Ha llegado la mañana

Sólo si estás atento a lo que ocurre a tu alrededor podrás vislumbrar belleza en aquellos acontecimientos en los que otros únicamente ven rutina.

Si prestas atención, verás cómo ríen las cosas ofreciéndote destellos en la mañana y cual si fueran fugaces caricias, conseguirás ataviar lo monótono con ropas de espléndidos colores.

Hoy quizá la vida te resulte un tanto ambigua. Tal vez te preguntes qué haces en ella. Pero si aprendes a observar con crédula mirada descubrirás que todo tiene un matiz distinto.

Cada vez que oigo el chispeante cantar de un pájaro, el tintineo suave de las hojas mecidas por el viento o el rítmico sonido de las risas de los niños, sé que Él está por encima de todo. Él es el creador.

Puede que las preguntas que te haces no tengan una inmediata respuesta, yo sólo quiero que mires a tu alrededor y te limites a ver lo que por usual ha pasado a ser desestimado.

Un nuevo amanecer, un cálido abrazo, el roce del viento en tu rostro, el canto desentonado de una anciana que tiende su ropa al sol, la cadencioso dulzura de unos ojos extraños que miran buscando complicidad, un tenue beso en la mejilla, la simpleza de oír tu nombre pronunciado por el ser amado, el goteo alegre de la lluvia golpeando los cristales, las olas embravecidas rompiendo en el espigón, el olor a salitre en la piel , observar calladamente a quienes ni tan siquiera saben que son observados sólo para ver en ellos la persona que puedes llegar a ser.

Enumera las mil pequeñeces que te asaltan cada día, las trivialidades que conforman tu vida. Después plantéate si merece la pena vivir.

Yo deseo extender mí mirada más allá de lo que hoy puedo hacerlo, dejar de preocuparme por banalidades y prestar atención a lo que realmente importa.

Parece un procedimiento sencillo, pero en realidad es mucho más dificultoso de lo que aparenta. Estoy en ello. Poco a poco deseo conseguir vivir con la simplicidad que proporciona el saber que soy peregrina , que estoy de paso.