Anuario del Grupo de Mujeres de la Iglesia Evangélica en el número 21 del Paseo de la Estación, Salamanca.
Inicio este artículo cuando termino otro al que he puesto como palabras finales unas que escribió el llamado Filón el judío, filósofo griego de origen judío que vivió en tiempos de Cristo. Estudiantes de patrística afirman que el tal Filón ejerció gran influencia en los llamados Padres de la Iglesia, escritores cristianos de los cinco primeros siglos de nuestra era, si llegamos hasta Agustín de Hipona.
Dice Filón en su obra SOBRE LA VIDA CONTEMPLATIVA que “si se siembran en el alma grandes virtudes, producen frutos útiles, acciones nobles, laudables”.
Pues
a este fin sin fin un grupo de mujeres cristianas se entregan cada año a la tarea de producir una revista que titulan SEMBRADORAS. Está dirigida por
Jacqueline Alencar Polanco, mujer de exquisita sensibilidad, fina estampa peruana, caballero de fina estampa, escritora sin pausa ni cansancio, colaboradora asidua de PROTESTANTE DIGITAL.
La acompañan en las tareas de dirección y redacción Lidia González, Elena Gil, Dori Alonso, Carmen Criado, Élide Tapia, Ana Llanos, Gloria Silva, Loida Paz, Elena G. Acevedo y Gloria Sánchez.
El Talmud judío dice que las mujeres constituyen un grupo humano del que mucho se habla y al que pocas veces se deja hablar. En el caso que me ocupa, mujeres escritoras hablan con excelencia y autoridad sobre temas que atañen a la Iglesia como comunidad y a los individuos que la componen.
Abre las páginas la propia Jacqueline con un
editorial sobre la formación bíblica del niño y de la niña. Sigue
Lidia Martín examinando la educación evangélica, que pide sea sometida a revisión, apoyada por
Margarita García, quien discurre sobre “la enseñanza religiosa en el sistema educativo”. Margarita García publica un largo ensayo al que no sobra ni una coma. Ve “la enseñanza religiosa evangélica en el sistema educativo” desde su despacho de FEREDE. Los datos que aporta y los cuadros que diseña convencen, como diría José Cardona, hasta el ciudadano El Chato de Jaén. ¡Pastores, educadores, maestros de escuela, háganse ustedes el favor de leer y estudiar atentamente este artículo! Aprenderán mucho.
Como también aprenderán con el artículo que se refiere al
pasado, presente y futuro de la Escuela Dominical. Está escrito a cuatro manos por Alicia González y Javier Díez, su esposo, creo, por lo cerca que están el uno del otro en la fotografía de cabecera. En las primeras líneas nos dicen que la Escuela Dominical se inició en iglesias de Inglaterra durante el siglo XVIII. ¿Lo sabías?
¡Qué bueno el artículo de
Carme Negrillo al que pone como título
“Algunas reflexiones sobre educación cristiana y educación emocional”. ¿Qué entiende Carme por esto último? Que “la educación emocional cristiana debería estar impregnada de valores e ir más allá de lo meramente correcto”. Enteramente de acuerdo, señora (¿o señorita?).
Mundialización, globalización, universalización, son términos de ayer mismo, que ni siquiera figuran en los diccionarios. Dos mujeres, Fany Sabogal y Berta Pinedo se enfrentan a ellosy escriben un adorable artículo en torno a la “cosmovisión bíblica de la educación escolar cristiana”. ¿Y qué dicen? Entérate: “la cosmovisión bíblica afecta a todas las áreas de la vida, de la sociedad, del saber…”. ¡Aquí es nada!
¿Quieres algo más íntimo? Lee el artículo de Febe Jordá en torno a la escuela de padres. Un refrán español dice que lo que se aprende con la leche en los labios no se olvida con los años. Según Febe, “las escuelas de padres son un punto de encuentro para las familias y sirven como terapia grupal”.
Continúo con el trabajo de
“la Asociación de madres y padres evangélicos”, de Elisabet Rodríguez. Según dice la autora, esta Asociación tiene pocos meses de vida. Trabajaron en su fundación cuando comprobaron que “había un vacío en la representación de madres y padres evangélicos” ¡Bien hecho! Son las madres y los padres quienes deben resolver la emancipación de la humanidad comenzando por quien descansa en la cuna que mecen.
