Aprender a decir ¡no!

“Cuando el alcohol y las drogas están a mi alrededor es fácil que pierda el control” Muchos podrían haber dicho algo parecido, pero estas fueron las palabras del actor Philip Seymour Hoffman, en una entrevista realizada poco antes de morir. Había nacido en el año 1967, llegando a participar en películas tan famosas como Capote, Could Mountain o Casi famosos. Fue encontrado muerto en su apartamento debido a una sobredosis de cocaína mezclada con heroína.

El actor definió perfectamente lo que está ocurría en su vida… y lo que está sucediendo en la vida de muchas personas. El problema es que no basta con darse cuenta de lo que uno está haciendo ¡Hay que decidirse a abandonar lo que nos hace daño!

Muchos se dejan llevar aún sabiendo que van en dirección a la propia destrucción. No son capaces de parar para tomar decisiones que merecen la pena. Se dejan ir, y esa desidia fatal les lleva a la muerte; no son lo suficientemente valientes como para luchar por su vida.

Un “¡no!” a tiempo puede cambiarlo todo. Una reflexión, una decisión, un apretar los puños para resistirse, puede ser clave en nuestra vida. No tenemos que seguir deslizándonos pendiente abajo sin saber cuál será el final ¡Hay que tomar decisiones! ¡Hay que decir “no” a lo que nos destruye!

Puede que a veces no nos demos cuenta: El camino al mal es siempre suave, casi inapreciable; no hay grandes sobresaltos, ni nos damos cuenta de que vamos descendiendo…, Sólo si hacemos el pequeño esfuerzo de reflexionar y meditar sobre cómo estábamos hace unos años, entonces podemos llegar a reconocer que nos hemos dejado llevar. Muchos no sólo no intentan abandonar lo malo ¡Es que ni siquiera lo piensan! En muchas situaciones de la vida, las tentaciones pueden ser tan grandes que no somos capaces de verlas, incluso podemos seguir con el mismo estilo de vida, como si nuestra vida espiritual no cambiara nada, pero llegando a estar desesperadamente lejos de Dios!

Necesitamos pasar tiempo examinándonos a nosotros mismos. Reflexionar sobre lo que estamos haciendo y lo que está sucediendo en nuestra vida. Tiempo para meditar y orar, tiempo para pedirle a Dios que nos dirija, porque “El Señor dirige los pasos del hombre y le pone en el camino que a El le agrada; aún cuando caiga, no quedará caído, porque el Señor le tiene de la mano” (Salmo 37:23-24)

No tienes que seguir destruyéndote, Dios quiere abrazarte y ayudarte, Él te ayudará cuando caigas y no sólo eso ¡te dará fuerzas para volver a intentarlo, una y otra vez! No esperes más: Hoy es el día perfecto para abandonar lo que puede hacerte daño ¡de una manera definitiva!