La minoría protestante y la mayoría católica, en contra de lo que muchos creen, han vivido en paz en la República de Irlanda, al menos desde el siglo XVIII. Muchos patriotas de la causa de la independencia fueron protestantes y bastantes de sus escritores lo son. La huella del movimiento evangélico es particularmente importante en la ciudad de Dublín.

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Lo que pasa es que desde que en los años 60 surgieron en Irlanda del Norte, lo que allí llaman eufemísticamente “los problemas” (The Troubles) –aquí en el sur, “la cuestión”–, la impresión que uno tiene es de un conflicto continuo. Es un problema complejo, pero más secular que religioso, que tiene hondas raíces sociales. Hasta los años 80 hubo lo que ahora llaman una violencia “sectaria”. Hoy gobierna el Sin Feinn en Irlanda del Norte y los “paramilitares protestantes” se dedican al narcotráfico, lo que da una idea de lo religioso que era el problema.

¿La infalibilidad de la iglesia?

Andando estos días por Trinity College en Dublín, donde está haciendo un curso mi hija, encontré la estatua de George Salmon (1819-1904). Este teólogo y matemático respondió al dogma de la infalibilidad papal en 1870 con una obra que hace "jaque mate", como diría él por su afición al ajedrez, a las pretensiones vaticanas.

[photo_footer]José de Segovia ante la estatua de George Salmon (1819-1904), el teólogo y matemático de Trinity College que respondió al dogma de la infalibilidad papal en 1870. El libro de Salmon fue tempranamente traducido al castellano y reeditado por Clie en Terrassa en 1986.[/photo_footer]

"La infalibilidad de la Iglesia" (1888) fue tempranamente traducida al castellano y reeditada por Clie en Terrassa en 1986, pero es una obra tristemente olvidada, como todo lo que no sean videos o "memes" de predicadores americanos. Si alguien la encuentra en algún lugar, ¡merece la pena leerla!

Cuando el teólogo del siguiente Concilio Vaticano, Karl Rahner, escuchó la crítica de Hans Küng al dogma de la infalibilidad papal, dijo: "O sea que el papa no es infalible, ni tampoco la Biblia, dice él, ¡entonces el infalible es Küng!". Su lógica me parece inescapable...

¿“El cervecero evangélico”?

El arpa es el símbolo de Irlanda. Según esté a uno u otro lado y sobre fondo verde o negro, es emblema de la nación o anuncio de cerveza. La marca que funda Arthur Ginness (1725-1803) no ha sido sólo causa del gran alcoholismo que sufre este país, sino que ha financiado muchas iniciativas evangélicas desde entonces. La relación del clan con el mundo evangélico comienza ya con su fundador, un devoto anglicano en la católica Irlanda, que después de escuchar predicar a Wesley en iglesia de San Patricio, tiene una experiencia de fe que le lleva a ayudar a los pobres y necesitados, física y espiritualmente, manteniendo un hospital de caridad y abriendo la primera escuela dominical de Dublín en 1786.

[photo_footer]El cervecero Arthur Ginness (1725-1803) era un devoto anglicano que después de escuchar a Wesley tuvo una conversión evangélica. El legado evangélico de los Guinness es impresionante, como cuenta el libro La búsqueda de Dios y Guinness. [/photo_footer]

Es interesante que él defendió los derechos de los católicos, pero se opuso a la rebelión de 1798. Su hijo Benjamin le sucede, cuando su primo Henry Grattan (1835-1910) es anciano de la Asamblea de Hermanos que se reunía en Merrion Hall. Una parte de la familia Guinness predicaba la abstinencia, mientras la otra mantenía la herencia del cervecero evangélico. En una época en que el agua no era potable, predicadores del Avivamiento del siglo XVIII como Whitefield, se crían con cerveza, pero a finales del siglo XIX los evangélicos tienden a hacerse abstemios.

[photo_footer]Michele Guinness es una escritora judía que se convirtió a la fe evangélica y está casada con uno de los herederos del clan, Peter. Grace Grattan Guinness (1877-1967) era hija de un anciano de los Hermanos en Dublín, que funda la misión evangélica de Londres.[/photo_footer]

El legado evangélico de los Guinness es impresionante. Hay varios libros que lo cuentan, como "La búsqueda de Dios y Guinness” (The Search of God and Guinness) de Stephen Mansfield, "La leyenda de los Guinness” (The Guinness Legend) y "El espíritu de los Ginness” (The Guinness Spirit) –este último, un juego de palabras con el doble sentido por el que “espíritu” puede referirse también a una bebida alcohólica– de Michele Guinness, la escritora judía que se convirtió a la fe evangélica, casada con uno de los herederos del clan, Peter. La familia dedica así, sus esfuerzos, a la banca, la cerveza y la causa misionera. Michele ha escrito ahora también la impresionante historia de Grace Grattan Guinness (1877-1967), hija del anciano de los Hermanos que fundó la misión evangélica de Londres.

El crítico social y apologista evangélico Os Guinness es también descendiente del famoso cervecero. Sus padres eran misioneros en China, donde nace en 1941 y le ponen el nombre del evangelista bautista escocés Oswald Chambers. Después de estudiar en Oxford, va a L´Abri en Suiza con Francis Schaeffer en los años 60, donde escribe sus primeros libros. Trabaja luego en la BBC hasta ir a Estados Unidos, donde reside en la actualidad... ¡Hasta aquí llega "la herencia del cervecero evangélico"!

[photo_footer]Después de estudiar en Oxford, Os Guinness va a L’Abri en Suiza con Schaeffer en los años 60, donde escribe sus primeros libros.[/photo_footer]

¿La mayor Asamblea de Hermanos del mundo?

