Terele Pávez y el indigente

Por cierto, ¿qué se entiende por indigente?, ¿que no es gente? Según la RAE, indigente es el que hace indigencia; e indigencia es la falta de medios para alimentarse y para vestirse. No tener medios para subsistir es como la peste para los que comemos todos los días. Por lo visto hay quien lo ve como el peor delito que alguien pueda estar cometiendo, pero a estos mismos no se les ocurre ayudar.

¿Cuántos, de los que nos llamamos cristianos, somos capaces de dar testimonio sentándonos en plena calle, a pleno sol del día, entre cartones, a entablar una conversación con alguien así? ¿Cuántos nos echaríamos a dormir junto a él, sin temor a ensuciarnos la ropa, ni a los piojos, ni al mal olor, ni al ruido de las tripas, tan tranquilos, como lo hacía ella, mientras la gente caminaba sin prestar atención a su fama? ¿A quién tiene que darle cuentas Terele de sus actos?

Por lo visto, España no ha tenido noticia más grave que esta. Hasta los familiares han salido en su defensa diciendo que tuvo un mal día, como si lo que ha hecho fuera un crimen y tuvieran que disculparse por su mala acción para evitar la cárcel.

Digo que, para mí, la señora Terele Pávez, ha sido un ejemplo. ¡Ole!, por ella, por su valentía por su empatía con los pobres; por compartir su tiempo con aquel necesitado sin importarle lo que otros digan; por andar caliente y ríase la gente en vez de ir donde va Vicente.

Ojalá haya muchas más personas como ella dando ejemplo, personas que no miren a los inmigrantes como caquitas de perro con las que hay que evitar cruzarse en las aceras. Ojalá seamos capaces de pararnos y sentarnos un rato junto a ellos y escuchar sus problemas, contarle los nuestros y transmitirles esperanza. No son caníbales, comen lo mismo que cualquiera de nosotros.

En vez de criticar la actitud de Terele Pávez, procuren indagar más en las vidas de estas personas con problemas que viven en la calle y, sobre todo, procuren ayudarlas. Animen a esto.

Estoy segura de que si las cámaras hubieran captado la imagen de Terele ante un indigente que le pide limosna y no le da ni un céntimo, la habrían sacado de la misma manera. La cosa está rellenar espacios, en sacar a la luz defectos para hundir a las personas. Es lo que vende. ¡Qué pena!

No se disculpe señora Terele, no vuelva a hacerlo. Lo que usted ha hecho la honra. A quien le pique, que se rasque. Y no se amedrente por las críticas. Dios que todo lo ve, mira el corazón. Noticias como la suya son la más importante en el Reino de los Cielos.