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Protestante Digital

 
Evangelina Sierra
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Lutero no necesita ser defendido

Castelar tiene razón: catolicismo y protestantismo han conducido históricamente hacia caminos divergentes: el primero hacia el pensamiento único y el absolutismo, y el segundo hacia la diversidad y las libertades democráticas.

ACTUALIDAD AUTOR Evangelina Sierra 25 DE JULIO DE 2017 19:00 h
Estatua de, Martín Lutero Estatua de Martín Lutero

El artículo de María Elvira Roca “Martín Lutero: mitos y realidades” me trajo a la memoria el conocido grabado de Huijeh Allard, de 1562, “El peso de la Biblia”. En él se ve una balanza; a un lado aportan su peso una tiara, una llave, un relicario y un libro, un monje empuja con afán de ese platillo y un fraile se ha subido encima para darle más peso; la alta curia hace votos para que la balanza se incline de ese lado. Al otro lado Lutero, Calvino y otros protestantes contemplan la escena confiados sin hacer el mínimo gesto para defender y bajar el platillo de su lado; ese platillo contiene algo que pesa más que todo lo demás: una solitaria Biblia.



 



'La balance' (El peso de la Biblia) / Museo de la Reforma de Ginebra



No voy a comparar a Lutero con la Biblia, pero su figura tampoco necesita ser ansiosamente defendida; no necesitamos empujar con ansia su platillo: los efectos de su obra al cabo de quinientos años le colocan en su sitio, en palabras de Apocalipisis 14.13 “sus obras siguen con él”.



No pasa nada por descubrir incongruencias y debilidades en la persona de Lutero, porque el único infalible es Dios y debajo de él todos somos limitados y portamos inconsecuencias; Lutero no fue ni quiso ser “Su Santidad”, como lo fue, por ejemplo, el papa Gregorio XIII, que mandó acuñar gozosa medalla conmemorativa al saber del genocidio de la matanza de S. Bartolomé. Lutero fue un ser humano, ni más ni menos, como usted y como yo, lo cual le hizo más grande; desde su limitada humanidad, con sus debilidades, hizo entrar al mundo en una nueva era.



Se puede hacer un análisis de la historia quedándose en la casuística, y siempre será fácil encontrar elementos puntuales que apoyen nuestros presupuestos, y ciertamente siempre nos podrán replicar con más casuística; pero si queremos tener una visión constructiva de la historia, que nos aporte enseñanzas para el presente, deberemos observarla con otra perspectiva: revisando los caminos que cada movimiento abre, no quedándose en las curvas de corto alcance, sino observando la dirección final hacia donde nos dirige.



La mejor forma de analizar la contribución de Lutero a la historia no es usando la casuística en beneficio propio, sino analizando las líneas generales de desarrollo, las tendencias y las consecuencias: “por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7.16). Y, desde este tipo de análisis, Castelar tiene razón: el catolicismo y el protestantismo han conducido históricamente hacia caminos divergentes: el primero hacia el pensamiento único y el absolutismo, y el segundo hacia la diversidad y las libertades democráticas.



La divergencia persiste hoy en día, cuando ya las sociedades europeas son en buena parte post-cristianas: los países de cultura protestante muestran índices medibles de desarrollo socio-político bien diferentes de los de los países culturalmente católicos.



Anciana leyendo la Biblia / Gerrit Dou, Wikipedia



La madre de Rembrandt aparece representada en un cuadro de Gerrit Dou y describe la definitiva revolución que supuso la obra de Lutero, el Post tenebras, lux: en ese cuadro una mujer está leyendo; una mujer está leyendo sola, por sí misma; una mujer está leyendo sola, por sí misma, la Biblia. Ese cuadro era definitivamente imposible en la España del s. XVII, en la que las mujeres y el resto de la población eran tutelados y no podían ni debían leer, y mucho menos la Biblia.



Como muestro en mi tesis doctoral sobre el protestantismo en Galicia, los efectos liberadores de la Reforma han persistido en todo lugar por siglos, y así encontramos otra vez en la Galicia rural del siglo XX a un cura escandalizado de que una aldeana, convertida al protestantismo, se atreva a discutir con él con la Biblia en la mano. Un prócer como Menéndez Pelayo descalificaba así en pleno 1882 a las protestantes españolas del siglo XVI: “… tomaron partido por los innovadores y comenzaron a esparcir secretamente la mala semilla. Era grande a la sazón el número de beatas iluminadas, latiniparlas, bachilleras y marisabidillas que olvidaban la rueca por la teología”. El cuadro de la madre de Rembrandt seguía siendo imposible en la España del siglo XIX.



