Si hay un año en que era evidente que la juventud se había vuelto al cristianismo es 1971, según el reportaje que sirvió de portada a la revista Time –el principal semanario de información general en Estados Unidos desde 1923–, bajo el título de La Revolución por Jesús. Aunque revistas como Rolling Stone observa ya desde el año anterior la continua presencia de “Locos por Jesús” (Jesus Freaks) en todo el país, es ahora cuando el gran público americano se hace consciente de la presencia de los que el editor de Christianity Today, Carl Henry, llamó “hippies evangélicos”. Ahora que Andrew Whitman publica la historia del movimiento en Inglaterra, con prólogo del mayor especialista americano, Larry Eskridge –cuyo libro publicado por la Universidad de Oxford sigue siendo la obra fundamental de referencia–, retomamos la serie sobre la Revolución por Jesús allá donde la dejamos, a principios de los años 70 en Estados Unidos. 

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Junto al editorial del director de Time, Henry Luce III, aparece en sus páginas centrales una amplia investigación del periodista especializado en temas religiosos, Dick Ostling. La primera ilustración es el póster del periódico “underground” cristiano, Hollywood Free Paper, del ahora fallecido Duane Pederson (1939-2022) que muestra la supuesta imagen de Jesús como un forajido del Oeste que “Se busca”. El primer portavoz del movimiento que se cita es el músico Larry Norman (1947-2008), que tenía entonces 24 años. Compara lo que está ocurriendo a un glaciar del que ahora todavía sólo ves la punta: “Está creciendo y no hay quien lo pare”. 

El reportaje de Time incluye fotos de Arthur Blessitt con la cruz que vino a Madrid, ya no en la misión de Sunset Strip, donde comienza a evangelizar hippies en su Lugar, sino en Manhattan. Se ve también una de las protestas de los Niños de Dios en Los Ángeles –cuando todavía era considerados parte del movimiento, aunque empezaban ya a mostrar su carácter sectario–, que se presentaban entonces vestidos con tela de saco, cubiertos de ceniza y largas varas como cayados, llevando versículos bíblicos que anunciaban el mensaje profético del juicio de Dios contra América. 

Se habla bastante en el artículo de Time del grupo en Atlanta del antiguo Hare Krishna, David Hoyt –convertido a finales de los 60 en Haight-Ashbury con el seminarista bautista Kent Philpott –, pero se explica su origen en San Francisco y la formación del Frente Cristiano de Liberación Mundial en la Universidad de Berkeley. Aunque se menciona también a los Alamos y su comunidad cada vez más sectaria en Saugus, el cañón de California, donde estaba también la Familia Manson. Como en las crónicas de cualquier avivamiento espiritual que ha habido en la historia, hay luces y sombras, la sorprendente obra del Espíritu de Dios y la confusión que trae la oscuridad.

[photo_footer]1971 es también el año del fenómeno de Jesucristo Superstar, la ópera rock estrenada entonces en Broadway.[/photo_footer]

Jesucristo Superstar

1971 es también el año del fenómeno de Jesucristo Superstar, la ópera rock estrenada entonces en Broadway. Curiosamente, el protagonista de la obra en el teatro Jeff Fenholt (1950-2019), tuvo luego una conversión que recibió mucha publicidad por los tele-evangelistas que lo presentaban como cantante de Black Sabbath, relacionado con el ocultismo. En realidad, el grupo con el que tuvo cierto éxito de adolescente no pasó de ser una banda de garaje, The Fifth Order, aunque en España le conocemos por haber sido amante de Gala, la esposa y musa del pintor Dalí. 

La obra de Andrew Lloyd Webber fue un intento de aprovechar la popularidad de la Gente de Jesús. La escribe Tim Rice para el teatro, antes de que Norman Jewison hiciera la película en 1973. Se estrenó en Nueva York después de grabarse el disco con Ian Gillan de Deep Purple como cantante. Desde el principio se enfrenta a la oposición de religiosos, tanto cristianos como judíos. Su visión de un Jesús meramente humano fue recibida como blasfema e irreverente, pero para la industria del entretenimiento no hay mala publicidad: “¡Qué hablen de ti, aunque sea mal!” Los piquetes que había en la puerta del teatro no lograron disuadir al enorme público que vio el montaje de Tom O´Horgan, que había hecho antes Hairen Broadway. Hubo amenazas de bomba y Fenholt dice que intentaron disparar contra él en varias ciudades.

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La revista evangélica Christianity Today la calificó como “la historia más grande jamás vendida” –jugando con el título de la película La historia más grande jamás contada–. Fue toda una operación comercial con un Jesús que se dirige a la cruz sin saber por qué, lleno de dudas e inseguridad. La Magdalena aparece enamorada de Jesús y Judas se convierte en un antihéroe. Como decía José Grau en su libro de 1973 ¿Jesucristo Superstar?, “lo que falta en esta ópera-rock es la afirmación central del cristianismo”. Ya que no hay un Dios triunfante y victorioso frente a la muerte, sino alguien que comparte nuestras debilidades. Es sorprendente, por eso, que el evangelista Billy Graham la utilizara para introducir, positivamente, la pregunta de quién es Jesús en sus predicaciones durante las campañas de 1971. 

