Cuesta renunciar a aquello que poseemos y tenemos querencia aun sabiendo que no nos es provechoso.
Cada comienzo de año somos muchos los que hacemos nuestra particular lista de buenos propósitos. Comenzamos la travesía deseando emprender tareas y llevarlas a cabo a sabiendas que muchas de ellas quedarán siendo meros deseos.
En este nuevo año en vez de emprender me he propuesto perder. Parece algo un poco desconcertante, absurdo, sobre todo viviendo en una sociedad donde la palabra perder se asocia al fracaso, y aunque etimológicamente son dos conceptos muy distintos, verbos con un significado nada análogo, perder suele ir asociado a fracasar.
A los niños desde que son muy pequeños se les educan para que sean ganadores, que sean buenos en diferentes disciplinas artísticas, que sean competitivos en el deporte y se les exige que académicamente saquen notas excelentes.
Con estas exigencias estamos formando niños que no están preparados para perder y que tienen muy poca tolerancia a la frustración.
Los adultos vivimos con exceso de equipaje, cargando con mucho más de lo que precisamos, cosas que nos impiden caminar y debemos dejar a un lado porque aunque ni siquiera son negativas su peso nos impide avanzar.
Cuesta renunciar a aquello que poseemos y tenemos querencia aun sabiendo que no nos es provechoso. Nos gusta tener los cabos bien atados, atesorando infinidad de cosas que no nos permiten volar con libertad. Debemos aprender a perder, a morir a los rencores, a la enemistad, a la pereza, a la falta de compromiso... Morir a todas esas conductas que nos apartan del camino y abren una rendija por la que se cuela la desidia.
La mejor manera de disfrutar de la vida que Cristo nos da es perder todo aquello que nos distancia de Él. Debemos hacernos siervos, aprender a lavar pies. Menguar y dejar que Jesús crezca. Extender las manos llenas, permitir que se vacíen para que Dios en su sublime misericordia vuelva a llenárnoslas.
Comenzaremos a experimentar cambios cuando aprendamos que menos es más. Cuanto más ligero sea nuestro equipaje, más lejos llegaremos.
Este año para ganar, quiero perder.
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