Medios: ¿Los arquitectos de la perspectiva?

Hay guerra en Yemen. Estados Unidos está experimentando el cierre más largo de su historia a través de la construcción del muro. Venezuela vive una ‘catástrofe a cámara lenta’. Y todavía más, el Brexit. ¿Es esto real? Parcialmente, como mucho. Los medios tienden a distorsionar la realidad publicando y retransmitiendo lo que es digno de miedo, de una manera que silencia lo normal y provoca una preocupación continua. De manera subrepticia, los medios forman una lente a través de la cual conocemos el mundo. 

Etimológicamente, la palabra ‘medios’, o ‘medio’ en su forma singular, denota algo intermedio, literalmente ‘medio’. Los medios actúan como intermediarios para informar y comprender la realidad. Sin embargo, incluso el periodismo más preciso no puede ser el que enmarque nuestro pensamiento, ya que siempre será incompleto y carecerá con mayor frecuencia de testimonio de la palabra hecha carne (Cristo entre nosotros). Pensar bíblicamente sobre la vida pública comienza con enmarcar la realidad según la palabra de Dios. 

Además, un auténtico pensamiento bíblico cultiva una realidad interna que revierte el flujo de miedo e inseguridad que gobiernan un mundo caído. Un pensamiento bíblico no solamente ofrece sabiduría práctica para el gobierno, los sistemas económicos, las relaciones humanas e incluso la agricultura, sino que forma una lente a través de la cual podemos procesar la vida y el mundo que nos rodea. 

Como criaturas impresionables, estamos influenciados por aquello a lo que estamos expuestos pasiva o activamente. Romanos 12:2 habla de la tensión entre conformarse y ser transformados, lo primero en cuanto al patrón del mundo, lo segundo, sobre la imagen de Cristo. La matriz del cambio es nuestra mente, el instrumento de transformación es nuestro pensamiento. 

Mientras las manifestaciones de luchas y discordias fluyen constantemente, su substancia y, por tanto, la dicotomía espiritual en la que habitamos, permanece. Las siguientes instrucciones de Filipenses 4 ofrecen una clave relevante tanto para la iglesia primitiva como para los cristianos de 2019: 

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:6-7).

Somos, pues, instruidos a mediar por lo que es verdadero, noble, justo, puro, amoroso, de buena consideración, virtuoso y loable. La raíz griega de la palabra ‘meditar’ es logizomai y significa consideración profunda, tomar en cuenta, computar y calcular, ya que tiene fuerza y peso. Pablo nos exhorta a enmarcar nuestro entendimiento de acuerdo con aquello que es verdadero, noble, justo, puro, amoroso, de buena consideración, virtuoso y loable. 

A pesar de que estas instrucciones en la Biblia son simples, no son fáciles. Nos llaman a pensar no de acuerdo a la presión de las realidades del mundo que nos rodea y que podemos, tocar, ver y sentir, construidas en nuestro entendimiento a través de los medios y de lo que podemos experimentar de primera mano. En su lugar, debemos “buscar las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios” y “poner la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:1-2).

Esto no implica que seamos ignorantes y que permanezcamos alejado de los que está sucediendo a nuestro alrededor, sino que se refiere a que, ser verdaderamente sal y luz en el mundo, comienza cultivando una perspectiva alineada al reino de los cielos y cambiando las ansiedades de la vida en una vida en oración. 

Al hacer esto, la arquitectura de nuestro mundo interno es transformada poco a poco. Se nos ha dado el privilegio divino y la exhortación de tener una mente como la de Cristo (Filipenses 2:15). El capítulo continúa la vida de Jesús y exhorta a sus seguidores a trabajar esto a diario por que “Dios es2 el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2:13). Pablo avanza en la descripción del efecto corporativo de las vidas conformadas a las Cristo para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo” (Filipenses 2:15)

Pensar crea la realidad interna que moldea nuestras acciones y nuestra presencia en el mundo. En este caso, al responsabilidad dicta que no podemos permitir que el caos y las noticias sobre el caos que deambulan por el mundo moren dentro de nosotros. En su lugar, cultivamos la rica presencia interior y la palabra de Dios en nuestro mundo interior, desde el cual damos testimonio de Él en medio del caos, exudando e invitando a otros al reino inquebrantable cuando todo lo que nos rodea se desmorona. 

Este artículo se publicó por primera vez en la web del Jubilee Centre y se ha traducido y reproducido con permiso.