Mano de obra barata

Sin embargo, estoy convencida de que para los sin papeles, siempre habrá un hogar sediento de mano de obra barata-ata-ata donde se les absorba hasta los sesos sin necesidad de contrato-ato-ato. Un hogar, dulce hogar, donde, convencidos de que ser extranjero es sinónimo de estar falto de entendimiento, por unos pocos euros, siete u ocho por ejemplo, se las ponga, a ellas, a fregar el suelo de rodillas, a limpiar durante horas; o por un puñado de euros más, se vean obligadas a permanecer internas sin un día libre para descansar-cansar-cansar.

Y a ellos, el patron-tron-tron, les tenga trabajando de sol a sol, y les vaya aplazando el pago de semana en semana, presumiendo-sumiendo-sumiendo ante los suyos de dar trabajo al sin consuelo. Si se enfadan y deciden no regresar, no importa, otro desgraciado vendrá a ocupar su lugar. Hay tantos-tintos-tontos...

Siempre habrá gente con el corazón retorcido-ido-ido que sacará provecho-echo-echo de la situación bajo amenazas. Gente con escasez de espíritu fraternal y que por tanto no tiene idea de lo que significa ser refugio del que busca, consuelo del que sufre.

Según el diccionario de la RAE discriminar es dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc; e igualar es juzgar sin diferencia, o estimar a alguien y tenerlo en la misma opinión o afecto que a otra persona. Sobre esto, la Palabra de Dios en Éxodo 21:21 expresa: No maltrates ni oprimas al extranjero, porque vosotros también fuisteis extranjeros en Egipto. Quien dice Egipto dice Francia, Suiza, Alemania, Argentina, Tánger... Y en Levítico 19:33 No hagáis sufrir al extranjero que viva entre vosotros. Tratadle como a uno de vosotros; amadle, pues es como vosotros...
Clarito, clarito, ¿verdad?

Para favorecer a los que arriesgan sus vidas llenos de esperanza en encontrar un mundo mejor que no encuentran al llegar; para alentar a los que vienen de noche sin nada bajo el brazo, y sin nada viven; para aliviar a los que pasan días en el mar sin comer ni beber, y aquí siguen pasando necesidad; para acompañar a los que tragan su rabia sin poderla desatar; para beneficiar a los que sobreviven-viven-viven con lo puesto y con lo puesto permanecen; para alentar a los que no quieren decir su lugar de procedencia porque no desean mirar atrás; para los que se ven obligados a regresar con las alas quebradas... Seamos la voz que proclame-clame-clame su denuncia. Ellos no pueden.
¿A que unas palabras les han retumbado más que otras? A mí también.

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Parte de la entrevista realizada a José Blanco por El País, publicada el 11-9-2006:

P. Han endurecido ahora su discurso sobre la inmigración irregular. ¿Les preocupa que cale la idea que son el Gobierno del papeles para todos del que habla el PP?
R. Queríamos superar una situación heredada de cientos de miles de personas que estaban trabajando sin derechos y sin cotizar. Pero también venimos trabajando para controlar la inmigración irregular que llega a nuestras fronteras. Hemos conseguido avances importantes con Marruecos. El que no entre legalmente tendrá que salir, garantizándole todos sus derechos. Esto es aplicar la ley, la misma que aprobó el PP.

P. Ustedes regularizaron a 580.000 personas. Pero ahora hay otros 800.000 irregulares, porque siguen entrando. ¿Habrá que hacer otra regularización en breve?
R. La inmensa mayoría de estas personas tendrán que ser expulsadas. Nosotros entendemos que el mercado de trabajo ya absorbió lo que podía. A partir de ahí la entrada ilegal no puede llevar a la regularización. En un momento determinado hay que poner coto. El mercado de trabajo no tiene ahora condiciones para absorberlos.

P. ¿Le preocupan las encuestas que dicen que la mayoría de los españoles piensa que hay demasiados inmigrantes?
R. No percibo ningún problema general. Todo el mundo sabe que España necesita mano de obra, que la inmigración influye en el crecimiento económico. Todos identificamos a personas que realizan trabajos que los españoles no cubren. El sentimiento de xenofobia, salvo algún caso puntual, no existe. Claro que si todos los días vemos imágenes de inmigrantes entrando en nuestro país, la gente se preocupa.