Dice el dicho, acerca de los que se dedican a la traducción: “Traduttore, Traditore”. Y efectivamente, cuando se traduce se puede traicionar el sentido del texto fuente dado que toda traducción es una interpretación de sentido de una lengua a otra en la que media el traductor. Pero del mismo modo, y gracias al traductor, podremos leer un texto traducido que, si está bien hecho, se acerque al máximo al sentido del texto fuente con toda su riqueza.
Esta tarea no es fácil, especialmente cuando median siglos de distancia y contextos culturales y de cosmovisión tan distintos, como en nuestro caso es la distancia entre vivir y leer un texto en el contexto de vida del siglo primero y ahora pasarlo al siglo XXI y con lectores del siglo XXI. Ya es difícil reproducir todos los matices de una lengua a otra en la literatura contemporánea, más aun cuando nuestro ejercicio de traducción tiene que contemplar escenarios tan lejanos en el tiempo. Por esta razón es que muchos también se aventuran a afirmar que
traducir es imposible.
Pues bien, nuestra tarea es hacer lo imposible posible a fin de ¡que todos conozcan la noticia de Dios!
Hace unos días un muy querido compañero de ministerio traía a mi atención la traducción de La Palabra del texto que encontramos en 1 Timoteo 6, 5 y 6 diciéndome: ¡Como podéis traducir que
la religión es un magnífico negocio! Creo que su preocupación era la reacción de escándalo que podía producir el texto en el lector. Posiblemente, esa reacción ya se había dado en algún miembro de su iglesia y me trasladaba su preocupación.
En la sección de 1 Timoteo 6, 3-10 encontramos el texto en cuestión que en la traducción La Palabra dice:
5… y también los conflictos sin fin, propios de personas con la mente embotada, de personas que están lejos de la verdad
y piensan que la religiónes un negocio. 6
Y ciertamente la religión es un magnífico negocio cuando uno se contenta con lo que tiene.(
BLP)
El texto en
Reina Valera 1960 reza así:
5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad,
que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales.6 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;
Y el texto griego dice:
5 διαπαρατριβαὶδιεφθαρμένωνἀνθρώπωντὸννοῦνκαὶἀπεστερημένωντῆςἀληθείας, νομιζόντων
πορισμὸνεἶναιτὴνεὐσέβειαν.6 ἔστινδὲπορισμὸςμέγαςἡεὐσέβειαμετὰαὐταρκείας·
Veamos el sentido de palabras clave en este texto:
πορισμὸν:
fuente de riqueza,
negocio.
εὐσέβεια:
piedaden el sentido de
ejercicio de una fe, es decir,
religión. En este último sentido aparece las cartas pastorales.
Μέγας:
gran,
magnifico
αὐταρκείας:
sobriedad,
contentamiento con lo que se tiene.
La Palabra, actualiza el lenguaje a nuestro tiempo sin cambiar el sentido del texto sino mas bien procurando preservar la fuerza de las palabras de Pablo con su doble intención y sentido irónico.
El pasaje esta en un contexto de enseñanza a Timoteo acerca de lo que es un verdadero maestro de la fe y denunciando lo que serían falsos maestro. El momento de máxima tensión se alcanza cuando pone de manifiesto a aquellos que de la religión han hecho una fuente de riqueza, es decir, un negocio. Pablo deja ver su delicada ironía añadiendo que la religión no solo es un negocio sino un
magnífico negocio. Y el apóstol asocia religión, negocio y sobriedad, para afirmar por fin que nada traemos a este mundo y nada nos llevamos, y que no merece la pena enredarse en querer ser rico.
Con esta estructura, el texto enfatiza que ciertamente la religión produce recursos lícitos para el desarrollo de la propia religión y con los que es posible vivir dignamente, cosa que Pablo defiende aquí (v.8) y en otros lugares. Y más allá de esto, el texto también implica que el ejercicio de la fe, la religión bien entendida, es un negocio en si misma y que la riqueza esta en vivirla y vivirla contentándose uno con vivir de ella sobriamente.
Esto aplicado al que se dedica al ministerio significa que el obrero es digno de su salario - y de un salario digno, diría yo - pero es inmoral e inaceptable enriquecerse a costa de la religión. ¡Ese no es el propósito!
La Palabra trata de recoger este doble sentido e ironía de Pablo hablando de la religión como negocio.
Al reflexionar sobre este pasaje recuerdo que mi padre –hombre dedicado por muchos años a los negocios- solía decir en su testimonio de fe: “El mejor negocio de mi vida fue conocer a Jesucristo.” Y es que nosotros identificamos el texto, su vocabulario y expresiones a nuestras experiencias de vida. Así debemos entender precisamente este texto en su contexto.
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