La necedad del ateismo (II)

Dos versículos de los Salmos califican a los ateos de personas necias: “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien” (Salmo 14:1), (Salmo 53:1).

En el vocabulario nuestro de todos los días llamamos necia a una persona ignorante, tonta o presumida.

Pero en la Biblia tiene un sentido religioso. Necia es la persona que no busca a Dios.

Una forma de ateísmo.

Despreocupación de Dios.

El necio de los Salmos 14 y 53 es el materialista que cree encontrar la felicidad en todo cuanto la tierra ofrece.

La frase hebrea “dice en su corazón” equivale a “pensar”.

Al ateo de estos dos Salmos se le llama “necio” porque no dirige sus pensamientos a Dios ni le preocupa el tema religioso.

Aquí el necio es opuesto al sabio, que regula su vida por la sabiduría divina.

“El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1:7).

El huevo y la gallina

Una mujer anciana estaba manipulando huevos para una tortilla.

Recibe la visita de un joven vecino suyo y tratan el tema religioso. Dice el joven:

-Antes yo creía en Dios, pero después de estudiar filosofía, ciencia y matemáticas, he dejado de creer en Él y en todo lo que dice la Biblia.

-Bien dice la mujer. Yo no he estudiado nada de eso, pero ¿puedes decirme de dónde ha salido este huevo?

-De una gallina, claro, respondió el joven.

-¿Y de dónde salió la gallina?, preguntó la señora de nuevo.

-De un huevo, contestóel joven ateo.

-La mujer insistió: ¿entonces qué fue primero?

-La gallina, claro, respondió el vecino.

-¿Me está usted diciendo que la gallina existió sin que hubiera huevo?

-Oh, no, cedió el joven confundido. Quise decir que el huevo fue primero.

-¿Y cree usted que el huevo pudo haber existido sin la gallina?

-De acuerdo, señora, la gallina fue primero.

-¿Y quién hizo la primera gallina?

El joven ateo, atolondrado, dijo a la mujer. ¿Dónde quiere ir usted a parar con toda esta historia del huevo y la gallina?

-Muy simple –respondió la mujer muy convencida- El que creó el primer huevo o la primera gallina es el que creó el mundo.

 Usted no puede explicar la existencia de un simple huevo sin recurrir a Dios. ¿Y quiere explicar la existencia del mundo sin Dios? Su ateísmo no aguanta ni una simple prueba.

 

El burro y el ateo.

En el primer capítulo de Isaías Dios se queja de la rebeldía del pueblo judío.

Los trató como a hijos y se rebelaron contra Él, cayendo en el ateísmo.

“Oíd cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.

“El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento” (Isaías 1:2-3).

Esta infidelidad del pueblo la compara con la fidelidad del buey y del burro, animales que se muestran agradecidos a quienes les da el sustento.

La oración del burro

Entre tantas oraciones extrañas que han salido del Cristianismo, existen también las oraciones de los burros:

La leo a ustedes porque encaja en los versículos del profeta Isaías: Señor, ayúdanos a mantener los cascos bien firmes sobre la tierra, y las orejas alzadas hacia el cielo para no perdernos ni una sola de tus palabras.

Danos un lomo valiente, para aguantar aun a los humanos más inaguantables.

Ayúdanos a trotar bien derechitos, sin que nos distraigan las caricias de la adulación ni los golpes de la vara.

Haznos sordos a las injurias y la ingratitud. Es la única sordera que te pedimos.

No nos dejes andar siempre angustiados por evitar las meteduras de pata; un burro siempre va a hacer burradas.

Ayúdanos sencillamente a no desesperar jamás de tu generosa misericordia con estos burros tan desgraciados, según dicen los pobres seres humanos, que nunca han entendido ni a los burros ni a ti que huiste a Egipto con uno de nuestros hermanos, e hiciste tu entrada profética en Jerusalén sobre el lomo de uno de los nuestros.

“El asno conoce el pesebre de su señor, pero mi pueblo no tiene conocimiento”.

No hay burros ateos.

Pero hay ateos que se comportan como burros.

Sé que esto es muy fuerte. Yo no lo diría. Lo dice la Biblia.

EN QUÉ CREEN LOS ATEOS

En el 2008 escribí y publiqué un libro titulado EN QUÉ CREEN LOS QUE NO CREEN.

En ese libro figura una cita del filósofo y matemático francés Blaise Pascal, en la que dice: “el incrédulo es el que más cree”.

El ateísmo se ha convertido en una nueva religión.

El psiquiatra austriaco mundialmente conocido, Sigmund Freud, quien se declaraba ateo, dijo que “las religiones de la Humanidad deben considerarse como uno más de los engaños pensados para las masas”.

Sin embargo, el Evangelismo ateo forma una religión.

Una religión con sus ritos, su propaganda, que en Europa se anuncia incluso en los autobuses.

La religión atea tiene su propia Biblia y sus diez mandamientos,que se resumen así:

1. No creemos en la existencia de Dios.


2. No creemos que Dios sea autor del mundo físico, del mundo animal ni del mundo terrestre.


3. No creemos que Dios creara a la primera pareja humana.


4. No creemos que Jesucristo sea Dios.


5. No creemos en la Trinidad formada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.


6. No creemos que la Biblia sea Palabra de Dios.


7. No creemos en la existencia del pecado. Cada persona responde al destino para el cual ha nacido.


8. No creemos que haya vida después de la tumba. La muerte es el final de todo.


9. No creemos que haya otra vida después de esta.


10. No creemos que exista el cielo, ni el infierno, no creemos en castigos ni en premios.La religión del ateo se compone de negaciones.