El tweet de Dios sobre la importancia del consejero en las naciones

Una de las figuras clave en las cortes de la antigüedad fue la del consejero, cuya función era asesorar al monarca sobre cuestiones de trascendencia en las que estaban en juego decisiones vitales. No hay que confundir al consejero de antaño con el actual, que es un cargo ejecutivo que forma parte de un departamento de la administración de un gobierno, estando su función centrada en dirigir la competencia que le ha sido asignada, como la Consejería de Salud, la Consejería de Vivienda, la Consejería de Interior, etc.

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La importancia que tuvo el consejero en tiempos pasados se debía a la repercusión atribuida al consejo, esto es, a la necesidad de tener dirección acertada en la toma de decisiones, lo cual requería prudencia, tacto y sabiduría. No eran, pues, tanto capacidades técnicas las que se precisaban para ser consejero del rey, sino facultades de otro tipo, relacionadas con la inteligencia y el discernimiento.

David organizó su gobierno de forma parecida, salvando las distancias, a como lo haría un gobernante actual, por lo cual tenía su ejército organizado en doce divisiones, también había sobre cada una de las tribus un jefe, e instituyó dos responsables de finanzas, uno a cargo del tesoro real y otro sobre el tesoro nacional, nombrando además a los que estaban al frente de la hacienda pública, para lo cual repartió la administración de los recursos naturales del país en diversas competencias, como las viñas, los higuerales, la labranza y el aceite, sin dejar de organizar también las responsabilidades del ganado, ya fueran camellos, asnas u ovejas. Toda esta administración está especificada en 1 Crónicas 27.

Hasta aquí todo es normal y concuerda con lo que sería un gobierno actual, en el que se identifican y clasifican los grandes órganos para que un país funcione y se pone al frente de los mismos a personas de capacidad para su gestión. Sin embargo, en el gobierno de David aparecen tres personas de otra posición, siendo dos de ellas denominadas consejeros y la tercera amigo. Es decir, David, al igual que otros antes y después de él, se dio cuenta de la necesidad de tener consejeros, porque el gobierno de una nación precisa mucho más que de gestores eficaces, ya que decisiones equivocadas pueden ser desastrosas en el devenir de cualquier país. Precisamente su hijo Absalón cayó víctima de un mal consejo deliberado, dado por un consejero que estaba de parte de David, pero que fingió estar de parte de Absalón. Pero la mala influencia de un mal consejo no quedó reducida a este caso, porque el nieto de David, Roboam, cuando subió al trono, fue dirigido por un mal consejo, ocasionando como consecuencia la división del reino en dos partes enfrentadas de manera irreconciliable entre sí.

Hay un tweet de Dios que dice lo siguiente: ‘Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad.’ (Proverbios 11:14). La primera parte del texto pareciera estar basada en los dos casos de malos consejos ya mencionados, porque en ambos, a causa de la mala dirección tomada, el pueblo pagó las consecuencias. Pero no hace falta identificarlo solamente con esos casos, ya que el pasaje enseña una lección aplicable a todo tiempo y lugar. El término que se ha traducido ‘dirección sabia’ hace referencia al arte de gobernar, procediendo la palabra del vocablo para el piloto de una nave marítima. Es una buena afinidad gramatical, porque del piloto de una nave depende el cargamento y, lo que es más importante, la tripulación y el pasaje de la misma, del mismo modo que del piloto de una nación, de su gobernante, depende también el conjunto de personas que viven en ella. Si sus decisiones son equivocadas, todos pagarán las consecuencias. La historia de las naciones podría escribirse desde este ángulo, en el que gobernantes sin dirección han hecho naufragar las naves a su mando.

La segunda parte de este tweet de Dios muestra la opuesta a la primera, en la que el resultado es la seguridad. El término traducido por seguridad tiene también las acepciones de liberación, victoria y éxito, teniendo de hecho la misma raíz gramatical que la palabra salvación. ¡Qué gran diferencia entre la caída a la que se refiere la primera parte del texto y la seguridad y salvación de la segunda! Y tal diferencia de resultados radica en la diferencia existente entre la mala dirección y la buena dirección, entre el mal consejo y el buen consejo. La expresión que se ha traducido como ‘multitud de consejeros’ tiene una dificultad gramatical, porque la palabra traducida por consejeros debería haberse traducido por consejero, al estar en singular. Una solución factible, y que respeta uno de los significados gramaticales de la palabra, es que el vocablo que se ha traducido como 'multitud' se puede traducir también como 'grande', no en el sentido cuantitativo sino cualitativo, por lo que el pasaje dice que 'en el gran consejero hay seguridad'.

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Hay un gran consejero en términos absolutos, y sólo uno, del que la Biblia habla, al que llama Admirable Consejero. Harán bien los pilotos de las naciones en buscar consejo de él, en lugar de buscarlo en ellos mismos, porque de ese modo ellos y los que están bajo ellos experimentarán seguridad y salvación, en vez de caída y desastre.