[photo_footer]Curiosamente, el protagonista del Superstar en el teatro, Jeff Fenholt (1950-2019), tuvo luego una conversión que recibió mucha publicidad por los tele-evangelistas.[/photo_footer]

Billy Graham y “La Gente de Jesús”

El mismo día de año nuevo Billy Graham habló bien sobre este “maravilloso avivamiento que se estaba produciendo entre los jóvenes por todo el país”. El evangelista se había convertido ya en “el pastor de América”, que aconsejaba a los presidentes de cualquiera de los dos partidos, que entonces era Nixon –aunque él era demócrata, pero nunca lo decía, a diferencia de su hijo, que se alió totalmente con Trump–. Al ir a hablar en el Desfile del Torneo de Rosas de Pasadena, que se celebra todos los años y se emite por la radio y la televisión, se encontró con un grupo de un café-bar de Fullerton y Los Ángeles, que repartía el Hollywood Free Paper. Billy observó desde el descapotable en que iba con su esposa Ruth que los jóvenes señalaban con el dedo hacia arriba y gritaban: “¡Un único camino, el Camino de Jesús!”. Tomó buena nota de ello para sus campañas, ese verano.

En todas ellas hacía referencia a Jesucristo Superstar, sobre todo la pregunta de Judas al final de la obra sobre si Jesús se creía que era quien decían. Mencionaba también la representación del Evangelio según Mateo que se hacía ese año enGodspell e incluso la película hoy olvidada de Sidney Poitier, Como el viento (1971), que el actor afroamericano hace un personaje crístico, llevado a una cárcel de Alabama por el racismo sureño. El genio de Graham estaba en cómo convertía esas imágenes distorsionadas de Jesús en una forma de introducir la pregunta fundamental del Evangelio: ¿Quién es Jesús? En la “cruzada” –como llamaba entonces a sus campañas– de Chicago ocurrió un incidente que supuso el apoyo público de Graham a la Gente de Jesús.

Ese año empieza ya a usar en las fotos Billy Graham el gesto del dedo hacía arriba como “Único camino”. En el exterior del Centro de Convenciones de McCormick Place había un numeroso grupo de “Locos por Jesús” de Milkwaukee y el condado de Du Page con una cruz hecha de madera repartiendo ejemplares del periódico underground cristiano Al nivel de la calle (Street Level) y las pegatinas de “Jesús te ama”. Al entrar en la reunión, la mayoría los evitaba, molestos por su extraño aspecto. Al acabar iban a buscarlos a pedirles el periódico y las pegatinas, saludándoles afectuosamente y dándoles incluso donativos. Lo que cambió su actitud fue lo que ocurrió en esa quinta reunión, el 8 de junio, ante 27.000 personas.

[photo_footer]1971 es también el año de la representación del Evangelio según Mateo en Godspell.[/photo_footer]

La Revolución por Jesús

El hermano menor de Bill Ayers –el dirigente de la organización radical de izquierdas Weather Underground que llevaba a cabo protestas violentas en todo el país– apareció en la reunión de Graham con dos o tres centenares de hippies y yippies–una variante más agresiva que los hippies que recibe su nombre del Partido Internacional de la Juventud, conocido por su teatral oposición a la autoridad–, pero también satanistas – el antiguo organista de campañas evangelísticas, Anton LaVey, había fundado en 1966 en San Francisco la Iglesia de Satanás–. Al principio se sentaron riéndose y haciendo bromas, pero cuando empezó a sonar el himno con el que el que el evangelista hacía la invitación final, Tal como soy, salieron por los pasillos encabezados por una figura alta con capa, gritando “Quiero ser salvo” y “¡El poder al pueblo!”. 

[photo_footer]Billy Graham coincide con la revista Time en considerar que se estaba produciendo un avivamiento entre los jóvenes por todo el país.[/photo_footer]

De repente aparecieron unos treinta “Locos por Jesús”, agarrados de la mano, orando y rodeando al grupo que protestaba. La “Gente de Jesús” cantaba Somos uno en el Espíritu, uno en el Señor, mientras policías de Chicago corrían porra en mano y echaban una bomba de humo en medio de la multitud. Sacaron a dos de los agitadores esposados y a uno le rompieron la nariz en la carga policial. El líder de la comunidad cristiana de Du Page, Ron Redleman, le dijo a Billy Graham: “La Gente de Jesús te ama”. El evangelista contó esta historia a Ronald Reagan en Sacramento, cuando era gobernador de California, como una sugerencia, no sé si en broma, para enfrentarse a las continuas protestas de estudiantes que solía tener el futuro presidente. 

[photo_footer]Es sorprendente que Billy Graham la utilizara el Superstar para introducir positivamente la pregunta de quién es Jesús durante las campañas de 1971.[/photo_footer]

No es extraño que en la plataforma de las reuniones de Graham apareciera a partir de entonces el símbolo del “Único Camino” con el brazo en alto y el dedo índice apuntando hacia arriba en un neón luminoso amarillo y purpura. Incluso la gente coreaba el nombre de Jesús, deletreándolo “J-E-S-U-S”, como hacía en Berkeley el Frente Cristiano de Liberación Mundial. Y Duane Pederson fue invitado a subir a la plataforma en la campaña de Los Angeles. El sermón en Oakland fue televisado a todo el país. Se llamaba La Revolución por Jesús:

“La derecha y la izquierda, los conservadores y los radicales están encontrando un terreno común en una relación personal con Cristo. Todo americano debe dar gracias a Dios por este nuevo aire fresco que sopla entre la juventud de este país. No ha afectado todavía a la mayoría, pero la minoría está creciendo. Una renovación espiritual está llegando a los jóvenes. Quizás la profecía se hará realidad: “Un niño los pastoreara” (Isaías 11:6).