Lutero puso la Biblia en las manos de esas mujeres y de todas las demás personas de a pie; así rompió las tutelas religiosas y desde ahí empezaron a liquidarse las demás tutelas; aunque sólo hubiese hecho eso, habría pasado a la historia como el gran transformador, porque detrás vinieron las libertades –sí, las que Lutero apoyó y las que no comprendió y rechazó­–, la apertura de mente, la liberación de los límites al avance científico, el desarrollo económico, etc.



Con la Reforma surgió una nueva forma de ver el mundo que ha transformado radicalmente pueblos y culturas de forma continuada hasta hoy mismo. Como nos recuerda Max Weber, los países donde prendió la Reforma en el s. XVI tenían un nivel de desarrollo económico y cultural claramente inferior al de los países del sur de Europa, pero en poco tiempo la situación se invirtió; sin duda se pueden aducir razones de todo tipo, pero es evidente que el impulso transformador de la Reforma estuvo detrás de esos cambios tan profundos; sus efectos persisten hoy en día, y sólo tenemos que mirar al mapa.



Como consecuencia de la Reforma, en 1536 se estableció en Ginebra la educación universal (para ambos sexos), obligatoria y gratuita, algo que en España tardaría siglos en conseguirse. Desde Lutero, los niveles de analfabetismo se redujeron drásticamente en la Europa protestante y esto supuso profundos cambios: el paradigma de la madre de Rembrandt leyendo la Biblia sin tutela laminó las bases del absolutismo e impulsó el desarrollo humano, cultural, social, político y económico con frutos que persisten hasta hoy.



No hay que ser un experto en historia política para admitir que los avances sociales se iniciaron y profundizaron con siglos de antelación en el mundo protestante a raíz del movimiento de Lutero: la primera constitución democrática fue la de los EEUU; la separación iglesias-estado fue definida por el protestante Roger Williams; fue en países protestantes en donde primero se estableció el derecho a voto de las mujeres y la abolición de la esclavitud y en donde aparecieron, con apoyo religioso, los primeros sindicatos. Son sólo algunos ejemplos que evidencian que Lutero, con su limitada humanidad, fue origen y motor de un movimiento que ha cambiado el mundo para siempre.



Es ciertamente valeroso comparar la actitud de los Reyes Católicos con la de Lutero en cuanto a la libertad religiosa; esta se reconoció en España hace sólo unas décadas, pero existe en países protestantes desde hace mucho tiempo.



Es cierto que los luteranos persiguieron a otras denominaciones, como atinadamente señala la Sra. Roca, pero la libertad religiosa estaba en el germen del protestantismo, en el sacerdocio universal de los creyentes reclamado por Lutero, y no tardaría en desarrollarse: los protestantes la establecieron en sus países asentándola en los fundamentos de su propia identidad religiosa, mientras que en los países católicos se conquistó luchando contra la dogmática católica y por iniciativa de las minorías protestantes y anticlericales.



El clero católico español del siglo XIX tenía la desfachatez de reclamar libertad religiosa en otros países, mientras la negaba en España con el argumento tridentino de que “la herejía no tiene derechos”, un argumento que hoy volvemos a escuchar en los regímenes islámicos.



Es poco consistente aducir que el cuius regio eius religio fue establecido por los luteranos como un mecanismo para imponer el protestantismo en sus territorios; lo cierto es que fue una fórmula de consenso negociado frente a la pretensión inicial de imponer obligatoriamente el catolicismo en todos los territorios del Imperio. El protestantismo, en todo caso, creció de abajo arriba y en muchas ciudades libres se estableció por democrática decisión de sus consistorios.



Otra vez debemos echar mano de la evolución histórica para comprobar que la pluralidad religiosa se reconoció de forma natural mucho antes en países protestantes: Federico II de Prusia no sólo permitió la convivencia con los católicos, sino que les financió la construcción de su catedral en Berlín en 1773; la primera enmienda a la Constitución de los EEUU estableció que “el Congreso no producirá ninguna ley que tenga que ver con el establecimiento de una religión, ni con la prohibición de la libre práctica de la misma, ni con la limitación de la libertad de expresión, ni el derecho a la pacífica reunión”, una enmienda redactada desde valores religiosos y un claro ejemplo de cómo estos tienen inmediatas consecuencias en las libertades civiles. Estos criterios tardarían siglos en asentarse en países de cultura católica como España.



Evangelina Sierra



Aducir que la Reforma incluyó elementos políticos para nada limita su valor liberador: no hay duda de que cuando se rompen las limitaciones para pensar el proceso no se puede parar ahí, y surgen inevitablemente tendencias liberadoras en todos los campos de la actividad humana, y eso incluye la política. Ni el mismo Lutero fue capaz de percibir las definitivas consecuencias que su movimiento tuvo en las relaciones políticas, y eso explica sus dudas y su posterior condena de la Revolución de los Campesinos, que se levantaron al descubrir con la Reforma que “Cristo nos hizo libres y queremos ser libres”. Podemos así deplorar las limitaciones de Lutero para comprender cuántas ataduras estaba soltando con su propio movimiento, pero eso no reduce para nada el valor liberador de la Reforma que él inició.



