La pasión por Jesús que nace entre los “hippies” a finales de los años 60 en California, se vuelve un fenómeno internacional a principios de los 70. A partir de Escandinavia, el movimiento se extiende por el centro de Europa, pero en Inglaterra hay ya un foco importante en 1971 –el año que la revista Time fechó la Revolución por Jesús–. Tiene que ver con la visita de Arthur Blessitt con su cruz a Bugbrook (Northamptonshire) –después de abrir una misión en el Sunset Strip de Los Angeles en 1968–, donde el excéntrico pastor carismático Noel Stanton comenzaría el Ejército de Jesús, pero antes también con el Frente de Liberación por Jesús, que nace sin relación con Estados Unidos en Hemel Hempstead. Todo ello ante la creciente invasión de los Niños de Dios, que todavía se consideraban parte del movimiento. De todo ello habla el pastor bautista Andrew Whitman en el libro que se ha publicado la semana pasada en Inglaterra, Cuando Jesús se encontró con los hippies: la historia y legado del movimiento de la Gente de Jesús en el Reino Unido.

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Tras su nacimiento en una misión de la organización de David Wilkerson, Desafío Juvenil, que había en la playa californiana de Huntington en 1966, el Club de la Luz (Light Club), el antiguo pastor de la Alianza Cristiana Misionera, David Berg (1919-1994) es obligado a abandonar el local que pagaba ahora el grupo pentecostal de Demos Shakarian, la Fraternidad de Hombres de Negocios del Evangelio Completo. La razón eran las quejas de las iglesias cuyos cultos habían sido interrumpidos por los Adolescentes para Cristo –‘Teens For Christ’, el nombre que todavía llevaban los Niños de Dios, jugando con la denominación de la asociación de Wilkerson, Teen Challenge–, así como la mala prensa que habían provocado los arrestos de sus seguidores en la universidad de Golden West College, donde iban a repartir folletos.

Este periodo, que Berg compara con el Éxodo en el papel que se ve como nuevo Moisés y que le hace pasar cuarenta días en Laurentide, a solas con Dios “en la montaña”, es capital para entender la formación de la “Nueva Nación” que es para él los Niños de Dios. Una vez establecidos en el rancho del evangelista Fred Jordan, en Texas, se organizará la comunidad en doce tribus como Israel –Benjamín para cuidar los niños, Gad para las publicaciones, Simeón para la comida, etc–. Esta división luego se perderá, pero forma la mitología con la que se funda la secta, donde todos sus miembros reciben un nombre bíblico, distinto al que tenían antes. 

En Vienna (Virginia), Berg concluye por una “revelación directa de Dios” que Estados Unidos va a ser destruido por su iniquidad y que su mensaje ha de ser de juicio para la nación. Hace largos estudios bíblicos relacionando pasajes del Antiguo Testamento con el desastre que vendrá a su país y comienza las manifestaciones en los centros de poder político del estado. Para ello recurre a una impresionante coreografía que acompaña sus llamadas “vigilias”. Aparecen así delante del Capitolio y la Casa Blanca en Washington, vestidos de arpillera con hábito de penitencia y cenizas en la cabeza. Llevan unos enormes bastones que golpean al unísono contra el suelo. La ensayada representación incluye yugos colgados del cuello y rollos de papel donde leen las profecías bíblicas, mientras permanecen el resto del tiempo en silencio, incluso cuando les pregunta la policía.

[photo_footer]El pastor bautista Andrew Whitman ha publicado un libro la semana pasada en Inglaterra sobre La historia y legado del movimiento de la Gente de Jesús en el Reino Unido.[/photo_footer]

Después de Washington hacen “vigilias” enfrente del salón donde se declaró la independencia en Filadelfía, la plaza de Times Square en Nueva York, e incluso están en Chicago durante el juicio de los siete acusados de conspiración por las protestas durante la asamblea del partido demócrata en 1968. A las afueras de Nueva Orleans son rodeados por medio centenar de agentes y vigilantes voluntarios con perros, que les toman por maleantes al ver su aspecto hippy. Su yerno Josué es tomado como el dirigente y puesto en prisión por tres meses, mientras Moisés David se esconde en su caravana. Hasta llegar a Houston, tienen muchos problemas. Es allí donde vuelven a crecer y recibir apoyo, para finalmente establecerse en el rancho de Jordan.

¿Todas las cosas nuevas?