Ester Martínez pasa por encima de madres y padres y llega hasta los abuelos. Muy emotivo, muy tierno su artículo “el difícil papel de los abuelos en el siglo XXI”. Y ¿Cómo era el mismo papel en siglos anteriores? Ester admite que es “actualmente un asunto difícil de tratar”. Pero ella lo hace con primor.
En SEMBRADORAS escriben también hombres. Los cito, pero les concedo menos atención. Total, son sólo hombres. Hombres colados en corral ajeno, en una revista de mujeres.
Javier Martín: “Ministerio infantil: Crónica de una crisis anunciada” (Este hermano ha leído a García Márquez).
Fernando Carrión: “Instrucción bíblica a los niños”.
Juan Manuel Quero: “Una educación integral y de vanguardia: los colegios evangélicos” y “Protestantismo y proyección educativa”.
Raúl García: “La Asociación de educadores evangélicos de Madrid”. Al peruano
Samuel Escobar, que un día me llevó a comer ceviche en el puerto del Callao, no lejos de la capital peruana, lo tengo cerca de mi alma. La directora de SEMBRADORAS le ha asignado una tarea difícil. Escribir un vivo artículo de muerte.
La esquela mortuoria de aquella gran mujer que se llamó Catalina Redman, esposa que fue de Pablo Wickham, a quien desde aquí felicito por la muerte de su mujer, porque ya ha alcanzado la otra patria. Escobar borda el tema, como siempre que escribe.
Otra vez mi gran amiga, admirada esposa de su admirado esposo, Jacqueline Alencar. Ahora cultiva el difícil género periodístico de la
entrevista y pregunta cosas a David Pritchard. Preguntas breves. Largas respuestas. A lo clásico. Más que respuestas el señor Pritchard escribe ensayos cada vez que responde. Y no es eso.
En las últimas páginas el bueno de
Gabino Fernández escribe una muy interesante semblanza de la educadora evangélica C
arolina Marcial Dorado, fallecida en 1941. No sé quien fue.
Otra biografía, la del galésGeorge Lawrence, quien llegó a España en 1863 y en nuestro país hizo una gran labor. Metidos en literatura,
Nancy R. Clarneau comenta la novela LA CABAÑA, de William P. Young. Impresionan los números. Dice Nancy que de esta novela se han llegado a imprimir quince millones de ejemplares y ha sido traducida a cuarenta idiomas. ¿Tantos?
¡Otra vez Jacqueline! Ahora, cerrando la última página de SEMBRADORAS. ¡Escribir es una droga! Lo sabré yo, con 50 libros a cuestas, 3.000 artículos y 40 años dirigiendo publicaciones. La pluma es lengua del alma, decía Cervantes. En esta ocasión Jacqueline la toma entre sus dedos (¿o escribe directamente en la computadora?) para componer una
crónica sobre el XXI Retiro de Mujeres Evangélicas celebrado en Toral de los Guzmanes. Y un mensaje de aliento, de esperanza: “Si Dios sacó al pueblo de Israel de Egipto en medio de mucha oposición, también nos puede sacar a nosotros de toda esta problemática que ahora nos afecta” (Jacqueline Alencar).
En absoluto he olvidado la poesía y el dibujo. El gran Campoamor solía decir que la poesía es música del alma. En la página número 2 de SEMBRADORAS, inmediatamente después del editorial,
Gloria Sánchez publica un poema titulado LIBERADA y otro Delfina Acosta, denominado “En tu nombre”. Es poesía religiosa, donde cabe la frase de Juan Ramón Jiménez: “la belleza se cubre de luz y Dios te guarde”.
¿La portada? Vale un potosí, obra de un catedrático de dibujo de la Universidad de Salamanca, Miguel Elías. Esta portada es para enmarcarla y colocarla en lugar visible de la casa.
SEMBRADORAS se publica sólo una vez al año. ¿Sabes por qué? Porque no hay dinero para más. ¿Por qué no hay dinero? Porque tú, mujer, no la apoyas. Compras otras revistas dedicadas principalmente a la mujer como HOLA, TELVA, LECTURAS, DIEZ MINUTOS, PRONTO y demás basuras. ¿Y no puedes invertir algunos euros en SEMBRADORAS, que es oro puro.
Decídete. Sólo te cuesta 5 euros. Tiene 56 páginas. Compra dos ejemplares de este número. Quédate con uno y regala otro. ¿Sabes el bien que puedes hacer al compartir con personas de tu entorno los magníficos artículos que aparecen en esta revista?
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Jacqueline Alencar
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37008-Salamanca.
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