Es reprobable la frase de Lutero sobre los judíos, pero no es distintiva de él: no hay diferencia alguna con las palabras y los hechos de los dirigentes y la población de su tiempo; la única diferencia es que no fue un tema fundamental de su mensaje. El hecho de que Hitler usase interesadamente la figura de Lutero tiene el mismo valor que la utilización que hizo del mismo Lutero el régimen comunista de la RDA, que, en efecto, celebró con mayor entusiasmo que la otra Alemania el centenario del nacimiento de Lutero (recuerden la película Ich stehe hier). Sería poco sabio valorar a Lutero por las manipulaciones que de su figura hicieron Hitler o Hoenecker.



La Sra. Roca no ha sabido comprender que en la mentalidad protestante la unidad se construye desde la aceptación de la diversidad y el respeto a la libertad, no se impone con la homogeneización y el sometimiento de las disidencias. Es cierto: la autonomía de los territorios alemanes se mantuvo por siglos (por cierto, Italia tampoco se unificó hasta el siglo XIX), y eso no impidió su concertación para empresas comunes; Lutero se empeñó en señalar esos elementos libremente compartidos, como el idioma alemán, que normativizó con su traducción de la Biblia. El protestantismo promueve la autonomía de las personas y los pueblos, respeta la diversidad y construye la unidad desde lo comúnmente compartido; esta mentalidad explica la insistencia de los protestantes en el pacto como mecanismo de definición de la voluntad popular, y tiene consecuencias políticas, como la promoción de las federaciones.



En un país de cultura católica como España es difícil comprender, por tanto, la existencia de numerosas denominaciones protestantes, y no entra en la cabeza que desde esa diversidad se pueda construir la unidad en libertad; si España hubiese conocido la Reforma, le habría sido más fácil aprender a construir la unidad por la concertación, en vez de hacerlo por la imposición.



La Sra. Roca descalifica personalmente a Lutero siguiendo la mejor tradición tridentina, con infundios y manipulaciones. Es profundamente injusto decir que Lutero se dedicó a vivir en el lujo: Catalina y él acogían en su casa, además de a sus seis hijos, a varias sobrinas, once huérfanos, algunos estudiantes y varios pobres; a cualquier persona distinguida que iba a visitar a Lutero se le recomendaba que no aceptase de ninguna manera posar en su casa, porque allí no había quien descansase; es en ese entorno en donde se recogieron sus famosas “charlas de sobremesa”.



Los pastores jamás se convirtieron en la clase sacerdotal católica mediadora; con la recuperación del sacerdocio universal, el culto dejó de hacerse de espaldas al pueblo y se desarrolló en las lenguas vernáculas, con toda la congregación como protagonista. En algunas denominaciones protestantes los pastores pasaron pronto a ser elegidos democráticamente por la comunidad de creyentes y a rendir cuentas ante ellos.



Nos negamos, por nuestra parte, a hacer una “vida de santos” de Lutero, pero es injusto desconocer su portentosa talla como profesor, teólogo, músico, escritor, lingüista… Sólo señalaremos una pequeña muestra de su valor recordando el episodio de la dieta de Worms; allí había acudido convencido de que lo matarían, y sin embargo se plantó ante los máximos poderes políticos y religiosos y proclamó: “Mi conciencia está ligada a la Palabra de Dios […] no quiero ni puedo retractarme. Aquí estoy”. Al salir el pueblo le aclamaba, pero una hilera de soldados españoles le hizo el paseíllo gritándole; Lutero no les entendió porque se desgañitaban en español: “¡A la hoguera!”. Ese día España y Alemania iniciaron caminos divergentes; el final lo conocemos.



Todo lo dicho tiene aplicaciones relevantes para hoy: cuando algunos católicos reclaman con toda justicia derecho a la discrepancia y libertad de expresión, arrastran una pesada carga histórica de déficit de autoridad moral porque lo que hoy rechazan es lo que sus antecesores practicaron y enseñaron. Y, paradójicamente, esa tendencia a la imposición del pensamiento único y la exclusión del hereje la han absorbido ahora muchos laicistas desde un pasado tridentino que les ha contaminado igual que al resto de la población; muchos tics autoritarios actuales (de la izquierda y de la derecha) tienen su raíz en la mentalidad tridentina que niega derechos a los disidentes y ningunea a las minorías, una mentalidad de la que no han podido desembarazarse porque ni siquiera han sabido verla afincada en su propia mente y corazón.



