Bertha Pérez: ‘Débora fue la primera Capellán Castrense en la historia’

Se llama es Bertha Pérez Quiroz y nació “en un hermoso país como es Colombia”. Allí tuvo la experiencia de un encuentro con Dios “que marcó mi vida ya que el vacío espiritual que tenía no conseguía llenarlo de manera intelectual”.

Luego fue “adoptada” por España al casarme con un madrileño: Roberto De la Cruz; cuyo hogar fue bendecido con 2 hijos (Michelle y Roberto “Tito”).

Además de Teología tiene una licenciatura en Psicología, y estudió Trabajo Social y Mediación Intercultural; y es Diplomada en “Misiones de Paz” por la ONU.. Logró en EE.UU. el reconocimiento de Capellán Cum Laude del "The Christian Ministerial College University Inc." (Maryland, EE.UU.)

Pregunta.- ¿Qué labor o ministerio desarrollas en la actualidad? 

Respuesta.- Formo parte del equipo de capellanes de FEREDE en las FF.AA. de España (CCFAEF).

Con mi marido somos pastores en la Iglesia del Evangelio Cuadrangular, una institución donde las mujeres somos valoradas y reconocidas.

A nivel social escribo para un periódico en Madrid, sirvo en la ONG Reconcilia Vida Nueva en el área de Mediación, soy docente en Diaconía Madrid. Dicto cursos y talleres de capacitación en Primeros Auxilios Psicológicos, Gestión de Emociones y Prevención de suicidios en institutos o en asociaciones.

P.- El mundo militar tradicionalmente es de hombres. ¿Cómo ha sido tu vivencia?

P.- Nací y crecí en un país en guerra donde también conocí el amor de Dios. En un ambiente bélico el peligro y la muerte no hacen distinción de sexo.

Presté 2 años de servicio militar con un trato respetuoso entre compañeros. En el ejército no hay trato privilegiado. Obtienes ascensos si demuestras capacidades y preparación para ello. En mi caso, al ser minoría tuve que esforzarme más en asumir retos y responsabilidades que no se habían dado anteriormente a una mujer. En el ejército no se obedece al género sino al rango.

Hice voluntariado en una de las bases militares de Israel (Neguev), cerca de Beerseba, donde la mujer tiene una función muy especial y valiosa dentro de un equipo. ¡Esa experiencia me encantó!

P.- Has publicado un libro por el que te han dado un premio recientemente. ¿Puedes contarnos algo sobre este libro?

R.- “El Pábilo que Humea NO apagará” es un libro para todo aquel que quiera saber cómo ayudar a alguien que atraviesa una crisis personal. Está disponible en Amazon tanto el libro impreso como la versión Kindle, en castellano y en portugués.

Mi intención fue ponerlo a disposición de cualquier persona, sin importar su denominación cristiana, pero he tenido la agradable sorpresa de saber que ha llegado a otro público al recibir el galardón como escritora y el “PREMIO PSICOLOGIA SOCIAL” otorgado por la Asociación madrileña de Artistas, Creadores y Escritores en Defensa de los Derechos Humanos como también la invitación especial para la presentación del libro en la Casa de Castilla-La Mancha, en Madrid.

P.- ¿Has tenido obstáculos por ser mujer en el desarrollo de tu profesión o ministerio? 

R.- Es una pregunta interesante...En mi caso tendría muchos motivos para tener una mala relación con el sexo masculino, ya que en el pasado tuve algunas malas experiencias por intento de secuestro y abusos de autoridad pero no es así. Creo que todo ayudó a formar el carácter que hoy tengo.

Con 17 años estudiaba en la facultad de arquitectura donde éramos 4 mujeres en una clase con 40 compañeros. Nuestro profesor de Urbanismo nos machacaba diariamente en clase diciendo que “las mujeres deberíamos estar en nuestras casas cuidando del jardín”. Esto lo decía públicamente. Él se declaraba “homosexual”. Con esto no quiero atacar ningún colectivo ni generalizar, sino tan sólo dejar claro que todo mensaje discriminatorio es un mensaje de odio.

A nivel eclesiástico fui ordenada pastora hace 30 años, cuando la mayoría eran pastores. En ocasiones era la única en una reunión de 50 hombres. No ha sido fácil, pero he contado siempre con el respeto por parte de mis hermanos pastores.

P.- ¿Cómo ves la situación actual de la mujer en las iglesias, denominaciones y entidades evangélicas?

R.- Sé de instituciones evangélicas donde la mujer no tiene opción al liderazgo. No tiene voz, ni voto. No lo entiendo, ya que Jesús no fue machista. En su ministerio estaban incluidas las mujeres y así quedó registrado en el N.T.

Si nos vamos al A.T. Encontramos mujeres en cargos de honra, como la reina Esther, una jueza como Débora, a quien considero personalmente la primera Capellán Castrense en la historia, por la asistencia espiritual y ánimo que brindara al general del ejército de Israel ante la amenaza de su adversario Sisara.

P.- ¿Qué se puede hacer para que la mujer se integre con todo su potencial personal, intelectual y espiritual en la labor del Reino de Dios?

R.- Creo que es muy importante motivarlas a capacitarse a todo nivel cumpliendo con el propósito al cual son llamadas, dentro y fuera de las cuatro paredes de la iglesia. Un gran ejemplo lo hemos tenido en Europa con la excelente gestión de la antigua primer ministro de Alemania Ángela Merkel que tanta bendición trajo a través de su gestión administrativa no sólo a su nación como a Europa.

De ninguna manera creo que debemos competir con ningún varón. Creo que si tienes dones o habilidades para algo deben darte no sólo la oportunidad como también el apoyo para realizarte. Eso es igualdad.

P.- ¿Quieres añadir algo más…?

R.- La Biblia habla del sometimiento a la autoridad del varón. Para mí no es un conflicto. Por mi educación militar, en una formación correcta en primer plano sólo se ve una cabeza y el resto de la fila está detrás de ella, bien alineados. El trabajo se lleva a cabo en equipo. Eso no es humillante. Es simplemente una cuestión de orden y jerarquías.

He tenido una excelente relación con varones muy cercanos y de gran apoyo en mi vida, como mi padre y mi marido. Nunca he sido reprimida. Todo lo contrario.

El orden jerárquico lo encontramos en todos los lugares y es necesario. Es sólo cuestión de orden.