Hamás, el Tribunal y Tribulete

"El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha anulado por razones de procedimiento la inclusión de la organización palestina Hamás en la lista de grupos terroristas. La UE incluyó a Hamás en la lista de organizaciones terroristas que creó en 2001 tras los atentados del 11-S en Nueva York. La organización palestina recurrió esta medida que suponía la congelación de sus fondos en la UE y limitaciones para sus dirigentes. El Tribunal considera que la decisión no se basó en hechos contrastados sino en imputaciones de hechos derivadas de la prensa y de internet."

Este es el contenido de la noticia, extraída del servicio de teletexto que ofrece Televisión Española, sobre la decisión de sacar de la lista de organizaciones terroristas al grupo Hamás. La verdad es que la capacidad de asombro es algo inversamente proporcional al paso del tiempo, es decir, que a medida que aumenta el segundo, la primera disminuye, lo cual indica que llega un momento en que se pierde totalmente tal capacidad con el transcurrir de los años.

Ahora resulta que Hamás no es un grupo terrorista porque los argumentos que se emplearon para catalogarlo como tal se basaron en noticias periodísticas. Si esto lo dijera cualquier persona o entidad no tendría mayor relevancia que la que tiene una opinión, por muy descaminada que pueda estar. Pero que lo afirme un alto tribunal, como es el de la Unión Europea, es algo incomprensible, a menos que se trate de una operación política de mayor calado cuyo último fin es el reconocimiento de la Autoridad Palestina como Estado. Claro que si trata de una operación política ya no es una sentencia motivada por razones de justicia, que es la competencia de cualquier tribunal, sino por razones de conveniencia, que es el terreno propio de cualquier gobierno. Dado que para el reconocimiento como Estado de la Autoridad Palestina la inclusión de Hamás en una lista de terroristas sería algo totalmente inviable, hay que quitar a esa organización de esa lista abominable.

Pero ¿eran solamente noticias periodísticas las que incriminaban a Hamás en acciones de terrorismo? Si concedemos eso entonces también hay que admitir que los periodistas son los mentirosos más grandes del mundo y los mayores fabricantes de patrañas, lo cual no deja en muy buen sitio a esa honorable profesión. Cuando yo era niño había un personaje de tebeo llamado el repórter Tribulete, periodista de tres al cuarto al que todo le salía mal y que para escabullirse de ciertos aprietos en el que le ponía el director de su periódico no se contentaba con no contrastar las noticias sino que directamente se las inventaba. Pues bien, según el Tribunal de Justicia de la Unión Europea los periodistas actuales no serían muy diferentes al repórter Tribulete de mi infancia. Si el Tribunal tiene razón entonces estamos cada día pendientes de lo que nos quieren contar unos cuantos incompetentes. Claro que también puede ser que no tenga razón y que los incompetentes no sean los periodistas.

Pero si seguimos con el argumento del Tribunal entonces tenemos que llegar a otra conclusión todavía más inquietante y es que en la Unión Europea se tomó una decisión de gran calado político, incluir a Hamás entre los terroristas, basándose en noticias periodísticas no contrastadas, lo cual significaría que los responsables políticos de la Unión Europea son unos irresponsables. A medida que vamos desgranando la cascada de consecuencias de la declaración del Tribunal más interrogantes surgen y menos certidumbres nos quedan, poniendo cada vez más en evidencia el funcionamiento de instituciones de la mayor importancia.

Pero de lo que no hay duda es de que Hamás postula la destrucción del Estado de Israel, sea al precio que sea, incluido el del terrorismo, aunque obviamente ellos no lo denominen así. Esa declaración programática no es un invento de los periodistas, sino la propia aseveración de Hamás. Tampoco es una enunciación teórica solamente, pues hay sobradas pruebas de que la han puesto en práctica muchas veces. Como no hay constatación de que sus dirigentes hayan cambiado dicho postulado ni que tengan la intención de cambiar su práctica, es por lo que surge la pregunta sobre las auténticas razones del cambio de actitud hacia Hamás por parte de la Unión Europea y de su Tribunal.

Tal vez las feroces represalias de Israel en respuesta a los brutales ataques de Hamás hayan sido un factor determinante en este cambio de actitud. Pero castigar lo que hace una de las partes mediante el cambio del estatus de la otra no parece que sea lo justo, porque en definitiva al hacerlo se está auxiliando a quien tiene como principio rector la destrucción total del otro.

El problema de esa parte del mundo es insoluble, humanamente hablando. Como tiene una raíz teológica es inútil buscarle respuestas políticas y como las respuestas teológicas están fuera de toda perspectiva actual, es por lo que todos los intentos políticos estarán condenados al fracaso. El pleito por Jerusalén, porque al final en eso consiste todo el asunto, no puede tener otra solución sino la que venga del cielo, por más que nos neguemos a reconocer que del cielo pueda venir algo.