España necesita algo más que cambios políticos o sociales: necesita un cambio colectivo de mentalidad, un proceso que no será corto, pero debe ser decidido; España debe incorporar su corazón colectivo a la Europa de las libertades, y para hacerlo le será útil poner sus ojos en la Reforma protestante a la que por siglos ha sido ajena.


 

 


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COMENTARIOS

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flash
04/08/2017
12:46 h
43
 
Es verdad María, extenso el artículo para no ser honesto con la historia referente a la Iglesia Católica y SOLO 500 caracteres. Pero no hay problema, como dice el Señor: "Ni las puertas del infierno podrán contra ella." En un discurso en las Malvinas (1863) decía Montalembert: “Para juzgar el pasado habría que vivirlo y para condenarlo no habría que deberle nada.” Saludos a todos desde el Perú.
 
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Blanco
01/08/2017
18:26 h
32
 
Estimado Sr. Garcilaso, Calvino fue un tirano religioso en Ginebra; impuso un tribunal que controlaba las opiniones y la vida de sus habitantes. Quién no estaba de acuerdo con su teología era desterrado de la ciudad. Para los castigos más graves hizo lo mismo que la Inquisición católica: los reos eran entregados a las autoridades civiles. Se quemaron brujas y herejes; otros disidentes fueron decapitados. ¿Era Calvino un ejemplo de tolerancia y respeto a los demás? Por favor, no me hagan reir.
 
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Jostein
01/08/2017
16:06 h
30
 
¿Me puede decir en qué documento está recogida esa afirmación de Lutero?
 
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flash
01/08/2017
21:51 h
33
 
Aquí hermano en latín: “In mille annis Deus nulli episcopo tanta dona dedit, ut mihi ( gloriandum est enim in donis Dei). (Charlas de sobremesa. 5494 V 189). La traducción al castellano es la que envíe antes. Saludos
 
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Blanco
29/07/2017
23:02 h
20
 
La historia está llena de personajes y de giros impredecibles. ¿Qué hubiera pasado si Colón no hubiera descubierto América? ¿O si Catalina de Aragón hubiera dado un hijo varón a Enrique VIII? ¿O si Jan Hus hubiera tenido unos cuantos príncipes alemanes que le hubieran apoyado política y militarmente? Cuántas preguntas, ¿verdad? Pero esto no elimina el hecho de que Lutero fue intolerante con las ideas religiosas de otros y un enorme antisemita. ¿Este personaje es un ejemplo de libertad y respeto?
 
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flash
30/07/2017
02:46 h
21
 
Gramanet, no olvidemos que muchos seguidores de Lutero que solo leen libros espirituales, ignoran que Lutero se pasó los últimos 27 años de su vida lanzando sin cesar en sus publicaciones, cartas y en sus charlas, feroces maldiciones y falsas contra la Iglesia, el Papa, y sacerdotes, y contra todo lo que él llamaba asnos y seguidores del anticristo y de la prostituta babilonia.
 
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Jostein
01/08/2017
16:13 h
31
 
La sola fide es tan creíble como la credibilidad que se le da a las Escrituras, porque allí aparece. Si la salvación es por obras, no es por gracia. No se puede regresar al lugar en el que nunca se ha estado, pero razones de peso existen y muchas para no hacerse romano. La negación de la sola fide, el purgatorio, las oraciones a María (miles de ellas) y a los santos, la transubstanciación, la infabilidad papal, la tradición...
 
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flash
30/07/2017
02:52 h
22
 
Es verdad Pablo, los cultivadores de la historia deberían acercarse a los documentos con ánimo desapasionado y libre de prejuicios. Al decir "protestantismo" se viene a la mente la cantidad de confesiones evangélicas surgidas a raíz del doctor Martín Lutero que en cierto modo, es la madre de todas ellas.
 
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JavierJP
02/08/2017
05:12 h
35
 
Hola flash. La cita de Santiago esta diciendo que la fe se evidencia por las obras, ya que la fe es una esperanza y una confianza; algo no tangible o material; esta dando una pauta para distinguir en aquella época en que te jugabas la vida si alguien tenia fe verdadera o era solo un engañador. Poner las obras delante de la fe, da a entender que tu fe deriva de tus obras; a este error común se le llama "poner la carreta delante del caballo" porque tu confianza esta en lo que tu haces.
 
