Hace más de cuatro años un grupo de líderes de jóvenes, dentro de la Plataforma Alianza Joven, e impulsada por la Comisión de Juventud de la AEE (Alianza Evangélica Española), hablaron por primera vez de hacer algo diferente en España con los jóvenes de nuestro país.
Se han hecho miles de campañas evangelísticas, hay agencias misioneras, organismos y denominaciones que organizan este tipo de eventos cada año, pero
¿por qué no unirnos todos y hacer algo que hasta ahora no se ha hecho en nuestro país?
Era un sueño, hacer algo diferente, algo que pudiera impactar a toda una ciudad y a la vez impactar a nuestros propios jóvenes, algo revolucionario que marcara un antes y un después en la vida de cientos de jóvenes.
Implícate ya no es un sueño, es una realidad.
Implícate no depende de una sola organización o denominación, sino de muchos (aunque si hay que destacar a alguien sería el apoyo inmenso de Marcos Zapata y la Iglesia Buenas Noticias de Lugo, eje fundamental de todo lo realizado con el apoyo de las otras iglesias locales). Surgió de una reunión de 35 líderes de jóvenes y con el apoyo de la mayoría de las organizaciones y denominaciones evangélicas en España, con el deseo común de realizar actividades de impacto evangelístico y de transformación para nuestros propios jóvenes. Por eso nuestro propósito ha sido doble, un doble objetivo. Uno ha sido que los jóvenes puedan tener un encuentro con Dios, y el otro es que puedan compartir su fe de forma tangible y práctica.
En
Implícate es la primera vez que tantos jóvenes comprometidos con Jesús y su causa, que amamos este país, que nos apasiona el poder ganar a otros para Cristo, que pertenecen a muchas denominaciones diferentes y que llegados de diferentes partes de España y Europa, nos hemos unido para ponernos a trabajar juntos con este propósito.
Todas nuestras expectativas se han visto cumplidas, buscábamos comunicar el Evangelio de Jesús de una forma actual, diferente, relevante e impactante. Se trataba de crear un espacio adecuado para que muchos jóvenes pudieran considerar por primera vez su relación con Dios y el propósito que Él pudiera tener para sus vidas. Era todo un reto, pero este pasado fin de semana, del 21 al 23 de septiembre en Lugo, hemos visto a muchísimos jóvenes aceptar ese reto, asumir ese desafío como propio, hemos visto a muchísimos jóvenes siendo inspirados, desafiados por la palabra de Dios y capacitados no sólo para impactar una ciudad como Lugo, sino también sus propias iglesias.
Como decía al principio de este artículo, Implícate ya no es un sueño, es una realidad.
He visto a muchos jóvenes salir a las calles de Lugo y a través del arte, la creatividad, el ingenio y sobre todo, capacitados por el Espíritu Santo, predicar el evangelio de una manera fresca, diferente, natural y efectiva ya que muchos en Lugo han tenido un encuentro con nuestro Señor Jesucristo, hemos impactado a toda una ciudad y a la vez a nuestros jóvenes aceptar el reto de ser agentes de cambio para la sociedad. He disfrutado, me he gozado al ver a tantos jóvenes renovar su compromiso con nuestro Señor y con Su causa, aceptar el reto y decir: “heme aquí, envíame a mí”
Hay muchos que creen que estamos viendo a una generación perdida, la generación Ni-Ni se les llama, es evidente que algunos no creen en nuestros jóvenes, y tal vez razones no les faltan, pero después de lo vivido en Lugo, creo que si cada uno de nosotros hacemos nuestra parte, podremos ver un cambio, hay jóvenes capacitados, jóvenes con ganas de provocar un cambio radical en la sociedad que nos rodea. Los jóvenes no son el futuro, son el presente de nuestras iglesias y no sólo deberíamos tener esto presente, deberíamos saber aprovecharlo.
Implícate es el principio, no de una campaña que podamos realizar de manera periódica, es el inicio de un movimiento, de un movimiento juvenil que quieren ser luz y sal, agentes de cambio y restauración para una sociedad rota por el pecado, a la que tenemos que transmitir un mensaje claro, Dios ama al ser humano por encima de todas las cosas y busca desesperadamente restaurar Su relación con la humanidad.
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