Nada hacía suponer que algo así ocurriera porque durante años no había habido ataques terroristas en esa ciudad. Cuando las noticias del atentado llegaron al Hogar para Traductores de la Biblia, situado a unos 16 kilómetros de Jerusalén, donde Mary estaba realizando un curso de seis meses, no podían imaginar que ella era la víctima mortal del mismo.
Pero al no regresar esa noche para dormir los temores comenzaron a afianzarse. Sus compañeros de estudios llamaron a los hospitales para ver si estaba en alguno de ellos, recibiendo respuesta negativa. Entonces llamaron a la policía para denunciar su desaparición. Por la mañana comenzaron a ser conscientes de que la persona asesinada tenía que ser Mary. Finalmente la policía llevó al responsable del centro de estudios al instituto forense para que identificara el cadáver. Era Mary. Su rostro estaba intacto y natural y por tanto era fácilmente reconocible. La deducción fue que ella había estado más cerca que el resto del público de la maleta que contenía la bomba, recibiendo así la mayor parte de la deflagración, lo que hizo posible que otros solo resultaran heridos y no muertos.
Mary había llegado en enero de este año para tomar parte en el programa de traducción de la Biblia que la Universidad Hebrea de Jerusalén imparte.Quería prepararse para tener las herramientas adecuadas para la traducción del Antiguo Testamento. Los últimos veinte años los había pasado en Togo, trabajando en la alfabetización y traducción del Nuevo Testamento a la lengua ifé, llegando a verlo publicado.
La lengua ifé es una de las lenguas del grupo defoide, perteneciente a la gran familia lingüística níger-congo, compuesta de unas 1.400 lenguas que cubren una gran parte de África. Mary había consagrado su vida para llevar la Palabra de Dios al grupo etno-lingüístico que en Togo habla la mencionada lengua.
Tal vez a algunos les parezca una locura que alguien emplee la mejor parte de su vida, cuando se está en la plenitud de facultades, en un remoto punto del planeta, conviviendo con un pueblo materialmente atrasado y desconocido, estando expuesto a muchos riesgos y peligros. Y ciertamente, si lo evaluamos por las categorías lógicas y humanas, es una locura. Es más sensato invertir la propia vida en algo que nos suponga promoción, ascenso, prestigio y categoría. Además de buena remuneración y seguridad.
Pero Mary pertenecía a esa clase de gente que no mira las cosas que se ven, sino las que no se ven, “pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”
[1] Y por eso se embarcó en un proyecto de índole trascendental, pensando que lo mejor que podía hacer con su vida era dar la Palabra de vida a los que todavía no la tienen en su propia lengua.
Mary era de ese grupo de personas que, desde que Jesús ordenara la gran comisión, han estado dispuestas a llevarla a cabo, aun a costa de cualquier sacrificio personal.Después de dos mil años los misioneros cristianos siguen yendo a lugares inhóspitos, aislados y olvidados, para llevar el evangelio a los que nunca lo han escuchado. En muchos casos son los primeros en llegar a algunos de esos sitios remotos; en otros son los únicos dispuestos a quedarse a vivir y compartir el día a día con las gentes que allí moran.
Nunca fue fácil ser misionero del evangelio, pero tal vez en los días que vivimos sea más difícil que nunca.La razón es que las dificultades no solo están en el campo de trabajo adonde se es enviado, sino también en las críticas y descalificaciones que proceden de los países de origen. Me explico. El secularismo occidental está mostrando más y más su rostro anti-cristiano, de manera que su sueño sería no solo que el cristianismo fuera irrelevante en Occidente, sino que no fuera llevado más allá de donde hasta ahora ha sido llevado. De ahí que los misioneros trans-culturales estén bajo ataque como propagadores de ideas perniciosas para la integridad de los pueblos a los cuales llegan.
Una de las organizaciones que son blanco de esas críticas es Wycliffe Traductores de la Biblia (el nombre desde hace poco es Alianza Global Wycliffe), a la que Mary pertenecía, cuyoobjetivo es hacer que cualquier persona en el mundo pueda tener la Biblia en su lengua materna.
Lo que está en juego es si hemos de dejar a las personas tal como están, sin opción de escuchar otra cosa, o hemos de darles la oportunidad de que oigan la buena nueva del evangelio y tengan otra alternativa para escoger. El secularismo agresivo de nuestros días, en aras de una supuesta pureza antropológica, quiere impedir lo segundo, reduciendo así la capacidad de elección de las personas y mostrando una actitud esencialmente estrecha, que contrasta con su apariencia de tolerancia.
Pero Mary, como otros esforzados y valientes, optó por la tarea de proporcionar a los hablantes de ifé la buena nueva en su propia lengua.
La antorcha que Mary portó no se ha apagado. Al contrario, su trabajo, por su muerte, ha llegado a ser conocido en esferas y ámbitos en los que antes era desconocido, por lo que habrá quien tome esa antorcha y siga adelante con la tarea. Un sueño que algunos tenemos en España es ver a españoles saliendo al campo misionero para participar activamente en esa tarea. Tal vez esta página pueda estimular a alguien en esa dirección:
www.proel.org.
Si quieres comentar o