Respondiendo a JavierJP

JavierJP
28/07/2017
13:33 h
15
 
Que tú no las creas no quiere decir que no sean creíbles,Pablo. El problema no es no creer en la predestinación(aunque es una doctrina clara en la Escritura: Rom8:30;Ef 1:11) el problema es no creer lo que Dios dice en su Palabra. Somos salvos únicamente por la gracia de Dios mediante la Fe en la obra de su Hijo Jesucristo (Ef 2:8-9), y esto mismo es el fundamento de la "sola fide". Volver al catolicismo? No, gracias (Gal 1:8-9)
 
Respondiendo a JavierJP

flash
03/08/2017
23:03 h
42
 
A A Javier 15 El propio Lutero en el prólogo del N.T. de su Biblia escribe: “Hay que distinguir entre libros y libros. Los mejores son el evangelio de S. Juan y las cartas de S. Pablo y la carta de S. Pedro, estos libros te manifiestan de Cristo. La carta de Santiago, delante de éstas, no es más que paja, pues no presenta ningún carácter evangélico”. Esto lo dice la “madre” de todas las confesiones evangélicas. Saludos
 
Respondiendo a flash

JavierJP
02/08/2017
05:29 h
36
 
Flash, Romanos, Galatas y Hebreos enfatizan "el justo [entendiendo justificado ante Dios] por la fe vivirá". Ni rastro de las obras aquí, sólo la fe. Sin embargo si que dice Pablo en Rom3:20 que nadie será justificado por las obras, y más claro aún en Rom3:28 "justificados por la fe aparte de las obras". O igual en Gal 2:16. Que tu confianza esté en la Obra consumada de Cristo, no en tus obras, tampoco en tu iglesia(ni en la mía).
 
Respondiendo a JavierJP

flash
01/08/2017
00:11 h
28
 
Javier, no se trata de volver al “catolicismo” sino, volver a la Iglesia ya que ella te lleva a las Escrituras. Santiago dice muy claramente: "¿Tú tienes fe?; pues yo tengo obras. Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe? Saludos
 
Respondiendo a flash

flash
31/07/2017
22:50 h
27
 
Javier, dime el texto bíblico donde aparece la palabra "solamente" o "únicamente" que es lo mismo. Y si aparece, podemos dialogar en cristiano a través de esa palabra. Saludos y Dios bendiga a todos los comentaristas a pesar de nuestras discrepancias.
 
Respondiendo a flash

X. Manuel Suárez
28/07/2017
08:14 h
13
 
Este espacio no permite contestar cabalmente a su pregunta. Le dejo sólo dos ejemplos: 1. Es un infundio que Lutero viviese en el lujo en Wüttenberg. Léase el escrito de la Dra. Sierra. 2. La Dra. Roca manipula cuando condena el levantamiento de los campesinos y al mismo tiempo condena a Lutero por condenar ese levantamiento. Coherencia, por favor. Tiene otra respuesta en http://protestantedigital.com/blogs/42690/Mitos_y_realidades_de_Elvira_Roca_sobre_Lutero
 
Respondiendo a X. Manuel Suárez

Alfonso Chíncaro (Perú)
02/08/2017
22:10 h
38
 
Estimado Blanco (37): Tiene razón, no es una opinión. Lutero recibió el convento, no lo niego. Pero no me parece convincente tener al monasterio como indicio de riqueza, al menos desde su exposición. Lutero vivía en una sociedad en que la riqueza más tenía que ver con campos de cultivo, ganados, industrias incipientes. Solo un gran edificio no asegura riqueza, tenía que "trabajarlo", hacerlo producir ganancia y sustento. Si usted no conoce los datos que pide, tampoco puede asegurar su posición.
 
Respondiendo a Alfonso Chíncaro (Perú)

Blanco
02/08/2017
13:10 h
37
 
Sr. Chíncaro (34), no es una opinión, es un hecho que Lutero pasó de vivir en una celda de un convento, a que todo el convento fuera suyo. En el s. XVI los autores ganaban dinero cuando sus obras se vendían; y mucho más alguien con la fama y el poder de Lutero. Para poder afirmar que su sueldo como profesor era bajo hay que conocer su cuantía y compararla con lo que ganaba un agricultor en esa zona y época. ¿Conoce usted esos datos? A estos se añade lo que ganaba con la pensión de estudiantes.
 
Respondiendo a Blanco

Alfonso Chíncaro (Perú)
02/08/2017
00:40 h
34
 
Saludos, Blanco (29). Tomo su respuesta y lo mismo puedo decir de su comentario, que el lujo de Lutero es lo que ha difundido la propaganda en contra. No sé si ya pagaban derechos de autor en la época (los derechos de autor recién empezaban a pagarse en Alemania, Wiki dixit), pero hay testimonios de alumnos que hablan de haber tenido una experiencia cercana con el reformador, además de dibujos que registraban la actividad del lugar. ¿Había necesidad de hacerse propaganda en un entorno favorable?
 