Hasta su llegada a Inglaterra la comunidad se regía por estrictas reglas puritanas en cuanto al sexo. Chicos y chicas estaban en habitaciones separadas. Las relaciones fuera del matrimonio se consideraban adulteras. Nadie fuera del ámbito familiar de Berg, conocía sus relaciones con Maria (Karen Zerby). La actual dirigente de la Familia Internacional era la tímida hija de un pastor evangélico metodista de Tucson en la tradición wesleyana de santidad. Se unió al grupo a los 23 años y enseguida se convirtió en la secretaria de Berg. 

Débora cree que su madre descubrió su relación en la primavera de 1969 en Tucson, pero no dijo nada a nadie. Ese verano el grupo se divide en tres equipos. Débora y Jetro, su marido, van a Fort Worth (Texas) con un grupo de discípulos. Su madre Eva está con otros en Florida. Y Moisés David –como se hace llamar ahora Berg– se lleva unos setenta a Canadá. Es en Laurentides, cerca de Montreal, donde dice recibir una serie de profecías. Está ya con Karen, como él mismo cuenta mucho después en una carta de 1980, aunque no vivían juntos.

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Al volverse a reunir todos los equipos en Vienna, cerca de Falls Church, Berg utiliza una de las reuniones con familiares y dirigentes en la casa de un amigo, para anunciar la revelación sobre “la vieja y nueva Iglesia”. Es interesante la manera cómo lo hace. Su hijo Aaron empieza a profetizar que su padre no se avergüence de dar a conocer lo que el Señor le ha mostrado en Laurentide. El padre empieza a llorar diciendo que no puede aceptarlo. Es demasiado duro, para él. No sabe por qué Dios le ha puesto esa carga. Entre lágrimas y súplicas de todos, cuenta la profecía que dice haber recibido con Karen en la caravana, durante el verano en Canadá.

[photo_footer]Hasta su llegada a Inglaterra las reglas de las comunidades de los Niños de Dios se regían por estrictas reglas puritanas en cuanto al sexo.[/photo_footer]

Hasta que no están en Texas, Berg no recibe el don de lenguas, que tanto ansiaba: sólo Karen lo tenía. Él dice que por ese medio recibe esta profecía, que él puede traducir, por su “don de interpretación”. Dice básicamente que el Señor va a hacer “todas las cosas nuevas” (2 Corintios 5:17). Y lo va a mostrar por el símbolo también de su propio matrimonio, igual que en la Biblia apunta a él como misterio que refleja la relación de Dios con su Iglesia (Efesios 5:31-32). Así anuncia la separación de la vieja Iglesia que representa su matrimonio de veinticinco años con Eva, para unirse a la nueva que es por supuesto, Karen (María). 

La huída a Inglaterra

El evangelista con el que Berg había trabajado, Jordan, les deja un rancho abandonado, para reconstruir su Clínica del Alma en Texas. Eran cabañas en estado ruinoso. Los Niños de Dios reconstruyen las instalaciones con el apoyo de los materiales que les donan. Jordan les deja también un edificio de cinco pisos en el centro de Los Ángeles, que queda a cargo de su hija Faithy con su esposo Josué. Los jóvenes que recogían allí, si pasaban las dos semanas de prueba, los mandaban en su autobús al rancho de Texas. La condición es que aparecieran en el programa de televisión de Jordan, como fruto de su ministerio. El pide medio millón de dólares para hacer un centro de rehabilitación en Coachella (California), pero cuando lo consigue hace un rancho de lujo para él y otro pequeño para los Niños de Dios.

Hay que darse cuenta de que no todos los Niños de Dios eran de trasfondo marginal. Algunos venían de buenas familias. Los padres molestos forman la primera organización antisecta con Ted Patrick en San Diego, que como tenía un hijo en los Niños de Dios (Children Of God, conocidos por la abreviatura COG), forma FREE-COG. Son los primeros en hablar de “lavado de cerebro” y “desprogramación”. Sus argumentos eran tan peregrinos que creían que era por medio del hipnotismo que estaban en la Familia. Y recurren a medios ilegales como el secuestro de mayores de edad, para hacer su “desprogramación”. Lo que consiguieron, desde luego, es echar a la Familia de las propiedades del evangelista Fred Jordan, recurriendo al chantaje por el que amenazan denunciarle a él también, por prácticas dudosas. 

Las acusaciones llegan al productor de televisión de la NBC, Bob Rogers, que tiene que hacer otro reportaje denunciando a los Niños de Dios en su programa Chronolog en 1972. Moisés David lo interpreta como un “ataque del diablo”, señal de la persecución que va a venir, anunciada ya en la Biblia. Es el momento de ir a Europa. Estados Unidos está bajo el juicio de Dios. Y a partir de ahí, él se establece en Londres y la Familia se extiende por Francia, Alemania, Suiza, Italia y España en Europa; Puerto Rico, México y Brasil en Latinoamérica; hasta llegar a Hawai, Australia y Nueva Zelanda, llegando a finales de año a la India. Tenían ya doscientas colonias en medio centenar de países. El 17 de abril del 72 llega David Berg con María al aeropuerto de Heathrow, donde se presenta como un hombre de negocios que viene a vivir en Londres con su hija. Había empezado la Batalla de Inglaterra. 

