El Islam es actualmente la religión de más rápido crecimiento en el mundo. Las últimas estadísticas facilitadas por fuentes islámicas afirman que la religión fundada por Mahoma cuenta actualmente con 1.300 millones de fieles. Asia tiene 670 millones. Oriente Medio y países del Magreb, 330 millones. En África viven 260 millones de musulmanes, 25 millones en Europa, contando los países de la Europa oriental y la Europa occidental, y 15 millones en América.
El país asiático con mayor número de musulmanes es Indonesia, 170 millones en una población de 190. Por lo que respecta a Europa, sólo Francia tiene 4.200.000 musulmanes. Hay también comunidades millonarias en Alemania, especialmente turcos, y en Inglaterra, donde son mayoría los indopaquistanies. Se ha dicho que dentro de 20 años habrá en Gran Bretaña más musulmanes en las mezquitas que anglicanos en sus templos. Esto será debido a que los anglicanos cada vez van menos a sus iglesias y en cambio los musulmanes son fieles practicantes.
Por lo que respecta a América, si bien en las repúblicas de América Latina hay grandes comunidades de musulmanes, son especialmente fuertes y están creciendo a ritmo acelerado en los Estados Unidos. No sólo entre la población negra. Norteamericanos rubios, de ojos azules, criados en las enseñanzas de la Biblia, se están convirtiendo al Islam.
Algo parecido está ocurriendo con la comunidad latina de Estados Unidos. El periódico "Los Ángeles Times" decía recientemente que en los Estados Unidos de Norteamérica hay unos 15.000 hispanos musulmanes, la mayoría de los cuales han abandonado la Iglesia católica, desilusionados de su clero y de sus doctrinas. El verano pasado se fundó en el sur de California el Movimiento Latino-Musulmán, con el fin de convertir a los 30 millones de hispanos que viven en Estados Unidos. En Nueva York, un grupo de puertorriqueños convertidos al Islam ha abierto en el corazón de East Harlem la llamada Alianza Islámica, que ha puesto su mira en la conversión de los dos millones de puertorriqueños que viven en Nueva York.
Munawar Ahmad Anees, uno de los principales pensadores musulmanes, ha dicho que dentro de poco el Islam superará al Cristianismo en número de fieles. "El despertar del Islam proporciona hoy a la gente un sentido de identidad y un rumbo en la vida", añade Hassan al Turabí, jefe espiritual del Gobierno militar islámico de Sudán.
Los cristianos harían bien en no minimizar el valor de esas declaraciones.
El mundo del Islam, aunque políticamente muy dividido, no puede ser reducido a una horda de fanáticos y terroristas violentos. Pensar así es un ultraje moral a la civilización islámica.
Es preciso poner atención al esfuerzo de la propaganda islámica, muy considerable y con una gran gama de material educativo y didáctico: videos, casetes, literatura, etc. El Islam se presenta en los países cristianos de Occidente como respuesta a los problemas sociales, a las crisis de valores, a los conflictos morales y a los desajustes políticos y económicos. También como una religión capaz de ofrecer a los individuos lo que el catolicismo y el protestantismo no han sabido darles.
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