Respondiendo a Alfonso Chíncaro (Perú)

Blanco
01/08/2017
12:10 h
29
 
Lo que usted cuenta, Sr. Chíncaro (26), es justamente lo que ha difundido la propaganda a favor de Lutero. ¿Me podría decir cuánto ganaba un profesor de Witenberg? ¿Y el lucro de las ventas de sus centenares de obras que se vendían como pan caliente? ¿Ha visto usted la fachada del magnífico convento agustino de Wittenberg donde vivió? Sin duda, vivía mejor que como monje agustino con voto de pobreza y en una celda del convento: al casarse el convento pasó a ser suyo. ¡Menudo progreso económico!
 
Respondiendo a Blanco

Alfonso Chíncaro (Perú)
31/07/2017
20:49 h
26
 
Blanco (19), está diciendo verdades a medias. Recordaba la biografía de Lutero por Roland Bainton y lo he confirmado en páginas web: El convento agustino no fue ningún lujo, fue administrado como pensión estudiantil por Catalina Bora, esposa de Lutero ¿para qué? ¡Para vivir!, el sueldo de profesor no alcanzaba para todo. Esa familia no vivía gratis. Si le hubieran pagado la servidumbre y la manutención podríamos hablar de vivir en lujos; en esas circunstancias no.
 
Respondiendo a Alfonso Chíncaro (Perú)

Blanco
29/07/2017
21:11 h
19
 
Gracias por su respuesta. 1º ¿Vivió con lujo Lutero? Bueno, ni usted ni yo estuvimos invitados en su casa. Pero los hechos son estos: Lutero había escrito ampliamente contra el lujo de los clérigos "romanos". Sin embargo, aceptó como regalo de boda del Príncipe de Sajonia su antiguo convento agustino, para que viviese allí con su familia. ¿Es un lujo que solo una familia viva gratis en un magnífico convento, diseñado para una comunidad de agustinos (50 miembros o más)? ¿A usted qué le parece?
 
Respondiendo a Blanco

X. Manuel Suárez
26/07/2017
11:15 h
4
 
La Sra. Roca: a) no dice ni una sola cosa buena de Lutero. b) buena parte de los datos históricos que presenta o no son correctos o los presenta con un sesgo impropio de un texto que pretende tener rigor académico. c) no presenta razones políticas elaboradas con rigor, sino elucubraciones interesadas. Uno podría estar o no de acuerdo con sus postulados, pero decepciona profundamente su falta de rigor académico. Como dice el Sr. Villacañas, su trabajo parece de Menéndez Pelayo.
 
Respondiendo a X. Manuel Suárez

Blanco
03/08/2017
14:14 h
40
 
Sr. Suárez, Lutero criticó la vida fácil del clero católico para después vivir bien él mismo en las propiedades arrebatadas a esa misma Iglesia Católica. Si la jerarquía católica explotaba al pueblo, ¿quién pagaba a los los pastores y obispos de las Iglesias Nacionales Luteranas? ¿Y dónde queda el "libre examen"? ¡Ay! de quien osara contradecir la interpretación de la Biblia de Lutero. Al final, socialmente todo quedó en un "quítate tú, que me ponga yo". Ya sabemos como acabaron los campesinos..
 
Respondiendo a Blanco

X. Manuel Suárez
03/08/2017
09:34 h
39
 
¿Qué ingresos podría tener Lutero de estudiantes, pobres y viudas? Es una mala broma. El Sr. Blanco pierde perspectiva histórica cuando cuela el mosquito de si Lutero cobraba derechos de autor (por cierto, fruto de su trabajo) y se traga el camello del blasfemo, ostentoso lujo de toda la jerarquía católica de su tiempo, empezando por el papa, lujo construido sobre la miseria del pueblo explotado, las indulgencias y las simonías. Por mi parte el debate no da para más: es escandalosamente obvio.
 
Respondiendo a X. Manuel Suárez

Blanco
27/07/2017
12:49 h
11
 
Estimado Sr. Suárez, ¿me podría indicar, por favor, los datos que la Dra. Roca presenta y son incorrectos? ¿Y cuál es el sesgo que muestra? Hasta donde conozco la obra de Doña María Elvira, me parece una investigadora con un gran rigor académico. Ella muestra datos que rarísima vez se suelen publicar sobre Lutero y el protestantismo, con el objetivo declarado de evitar su mitificación. Lutero fue un agresivo antisemita y muy intransigente con quienes pensaban diferente que él. Así son los hechos
 
Respondiendo a Blanco

Plus Ultra
04/09/2018
10:24 h
45
 
Ultimo punto): Lutero y Calvino tuvieron sus puntos oscuros, sí. Y de su reforma no cabe deducir únicamente el progreso democrático y las libertades, hay otros factores sociales e históricos. "Una píldora": Casiodoro de Reyna, en Ginebra se sintió agobiado por la intolerancia y la opresión a la libertad de pensamiento. Tuvo que traducir en secreto la obra "sobre los herejes" de Castellio, y luego marchó de Ginebra. La Hª protestante se ha de asumir en todos sus tonos, ocultarla no es defenderla.
 