[photo_footer]El evangelista Fred Jordan les deja sus instalaciones en Texas y Los Angeles a los Niños de Dios con la condición de que aparezcan en su programa de televisión como fruto de su ministerio.[/photo_footer]

El Frente de Liberación por Jesús

Cuando un matrimonio inglés, Geoff y Lyn Bone, fue a Sídney (Australia), para prepararse para ir de misión a Nuevas Tribus, poco podían imaginar que esa tribu serían los hippies del noroeste de Londres. Allí el hermano de Lyn, Chris empezó a ver cómo llegaban muchos miembros de esa “nueva tribu” a casa de sus padres y se convertían al cristianismo evangélico en el salón donde habían comenzado una “escuela dominical” para los rebeldes jóvenes de los años 60. Empieza así lo que diez años después se llamó el Frente de Liberación por Jesús. 

Los padres de Lyn eran bautistas conservadores, pero él era alguien inquieto que llegaba a desaparecer de su casa durante semanas, mientras ella les enseñaba los himnos clásicos a los jóvenes con un órgano de pedales. No hay nada que pudiera explicar la atracción de los hippies a la comunidad cristiana de Sunnyhill en Hemel Hampstead, como pasó con Chuck Smith en la Capilla Calvario de Costa Mesa. La Revolución por Jesús fue un movimiento espiritual difícil de explicar desde las cuidadosas estrategias que surgen de los actuales estudios sociológicos del “iglecrecimiento”. 

El verano de 1971 el evangelista Dick Saunders hizo una campaña en esta localidad al noroeste de Londres. Cuarenta jóvenes llegaron así a entrar en contacto con esta familia que comienza el Frente de Liberación por Jesús sin relación con lo que estaba ocurriendo en Califonia. En octubre los Bone ponen un anuncio en la revista Buzz, que había nacido en 1965 como medio de contacto de músicos cristianos que querían hacer algo más actual en los cafés que estaban abriendo muchas iglesias para llegar a la juventud. Seiscientos respondieron al anuncio “para movilizar a los cristianos a una revolución espiritual por Jesucristo en la lucha final con Satanás”. Así nace la comunidad de Sunnyhill con Geoff y Chris como pastores. 

Blessitt en Irlanda

La Revolución por Jesús había pasado de San Francisco a Los Angeles con una misión en pleno Sunset Strip, cuando en 1968 un pastor bautista del sur abrió un café llamado Su Lugar (His Place) al lado de un local de estriptis. Nacido en Greenville (Misisipi), pero criado en Luisiana en una plantación de algodón, Arthur Blessit llega a la fe de niño y estudia en el seminario bautista de San Francisco (Golden Gate) en el valle de Mill, donde encuentran la fe cristiana los primeros “hippies” en una iglesia bautista reformada, que ahora pastorea el antiguo seminarista que comenzó a predicar en Haight-Ashbury en 1967. 

[photo_footer]Blessitt iba con su Biblia y su cruz diciendo Jesús te ama, lo mismo que las pegatinas rojas que hizo famosas desde que empezó a evangelizar con ellas en el Strip de Hollywood.[/photo_footer]

Blessitt que está ya muy enfermo del corazón a sus 83 años, dice que Dios lo pidió que hiciera una cruz en 1968, para Su Lugar. Pidió una llave inglesa para atornillarla a un Ángel del Infierno. Se la dejó, pero cuando le pidió que le ayudara a colgarla, no quiso. No se podía creer que fuera el mismo Ángel del Infierno, el que estaba de rodillas esa noche en la misión ante esa cruz. Dos semanas después moría en la carretera. Al predicar en su entierro, otros cinco Ángeles del Infierno se convirtieron. Al cerrar una licorería y un club que había al lado, los dueños de los locales empezaron a presionar al sheriff para que cerrara Su Lugar. La policía se presentaba constantemente y el propietario del local les echó. Al no conseguir otro, se encadenó a la cruz en la acera durante veintiocho días en una protesta que llamó la atención a la prensa y televisión local. 

