Mr. Rudy Salles, un político francés de centro derecha, hizo una promesa en su nominación en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa comprometiéndose a europeizar una versión todavía peor de la política “anti-secta” francesa.
El borrador de su informe, titulado “La protección de los menores frente a los excesos de las sectas”, estimuló a los estados a identificar a algunas comunidades peyorativamente como “sectas” y a asegurarse de que fueran estrictamente supervisadas y restringidas por el estado.
La
Alianza Evangélica Europea reúne y representa a más de 15 millones de cristianos procedentes de todas las denominaciones protestantes, incluyendo cristianos evangélicos que pertenecen a iglesias y denominaciones que sólo tienen una historia reciente en el país en el cual están ubicadas.
Según el movimiento anti-secta francés, en las décadas de 1980 y 1990 los “nuevos movimientos religiosos” incluían claramente iglesias evangélicas, pese al hecho de que algunas de ellas habían estado en Francia desde el siglo XVIII. El efecto dominó de esta lógica continúa hasta el día de hoy en Francia y también en Bélgica y Luxemburgo que tienen ambos instrumentos anti-secta, aunque más leves que los franceses y en muchas otras regiones de Europa, donde algunas comunidades cristianas no tradicionales son vistas como “sectas” sospechosas y “nuevos movimientos religiosos”.
Durante 22 años el Consejo de Europa había argumentado en contra de la utilización del término “secta”, prefiriendo el lenguaje de “grupos de naturaleza espiritual, esóterica o religiosa”. Mientras que no puede negarse que prácticas ilegales pueden ocurrir y ocurren en estas comunidades,
el sentido común del Consejo de Europa establecía que la protección de la libertad religiosa era de suma importancia y que no se necesitaba nada más aparte de los procedimientos normales de la ley civil y criminal para luchar contra estas prácticas.
En cuanto a la protección de los niños en particular, los abusos claramente pueden o no suceder en toda clase de comunidades o contextos, públicos o privados, religiosos o no y los estados deben garantizar la protección de todo el mundo.
La propuesta de Mr. Salles
fue criticada principalmente por su peligro para la libertad de religión, los derechos de los padres, los derechos de las asociaciones y los principios de no discriminación. Es como usar un bazooka para matar mosquitos. Muchos vieron en este informe “un intento de limitar la libertad de religión” y arguyeron que la exposición incluso animaba al estado a ir más allá de sus prerrogativas, tal como el filósofo Dr. Daniel von Watcher, de Liechtenstein afirmó en una conferencia en Bruselas el 15 de Abril: “Incluso esta distinción entre sectas y otras comunidades religiosas es injusta y [equivale a] la intervención del Estado en la religión”.
Por tanto,
tres semanas antes del 10 de abril, día en que la votación tendría lugar, EEA formó una alianza con otras organizaciones. Trabajamos sobre la base de un importante principio que valoramos en la tarea de defender la libertad religiosa: la libertad religiosa es para todos. Los principios de la neutralidad del estado en materia de religión o creencia y la libertad religiosa, significan que debemos defender la libertad de las personas incluso cuando estamos en serio desacuerdo. Después de varias consultas y un cuidadoso análisis del informe y haber decidido la estrategia a seguir, pasé casi una semana trabajando con los colegas para llegar a un breve análisis de fondo del informe, además de las enmiendas que íbamos a promover.
También se organizó una actividad paralela tres días antes de la votación. La alianza que construimos con las otras organizaciones demostró ser el lobby más fuerte para actuar contra este informe.
Se enviaron varias peticiones de oraciones y llamados a la acción por lo que estamos muy agradecidos porque pudimos contar con los miembros y socios de la EEA para trabajar a nuestro lado. Es interesante subrayar que
Mr. Salles consideró esta movilización como “inaceptable y una presión muy fuerte proveniente de las sectas”. Se quejó incluso de que algunas organizaciones habían enviado un “brillante folleto, a todo color”. Se hubiera podido esperar una contra-argumentación mejor construida.
En definitiva,
la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa decidió aceptar la resolución de Mr. Salles el día 10 de abril con cambios importantes (9 enmiendas en 7 párrafos). Con mucho gusto, habíamos previsto esto, razón por la cual había tantas enmiendas.
La mayoría de las enmiendas que se aceptaron eran las que la EEA y nuestros miembros y socios cercanos habían fomentado.
Como resultado de todo ello,
la Resolución Salles final es un informe enfatizando la libertad de religión, la libertad de los padres y la protección de las minorías religiosas en Europa, especialmente de sus menores. La Recomendación, la cual la instruye el Consejo de Ministros del Consejo de Europa (y por consiguiente tiene un impacto directo en la política nacional) fue rechazada.
Gracias a nuestros socios y a todos por vuestro apoyo y gracias a Dios por esta victoria. Esperamos que Mr. Salles sobrevivirá a este ejercicio democrático… ¡y al brillante folleto!
Nota: El Consejo de Europa es una organización mayor que la Unión Europea en términos de membresía puesto que reúne 47 países (incluyendo Noruega, Suiza, Turquía y Georgia) en torno a la Convención Europea de Derechos Humanos. Tiene su sede en Estrasburgo. La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa reúne a parlamentarios nominados por los países miembros. Los textos que votan no son legalmente vinculantes, aún cuando las Recomendaciones al Consejo de Ministros del Consejo de Europa deben ser objeto de seguimiento por los 47 gobiernos de los estados miembros.
Traducción: Rosa Gubianas
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