Diez años en Protestante Digital

En este mes de agosto se cumplen diez años de mi colaboración en Protestante Digital. Quiero dar las gracias a Pedro Tarquis y su equipo por el bien que me han hecho y por la oportunidad que me dan cada semana de poder expresarme, a veces con alegría, a veces con temor y temblor, muchas con tristeza a lo largo de más de quinientos artículos.

Protestante Digital me abrió la puerta a otros ámbitos que desconocía y me obliga a leer con constancia, ejercitarme, no solo de los pensamientos afines a los míos sino de los que van en contra.

Durante estos diez años he crecido en formación. He aprendido más sobre nuestro Señor y esto, más que hacer que me sienta satisfecha, me lleva a comprobar, día a día, lo mucho que me queda para alcanzar el mínimo que me exijo.

Tengo el placer de contar con buenos amigos y entrañables amigas de todas las edades que antes no conocía. Evito nombres por temor a mi mala memoria en momentos de nerviosismo como este. Aunque no os mencione, sabéis quienes sois. Gracias por vuestro cariño.

Isabel Pavón.

 Además, he recibido la fuerza y los halagos necesarios (esa palmadita en el hombro que empuja hacia adelante) para continuar el camino, a veces duro. De igual modo me llegaron las críticas que me han instruido en tantas ocasiones y las que me han enseñado humildad y paciencia, sobre todo cuando escribo sobre la igualdad entre hombres y mujeres, tema que veo tan claramente reflejado en la Palabra de Dios. Leo vuestros comentarios. Conozco vuestros nombres y seudónimos aunque, por razones mías, no respondo pero sí os doy las gracias, lectores. Valoro mucho el tiempo, siempre valorado como oro, que dedicáis al entrar en "Tus ojos abiertos" y leer lo que publico. Agradezco los "me gusta". Me ilustro con los comentarios, ya sean a favor o en contra de mis opiniones.

Gracias a mi familia por estar a mi lado cuando necesito tiempo para escribir. Sin su apoyo no habría sido posible.

Gracias al Señor por amarme con amor eterno y por prolongar sobre mí su gran misericordia.