En la católica Irlanda hubo un Gran Avivamiento evangélico en 1859-60 que llevó a construir en 1863 el que fue, probablemente, el mayor edificio del mundo que tuvo una Asamblea de Hermanos. Tenía sitio para 2500 personas en pleno centro de la ciudad.

Era la segunda Asamblea que se formaba en Dublín, donde Darby tuvo la primera reunión de "partimiento del pan" fuera de la iglesia anglicana de la que era ministro. Tras la división del movimiento, se forma una Asamblea de Hermanos Libres, que tenía como "obrero" a Denham Smith, uno de los evangelistas que siguió la predicación de Moody, los años del "Gran Avivamiento".

[photo_footer]En 1863 se construye el que fue, probablemente, el mayor edificio del mundo que tuvo una Asamblea de Hermanos, para 2500 personas en pleno centro de la ciudad.[/photo_footer]

El edificio tenía tres galerías en forma oval con una plataforma doble con el púlpito elevado. En el sótano había un bautisterio. Se mantuvo aquí una Asamblea hasta 1988. Es una de las pocas iglesias que menciona el escritor James Joyce en la mayor obra literaria de vanguardia del siglo XX, el "Ulises". Hubo un incendio en 1991 y se construyo el hotel que hay ahora con el nombre de Davenport, conservando la fachada.

En sus recientes memorias, "Surrender", Bono del grupo U2, cuenta que iba a reuniones de la Asamblea con su amigo Guggi, el pintor que formó el grupo Virgin Prunes. Bono iba todavía al culto anglicano de la Iglesia de Irlanda en St. Canice con su madre Iris en el barrio de Finglas, pero por su amistad con Guggi, acompañaba a los Rowen alguna de las cuatro veces que iban cada domingo a Merrion Hall. Dice en el libro que, si bien apreciaba los Salmos y la hija del vicario de St. Canice con la que salía, fue en la Asamblea de Hermanos donde llegó a amar la Biblia, que lee todavía.

[photo_footer]En sus recientes memorias, Surrender, Bono del grupo U2, cuenta que iba a reuniones de la Asamblea de Hermanos con su amigo Guggi, el pintor que formó el grupo Virgin Prunes. También Bono cuenta como iba al culto anglicano de la Iglesia de Irlanda en St. Canice con su madre Iris en el barrio de Finglas.[/photo_footer]

¿El primer Nuevo Testamento?

Aquí en Dublín he tenido también la oportunidad de ver algunos de los manuscritos griegos más antiguos del Nuevo Testamento. Hay otros anteriores, pero no forman un códice como estos papiros, que muestran la existencia del canon ya en el siglo III con los cuatro evangelios, Hechos y las primeras cartas de Pablo.

Los consiguió un coleccionista en los años 30 en Egipto llamado Chester-Beatty, que había nacido en Nueva York, pero se había nacionalizado británico entonces. Molesto con la política inglesa de los años 40, prefiere llevar su colección a Irlanda, en vez de donarla al Museo Británico, como era su intención.

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Lo asombroso de estos manuscritos no es sólo su antigüedad. Los textos griegos más antiguos de Platón que tenemos son 1200 años después que se escribieran, 1300 Tucídides o Eurípides, o hasta 1400 Sófocles y Aristóteles. El más reciente es La Ilíada con textos 500 años después. Muchos aprendimos latín con La Guerra de las Galias de César, que no hay ninguna copia hasta 1000 años después que lo hiciera. En el Nuevo Testamento hablamos de documentos de 100 o 200 años después que se escribieran.

[photo_footer]El códice Chester-Beatty muestra en Dublín la existencia del canon del Nuevo Testamento ya en el siglo III con los cuatro evangelios, Hechos y las primeras cartas de Pablo.[/photo_footer]

El códice Chester-Beatty es importante para la historia del canon del Nuevo Testamento, porque contradice la popular idea de que el listado se impone por Constantino en el Concilio de Nicea, el siglo IV. Hay ya listados como el Fragmento de Muratori en el 180, pero aquí tenemos los textos mismos. Podemos pensar lo que queramos de la Biblia, pero decir que el texto se ha manipulado es dudar de la fidelidad con que se ha transmitido cualquier texto antiguo.

¿Verdadero arrepentimiento?

No podía dejar de ver aquí también con mi hija, la casa de Oscar Wilde (1854-1900). Su trágica vida muestra una extraña combinación entre los excesos a los que lleva un narcisismo hedonista con su temprana fascinación por Jesús. Aunque se cría como anglicano, es atraído por el catolicismo al final de su vida.

Icono “gay”, a pesar de estar casado y tener dos hijos con una mujer que permaneció fiel a su lado. Vive una desgracia tras otra, desde la muerte de su hermana al escándalo del adulterio de su padre, que les hace hasta cambiar de nombre y domicilio. Al final de su vida es manipulado por un joven egoísta con el que tiene una relación homosexual, que le empuja a querellarse con su poderoso padre aristócrata por acusarle de pervertido. El escandaloso proceso produce el efecto contrario, siendo condenado a dos años de cárcel, a causa de las leyes contra la homosexualidad que había en la Inglaterra victoriana.

Cuando sale, es otro Wilde. Se acabó su brillante cinismo. Está consumido por el dolor y la culpa. Escribe entonces su conmovedora obra "De Profundis" (1898). No puedo leer sus palabras de arrepentimiento sin emocionarme:

"El Credo de Cristo no admite dudas, y yo no tengo dudas de que sea el verdadero. Naturalmente, el pecador debe arrepentirse. ¿Por qué? Simplemente porque de lo contrario sería incapaz de comprender lo que ha hecho. El momento de la contrición es el momento de la iniciación. Más aún: es el instrumento con el que cambia el pasado”.