ibai Llanos en su papel de presentar las campanadas de Nochevieja no le ha supuesto crítica alguna su sobrepeso. Sin duda existe misoginia, y la habrá sufrido Lalachus a lo largo de su vida, lo cual es totalmente condenable y merece toda la empatía del mundo.
Pero no podemos mezclar conceptos. Su habitual ataque a los “gordofóbicos” reivindicando su imagen y derecho a la aceptación de la persona “gorda” va más allá de lo estético. Y el peso (nunca mejor dicho) de la evidencia científica es que desde el punto de vista médico la obesidad es una patología. La famosa Clínica Mayo, en una de sus publicaciones, expone que “La obesidad no es solo un problema estético. Es un problema médico que aumenta el riesgo para muchas otras enfermedades y problemas de salud (*)”.
Por lo tanto, convertir y reducir la obesidad de Lalachus a un ejemplo de libertad y de inclusividad de los “cuerpos diferentes” es un absurdo. Sí lo sería algún o alguna deportista de las Olimpiadas Paralímpicas, que son ejemplos de increíble superación.
Reivindicar el derecho al respeto de la persona obesa es una exigencia universal, también que los cánones de belleza no impongan una estética de perfeccionismo absurdo (ahí está Rubens). Pero promocionar la obesidad como estilo de vida es equivalente a presentar a una persona anoréxica como el derecho a disponer de su propio estilo de cuerpo.
[ads_google]div-gpt-ad-1623832500134-0[/ads_google]
Una vez que entendemos el perfil de Lalachus, la reivindicación de su imagen con una estampita con la imagen de una vaquilla del famoso concurso de Grand Prix se entiende. Que esa vaquilla lleve un Sagrado Corazón de Jesús para dar más fuerza iconográfica, y humorística ridiculizando esa conocida figura católica es otra cosa.
Los evangélicos no tenemos iconografía sagrada, y no nos afecta de lleno esta burla. Pero sí puedo entender a las personas de fe católica ofendidas por esta actuación, que es además innecesaria. Aunque la intención sea humorística refleja la misma insensibilidad que ella cuestiona.
Y surgen además multitud de cuestiones, como:
Pero dicho todo esto, yo no creo que hacer una campaña en contra de la actuación de Lalachus con la estampita sea una respuesta adecuada. En el fondo le da promoción a su actuación y favorece un papel de víctima.
Creo que lo correcto sería exigir la misma libertad de expresión para todos los españoles por igual. O censura para todos (no me parece en absoluto lo mejor) o libertad para todos.
Porque el verdadero y gran problema que estamos viviendo en España no es la ofensa, que por desgracia se extiende a la vida política, social, deportiva y un largo etcétera. Es que se está creando un doble rasero, donde unos ciudadanos con una determinada forma de pensar tienen más derechos que el resto. Donde promocionar la obesidad es correcto porque “así yo lo siento”, en contra de toda evidencia científica (¿les suena?). Donde no aceptar lo establecido es una herejía que te priva de libertades. Y donde la fe y la espiritualidad, especialmente la cristiana, es la diana indefensa y justificable de cualquier tipo de afrenta.
En el nacionalcatolicismo de Franco los protestantes fuimos parte de esos herejes. En nuestro momento histórico actual, me temo que lo somos de nuevo cada vez más (junto con los verdaderos católicos) ante un “nacionalcorrectismo” que manipula a su antojo y sin casi oposición las ideas, nuestros hijos, los valores... y las estampitas.
Pero no reaccionemos en contra de la persona, que es un instrumento más (pagado por todos, eso sí). Hay que denunciar el sistema, y eso es mucho más complejo que una simple recogida de firmas.
Si encuentro la solución, prometo que se la escribiré aquí. Mientras tanto, publico este artículo porque hago mía la frase: “Es mejor morir de pie que vivir de rodillas”. Igual es un punto de comienzo.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.