Paulina Aguirre ganó el grammy latino con su disco"Esperando tu voz" (año 2009)y Pablo Aguirre, su marido, recibió el premio también como productor en el mismo compacto. Ambos proceden de Ecuador, aunque llevan bastantes años viviendo en los Estados Unidos.
Forman una pareja excepcional, consagrada al Señor; y uno de los detalles que más me llamó la atención del último cd de Paulina como cantante y Pablo como productor, “Rompe el silencio” (¡un trabajo excelente!), es la dedicatoria: “Para todos los que han estado atados, callados, silenciados por el abuso, por la culpabilidad; pero que a través de Dios pueden encontrar una voz”.
Vivimos en la sociedad de los triunfadores y los poderosos; de los que lo tienen todo y acaparan las portadas de los medios de comunicación.
El mundo irreal de los vaivenes económicos y la apariencia. Las ideas que aparentemente permanecen son equívocas, y a casi nadie le preocupa la verdad, salvo en aquello en lo que puedan sacar algo de provecho propio.
No es de extrañar que, cada día más, los que están atados, callados, silenciados y abusados sean la gran mayoría.
Cuando Pablo escribe (inspirado por el Espíritu de Dios) la
carta a los efesios, explica de una manera magistral, cómo Dios nos amó, nos creó y nos salvó para que disfrutáramos de una relación personal con Él.
En el capítulo dos y versículo diez define quienes somos: algunas traducciones de la Biblia dicen que fuimos “hechos” por Él. Eso debería servir para certificar nuestro valor como personas, pero a mi personalmente, me encanta la palabra que utiliza Pablo en el original griego: “poiema” ¡Somos un poema de Dios! ¡Dios hizo una obra de arte con cada uno de nosotros! De hecho, otras versiones traducen que somos “Su obra maestra”.
Puede que el mundo siga siendo el mismo, pero mi “mundo” personal y real, el que permanece, el que realmente merece la pena, cambia por completo, al saber que soy una obra maestra de Dios.
Jamás pienses que estás sola o solo, y que nadie te comprende.
Jamás creas que no le importas a nadie, o que nadie puede saber lo que estás pasando. Todos hemos tenido momentos en los que pensábamos que nadie podía ayudarnos, pero eso no es cierto.
¡No lo es!
Tú eres un poema de Dios.
Tu vida vale más que todas las circunstancias y todo el dinero del mundo. Lo que tu eres es un regalo de Dios, y no existe nadie como tú.
No importa la situación en la que te encuentras, los problemas por los que estás pasando o el futuro que creas que tienes por delante, ¡Dios te cuida siempre! Él conoce cada uno de tus pensamientos, y te ama de una manera extraordinaria.
Sé que puedes estar pasando dificultades y aparentemente a nadie parece importarle lo que te sucede, pero Dios sigue ahí, con sus brazos abiertos y su corazón lleno de amor para que descanses en Él.
No te preocupes por lo que está pasando a tu alrededor, o si las demás personas parecen no apreciarte; Dios te creó como eres y Él sólo crea obras llenas de arte.
Dios te ve como una obra maestra y eso es lo que eres.
Tu vida tiene mucho valor. El talmud hebreo dice “Quién salva a una vida, salva al mundo entero”
Si de alguna manera, después de leer estas torpes palabras, puedes mirarte a ti mismo/a para reconocer lo especial que eres, el mundo entero se “salvará” porque tú has comprendido lo que Dios quiere en tu vida.
Como te decía, vivimos en una sociedad que admira a los triunfadores, a los poderosos y a los famosos. Eso nos desorienta por completo, porque llegamos a pensar que sólo algunas vidas merecen la pena. Dios lo ve todo de una manera radicalmente diferente, y déjame decirte que SU manera de ver las cosas es la que permanece, no la nuestra.
Se trata de Dios, no de nosotros. El importante es Él, no algunos “listillos” que andan por ahí. Para Él todos tenemos el mismo valor, somos un poema suyo, aunque algunos no quieran reconocerlo.
Tú eres mucho más genial de lo que crees: Dios quiere salvar tu vida; su amor por ti es eterno.
“Creados en Cristo Jesús” escribe Pablo en el mismo versículo:
Dios nos hizo a su imagen, así que encontramos nuestro lugar y sabemos quienes somos cuando volvemos a casa y le abrazamos. Cuando vemos como en un espejo la imagen del Señor Jesús en cada uno de nosotros; porque Él nos hizo para reflejar su gloria.
No desistas ni te dejes llevar. No pienses que tu situación no tiene remedio. No le hagas caso a los que han querido abusar de ti, o te han silenciado y herido. No te dejes llevar por la amargura o el odio. ¡No abandones ni te desesperes: Tienes mucho más valor de lo que jamás hayas imaginado!
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