El traje del dolor

Según la noticia, el objetivo de los médicos británicos que lo han diseñado es concienciar a las personas sanas del daño que padecen los enfermos de osteoartrosis, fibromialgia, parálisis y dolores crónicos, y además, para avanzar en la investigación médica de su tratamiento y conocimiento. Más de un millón de andaluces las padecen.

Creo que es una buena iniciativa para despertar las mentes de quienes desconocen este tipo de impedimentos.

Pero hay más. Lo sabemos.

Existen muchos males arraigados que están contabilizados a medias a causa del silencio perverso que mantienen los que se enriquecen a su costa y del mutismo, por miedo, de quienes los sufren.

Son los que ocasionan los maltratadores, los pederastas, los que trafican con drogas, los que engañan a inmigrantes, los proxenetas... Su contagio cunde como la pólvora.

Si estuviera en mi mano subvencionaría a estos investigadores y les propondría que descubrieran vestimentas especiales para todos estos venenos insociales que luchan por infiltrarse en las entrañas de los ciudadanos sanos.

Les haría hincapié en que estuvieran hechos a la medida, milímetro a milímetro. Habría que confeccionarlos al por mayor, dada la realidad que impera. El proyecto sería grande.

A todos, absolutamente a todos, habría que dejárselo puesto día y noche durante una buena temporada para que se enteren de cómo se sienten por dentro, en la vida cotidiana, los seres que ellos están envenenando con sus perversidades.

No es la ley del Talión, amigos y amigas, es la ley de la concienciación.

Y no, no podrían quitárselo hasta que de veras se arrepintieran de corazón al ver en carne propia lo mismo que están haciendo pasar a otros y digan entre sí, arrepentidos, gimiendo llenos de dolor: “Este es aquel de quien en otro tiempo nos reímos, aquel a quien convertimos en blanco de nuestras burlas. ¡Qué tontos fuimos! Pensamos que su vida era una locura y su muerte una deshonra. ¡Mirad cómo ahora es tenido por hijo de Dios y comparte la herencia de su pueblo santo! ¡Qué lejos anduvimos del camino de la verdad! ¡La luz de la justicia no brilló para nosotros, ni nos iluminó la luz del sol! Anduvimos por caminos de maldad y perdición, caminando por desiertos sin senderos, y no reconocimos el camino del Señor. Libro de la Sabiduría 5:3-7


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