Respondiendo a Plus Ultra

Plus Ultra
04/09/2018
10:12 h
44
 
Cuando uno adopta la Historia como su pasado personal, tenemos una lucha agónica por presentar lo agradable y tapar lo oscuro, aun conscientes de no estar siendo justos. 1) los "6 relatos" pretender ser eso, la misma medicina propagandística anti-española dada la vuelta, con fines de reflexión (parece no haber sido comprendido). 2) En España hubo reforma (no protestante) y libertad de pensamiento perseguido (alumbrados, místicos y otras corriente) y no se cuenta o se la asocia al protestantismo.
 
Respondiendo a Plus Ultra

Maria Olvido
03/08/2017
18:02 h
41
 
Agradezco este artículo de la Sra. Sierra. Esta claro que Lutero no necesita que nadie lo defienda, pero con un artículo a dos páginas en El Centro de dicho periódico publicado un domingo, no podemos negar que ha sido un impacto para los protestantes, por lo destructivo y negativo del mismo. No estamos acostumbrados a contestar cuando se nos ataca, mantenemos normalmente una actitud de discreción y creo que no es siempre bueno. Gracias, les animo a publicarlos en diarios nacionales.
 
Respondiendo a Maria Olvido

J.J.Menezo
31/07/2017
06:38 h
25
 
Si, la 1ª Enmienda, que tardaron en aceptar aquellos feudos puritanos 42 años. Creo que la autora sabrá de forma fidedigna las causas por las que tuvo que huir Roger Williams hasta Rhode Island. Y en relación con eso no debemos olvidar el caso de Maryland.
 
Respondiendo a J.J.Menezo

Garcilaso
31/07/2017
03:41 h
24
 
Brillante, razonado, convincente, este magnífico trabajo de la Dra. Sierra. Resulta difícil pensar que una persona con la erudición que parece tener la escritora Roca, a estar por su libro sobre la leyenda negra, muestre por otra parte ignorancia de algunos hechos importantes y acuda a exageraciones increíbles. Leí una entrevista en El País en la cual dijo que Calvino había hecho matar a 500 personas. Gracias Dra. Sierra por su magnífico artículo.
 
Respondiendo a Garcilaso

flash
30/07/2017
03:05 h
23
 
Dice la autora: “Lutero no quiso ser “Su santidad”. Sin embargo él reconocía “humildemente” los extraordinarios dones con que el Señor le había enriquecido para tan alta misión profética: “Desde hace mil años, a ningún obispo ha otorgado Dios tan grandes dones como a mí”. Evidentemente ¡gran humildad del doctor Martín Lutero!
 
Respondiendo a flash

Angel
29/07/2017
09:46 h
18
 
Gracias a la autora de este luminoso artículo que era necesario, para contrarrestar el muy sesgado de M. Elvira Roca. Los reformadores sembraron semillas de libertad, que ni ellos mismos sabían de sus repercusiones. Su visión no era ni completa, ni perfecta. De ahí que las consecuencias fueran por una parte, buenas y por otra, muy negativas. Finalmente, hemos de saber que "Dios escribe recto entre renglones torcidos".
 
Respondiendo a Angel

Angel
29/07/2017
09:38 h
17
 
Por lo visto, la historia tiene tantos componentes (políticos, religiosos, sociales, etc.) como para que cada uno la interprete como le venga en gana. Pasa lo mismo aquí en España con su historia general y la particular de cada "nacionalismo". Pienso en qué hubiera pasado si no se hubiera dado la Reforma y nadie le hubiera hecho frente al poder "romano". ¿En qué situación se encontraría Europa?
 
Respondiendo a Angel

Felipe
28/07/2017
20:37 h
16
 
Para muchos cristianos es mas interesante seguir la historia humana que a Jesucristo. Por eso El dice: MIS OVEJAS CONOCEN MI VOZ, Y YO LAS CONOZCO, Y ME SIGUEN. Ante la maraña de la historia religiosa y humana, JESUCRISTO es nuestro pastor y nosotros le seguimos a EL.
 
Respondiendo a Felipe

Pablo Quezada S.
28/07/2017
12:20 h
14
 
Excelente síntesis. Los españoles, uno por uno y todos los hijos de Cervantes- heterodoxo a su manera- deben exponerse, como todo mortal, al rayo que emerge de la experiencia individual e intransferible del nuevo nacimiento, enmarcado brillantemente por Jesús en su diálogo con Nicodemo. Eso fue la Reforma, explicar al pueblo que el nacimiento carnal es insuficiente para el diálogo con el cosmos y la comunidad de iguales. Sin NN no hay perspectiva de cambio ni esperanza, el sol se niega a salir.
 