La noche de Navidad de 1969 Blessitt dice que Dios le pidió que llevara la cruz por todo el mundo. Llegó a Madrid en 1972 donde fue arrestado en la Plaza Mayor por la policía franquista, pero antes recorrió Europa comenzando por Irlanda del Norte, después de llegar a Times Square en Nueva York. Cuando en mayo del 71 llega a Belfast estaban en pleno conflicto entre católicos y protestantes. No se podía cruzar de un barrio a otro. Acababa de llegar con un americano llamado Fenton Morehead cuando soldados bajaron de un vehículo blindado y le dijeron en un barrio católico que dejaran la cruz, porque se los llevaban detenidos. En el vehículo oyeron decir por la radio: “Tenemos a esos dos curas”. Al interrogarles un oficial, les dejaron libres, diciendo que había sido un error y un coche los llevaría al mismo lugar donde les habían detenido. Niños católicos habían guardado la cruz y empezaron a hablarles de Jesús. 

No tardaron en dar con un grupo del IRA, que les dijo que les estaban vigilando y si no se marchaban de allí no saldrían vivos. Blessitt siempre sacaba la Biblia y decía “Jesús te ama”, lo mismo que las pegatinas rojas que hizo famosas desde que empezó a evangelizar con ellas en el Strip de Hollywood. La ira que se encontró en Irlanda no se parecía al rechazo que había recibido en Estados Unidos. Le llegaron a mostrar clavos, diciendo que le crucificarían si seguía recorriendo las calles. Él guarda uno como recuerdo. Pusieron la cruz en la línea divisoria entre el área católica y la protestante. Oraban y ayunaban entre las alambradas y los puestos militares, donde unidos a un grupo de ancianitas cantaban himnos a medianoche, llorando entre las cruces de iglesias a los dos lados. Le preguntaban si era católico o protestante y él decía que de Jesús. La respuesta de algunos era entonces: ¿De qué lado está él?

[photo_footer]Blessitt legó a Madrid en 1972 donde fue arrestado en la Plaza Mayor por la policía franquista, pero antes recorrió Europa comenzando por Irlanda del Norte.[/photo_footer]

La sombra de la cruz

El impacto que tuvo la visita de Blessitt a Irlanda del Norte durante seis semanas, hizo que se organizara una reunión en el centro de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) en Belfast. Como varios de los miembros del Frente de Liberación por Jesús eran irlandeses, Geoff Bone propuso ir a la reunión dos meses después de los primeros bautismos en el río Bullbourne en mayo del 72. Se subió a un avión y a las seis de la mañana ya estaba en Belfast visitando la zona de conflicto en torno a la zona protestante de la calle Shankill. Habló con los responsables del YMCA y puso un anuncio en un periódico para una reunión para la Revolución por Jesús, el sábado siguiente. Voló a casa el mismo día con la idea de regresar el miércoles, para seguir los contactos de la reunión. 

Ese día había una huelga de controladores aéreos en el aeropuerto de Heathrow. Geoff Bone consiguió finalmente por teléfono, billetes para volar al día siguiente desde el aeropuerto de Gatwick con una amiga irlandesa de Lyn, Breda. Al llegar a la estación de Watford Junction, a las cinco y media de la madrugada, se les cerraban los ojos de sueño en la sala de espera. Cuando se dieron cuenta que el tren se iba, fueron corriendo por el andén, mientras la locomotora tomaba velocidad. Agarrado a la puerta para entrar, tropezó y cayó entre el andén y el tren, perdiendo las dos piernas. Desolado, en la vía, Breda intentaba consolarse, mientras no paraba de perder sangre y repetir “Jesús, Jesús”. Dos empleados del tren impidieron que la hemorragia siguiera, haciéndole un torniquete. Minutos después estaba en una ambulancia camino del hospital con pocas esperanzas de sobrevivir. 

La sombra de la Cruz estaba al inicio mismo de la Revolución por Jesús. Tras tres horas de quirófano, cinco cirujanos lograron salvar su vida y tres semanas después le llevaron al culto desde el hospital, el domingo 20 de agosto de 1972. En el salón de reunión de Sunnyside había ciento cincuenta personas esperándole. La atmósfera era especial. Se notaba “la presencia manifiesta de Dios”, dice uno de los miembros del Frente, Richard Hogarth. Un mes después le daban el alta. Salió con piernas artificiales diciendo: “He caído de un tren, pero estoy vivo”. 

No sin dolor y confusión empezaba la “batalla de Inglaterra”. Como en todo genuino movimiento del Espíritu de Dios, en este mundo de oscuridad había luces y sombras, la luz de la verdad y el poder de las tinieblas, un sorprendente gozo y lágrimas de sufrimiento, pero Cristo ha ganado ya la batalla en la Cruz con su propia sangre. El desenlace no es incierto, pero el fragor de la lucha todavía continua…