No nos vamos apagando

Woody Allen es uno de los directores más conocidos en el mundo del cine, pero también uno de los más controvertidos. Durante más de cuarenta años ha dirigido muchas películas de éxito, y hace relativamente pocos meses hacía un resumen de su experiencia con el paso del tiempo, en una entrevista: “Envejecer es lo peor. Sólo hay malas noticias. Básicamente te deterioras físicamente y después te mueres”.             

Si, básicamente esa es la sensación que muchos tienen en cuanto al paso del tiempo… pero no es la única manera de enfrentar el futuro ¡Te lo aseguro! El problema es que muchas personas viven sin esperanza, creen que todo termina aquí y por eso sienten que su vida se acaba ¡Todo parecen ser malas noticias! Hace poco hablaba con un paisano aquí en Galicia, y me preguntaba cómo estaban mis padres. Le contesté que estaban bien, que mi papá tiene ochenta y ocho años y mi mamá ochenta y seis… Entonces dijo “¡Que suerte tienes! ¡Tus padres ya no mueren, simplemente se van apagando…!”.

Esa es la manera de enfrentar el más allá de muchas personas, tratar de maquillar la muerte y pensar que es algo natural, y que con ella se acaba todo, y simplemente nos vamos “apagando”. No saben que hay un más allá eterno y que los cuatro días que vivimos aquí son sólo una sombra de toda nuestra existencia. 

Aunque parezca mentira, ese no querer aceptar que con la muerte no se termina todo, nos impide vivir bien. A veces pensamos que si ignoramos el momento del final podemos disfrutar más, sin preocuparnos por lo que pueda suceder, pero realmente lo que ocurre es todo lo contrario: lo que necesitamos es vivir la vida cada día, sea cual sea nuestra edad. Tenemos que vivir de acuerdo a lo que hemos disfrutado y sufrido, haciendo surgir en nuestro corazón todo lo que hemos aprendido. Sin ninguna duda, las arrugas son parte de la belleza de la existencia: las físicas nos recuerdan la vida que estamos recorriendo; las arrugas del alma nos enseñan a ser felices en todos los momentos, por muy difíciles que parezcan ser.

Es más, el paso de los días nos prepara para disfrutar mucho más de la eternidad. Dios nos renueva cada momento porque nuestra vida no tiene fin: “Yo les daré fuerzas y avanzarán en mi nombre. Yo ,el Señor, doy mi palabra” (Zacarías 10:12). Él ha comprometido su Palabra para transformarnos y restaurarnos. El paso del tiempo no son malas noticias, sino ¡todo lo contrario! 
Cada día nos acerca más al momento de la renovación total. El deterioro físico es simplemente temporal, la muerte un simple abrir y cerrar de ojos que nos llevará a estar con nuestro Salvador y disfrutar de los cielos nuevos y la tierra nueva.

¡No nos vamos apagando! ¡Cada día avanzamos con más fuerzas hacia la eternidad!