Respondiendo a Pablo Quezada S.

Arturo
27/07/2017
20:55 h
12
 
El articulista, le paso las del gato; giro y giro y quedo en el mismo punto. Incapaz de responder los hechos históricos indicados por María Elvira Roca: 1) La “libertad luterana” no resiste una mirada cercana y libre de prejuicios. Provocó la Guerra de los Campesinos y que dejó más de 100.000 muertos en los campos del Sacro Imperio; 2)Lutero se pone al servicio de los príncipes alemanes y alienta la violencia brutal; 3)Lutero se convierte en el gran valedor de las oligarquías señoriales.
 
Respondiendo a Arturo

Gramanet
27/07/2017
10:52 h
10
 
El artículo de Evangelina Sierra es un compendio de todos los prejuicios interesados del mundo protestante. No dispongo de espacio para desmenuzarlos, pero esta es la realidad. Por otra parte, la miríada de iglesias, hostiles entre sí, surgidas de Lutero, muestra una decadencia pavorosa en la actualidad, lo cual hará desaparecer a la mayoría de ellas en unas décadas. Poco puede enseñarnos a los españoles la violencia e hipocresía de Lutero. Espero que no me volváis a censurar este comentario.
 
Respondiendo a Gramanet

flash
27/07/2017
00:33 h
9
 
Es muy conocido la lucha de Lutero contra Roma y el Papa. En otras palabras: "Todos los enemigos de la Iglesia Católica, son amigos entre si.
 
Respondiendo a flash

J.J.Menezo
26/07/2017
20:47 h
8
 
Comenta Evangelina Sierra en relación con la Primera Enmienda de los EE.UU:“el Congreso no producirá ninguna ley que tenga que ver con el establecimiento de una religión, ni con la prohibición de la libre práctica de la misma, ni con la limitación de la libertad de expresión, ni el derecho a la pacífica reunión”. Claro que así fue, pero para defender a los ciudadanos a los que se les quería imponer el diezmo y la asistencia por las tierras de Massachusetts, y otras aledañas. Enmienda que tardaro
 
Respondiendo a J.J.Menezo

Pablo García Alós, feligrés católico en Alzira.
26/07/2017
17:28 h
7
 
Hoy por hoy, en que la 'sola Fide' y la 'Predestinación-Preordenación' ya no son creíbles, tanto las Iglesias Evangélicas como las Iglesias Reformadas respectiva y directamente descendientes de Lutero y de Calvino NO TIENEN NINGUNA RAZÓN DE PESO DE NINGÚN TIPO —NI SIQUIERA POLÍTICO, PARA NO REGRESAR DE INMEDIATO AL SENO DE LA IGLESIA CATÓLICA.
 
Respondiendo a Pablo García Alós, feligrés católico en Alzira.

samcaraballo
26/07/2017
12:17 h
6
 
Cuan iluminadoras son las Sagradas Escrituras! Proverbios 18: 17-"El primero en presentar su caso parece inocente, hasta que llega la otra parte y lo refuta" (NVI). La Sra. Roca le dio rienda suelta a sus prejuicios y este escrito le ayuda a ver completa la realidad histórica, con todas las aportaciones, de la Reforma Protestante. Muchas gracias.
 
Respondiendo a samcaraballo

Estebanmmm
26/07/2017
11:21 h
5
 
Magnifico articulo, Evangelina. Una atinada replica al articulo de la Sra. Roca, que es todo un despropósito intelectual e histórico.
 
Respondiendo a Estebanmmm

no tengo
26/07/2017
10:08 h
3
 
Interesantísimo Articulo , y elegante y contundente respuesta a la Sra. Roca. Muchas gracias.
 
Respondiendo a no tengo

Blanco
26/07/2017
08:56 h
2
 
La Reforma surgió en un determinado momento histórico, con condiciones políticas, sociales, económicas y religiosas muy específicas. Lutero, y su protector Federico III de Sajonia, fueron la chispa que encendió un enorme barril a punto de estallar que era Europa en esa época. La Dra. Roca no niega lo bueno que pudo traer el luteranismo, solo ofrece datos históricos objetivos para que no se mitifique ni a Lutero ni al luteranismo. Y explica las razones políticas de su conmemoración en Alemania.
 
Respondiendo a Blanco

Ruiseñor
26/07/2017
07:04 h
1
 
Muy buen trabajo. Solamente quiero puntualizar dos cosas:que la Europa de hoy no sea más decididamente protestante y la otra es sobre la libertad religiosa. Es una paradoja histórica que España haya sido un "baluarte" de la unidad religiosa y hoy día sea el país europeo mas dividido como se ve en las 17 autonomías por ejemplo y entre otras cosas.
 



 
 
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