La salud mental

Una encuesta del Instituto de Salud Carlos III concluye afirmando que la salud mental de los españoles ha empeorado después de la pandemia; ya no es una preocupación para la mayoría de los encuestados, pero el 32 por ciento admite que ha dejado grandes secuelas en su salud mental.

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Según la periodista Andrea García Baroja, “cuatro de cada diez españoles aseguran no gozar de una buena salud mental y casi el 75% de la población está convencida de que ha empeorado para todos durante los últimos años”. Por otro lado, “un 40% de las personas diagnosticadas con un problema de salud mental ha sentido rechazo social por parte de su entorno”.

Los datos manejados por Andrea García proceden del estudio titulado La situación de la salud mental en España, presentado por la Confederación Salud Mental de España y la Fundación Mutua Madrileña.

Lorenzo Cooklin, director de la Fundación Mutua Madrileña, dijo en la presentación del informe: “Siempre hablamos de la salud física, pero nos encontramos que para los españoles la salud mental es tremendamente importante”.

Nel González, presidente de la citada Confederación Salud Mental España, que aglutina a más de 340 entidades, afirmó que la salud mental en nuestro país afecta más a las mujeres que a los hombres. El estudio revela que el treinta por ciento de los menores de 24 años tiene problemas de salud mental y que este tipo de conducta se ha disparado entre los adolescentes.

Entre las causas que originan los problemas de salud mental González alude al deterioro de las relaciones familiares, la disconformidad con la propia imagen física, las rupturas amorosas, el acoso escolar, los abusos sexuales y el escaso nivel económico.

También influyen en los trastornos mentales el estrés agudo y la conducta alimentaria mal regulada.

Psicólogos y psiquiatras están advirtiendo sobre la falta de capacidad de la salud pública para atajar el constante aumento de la salud mental en España. Faltan especialistas y los enfermos llegan en ocasiones a ser atendidos un año después de haberlo solicitado. La situación de colapso de los servicios públicos de asistencia mental da lugar a una demanda urgente ante la crisis de angustia, ansiedad, depresión, que a veces degenera en suicidio del enfermo.

Un comentario editorial del diario El País, que firma el propio periódico, decía en enero de este año que existe una estrecha relación entre el aumento del deterioro de la salud mental en la sociedad española y la incertidumbre que se cierne sobre su vida y su futuro. Ante esta situación hay un desafío inaplazable: “Ampliar y dotar a los servicios de salud mental para asegurar una atención de calidad y rápida que evite el agravamiento de la crisis de ansiedad o las depresiones reactivas por falta de atención y acaben convertidas en patologías crónicas o, lo que es peor, en muertes por suicidios que podrían haberse evitado”, concluye el diario madrileño.

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La salud mental ha de ser cuidada como un tesoro para la propia vida. Cuando el cansancio y la pesadumbre denuncien la enfermedad se ha de acudir a un especialista antes de que aumente, porque la salud mental es la unidad que da valor a todos los ceros de la vida. Se ha dicho que los mejores especialistas en salud mental son el doctor Dieta, el doctor Quietud y el doctor Alegría. En general, las nueve décimas partes de nuestra felicidad se fundan en una buena salud mental. Según la Biblia, el rey Nabucodonosor de Babilonia sufrió un periodo de trastorno mental. Una extraña forma de locura bajo el influjo de la cual la víctima se cree cambiada en algún animal y obra como si lo fuera. El profeta Daniel lo explica con estas palabras: “Su mente se hizo semejante a las de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo”. En este estado, perdida la salud mental, “reconoció que el altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres”. (Daniel 5:21), de donde se deduce que el mejor médico para recuperar la salud mental perdida es Dios, y la mejor medicina la Biblia.

En la epístola que el apóstol Juan escribe a Gayo le desea, “que tengas salud, así como prospera tu alma”. Un supuesto ateo como el francés Voltaire dice en su libro La inmortalidad del alma que su espiritualidad es la mejor cura para las enfermedades del cuerpo y de la mente.