Panoramix era la encarnación de la sabiduría esotérica, pero aplicada solamente con fines benéficos, esto es, la preservación de la independencia de su aldea, de tal forma que su figura de anciano venerable sería la del auténtico depositario de la mejor esencia de un pueblo que quiere conservarla frente a los intentos de homogeneización de un invasor.
Claro que una cosa es la descripción idealizada y simpática que Goscinny y Uderzo nos han dejado de los druidas y otra la realidad. Las fuentes históricas de las que dependemos son algunos escritores del periodo romano clásico(1) y algunas obras cristianas irlandesas(2), no existiendo material propio de los druidas mismos, al considerar éstos que las cosas sagradas no debían ponerse por escrito, razón por la cual transmitían sus enseñanzas a los iniciados de su orden en forma oral. Aunque hay quien afirma que la antigua escritura críptica
ogham de los celtas británicos e irlandeses tiene su origen en los druidas. El relato de César, que es mucho de lo que podemos considerar histórico, nos informa del extraordinario poder religioso y social que poseían, al dilucidar sobre cuestiones públicas como herencias, crímenes, linderos y semejantes. Sus decisiones eran vinculantes, bajo pena de quedar excluidos los infractores de participar en ritos sagrados, lo cual era el castigo más severo concebible para el pueblo. Enseñaban la reencarnación y discutían sobre ciencia natural, astronomía y las sagas de sus dioses, que César equipara con las divinidades romanas Mercurio, Apolo, Júpiter, Minerva, y Marte.
Llama la atención que César menciona los sacrificios humanos que los druidas realizaban, siendo las víctimas cautivos de guerra, criminales e incluso voluntarios, quienes eran metidos en enormes cestos de mimbre para ser quemados vivos. También usaban las entrañas de sus víctimas para adivinar el futuro. Igualmente Tácito corrobora esa afirmación al decir que los bosques, particularmente los de la isla de Anglesey, eran lugares de sacrificios sangrientos. Los misioneros cristianos encontraron gran resistencia por su parte, teniendo sus decisiones preferencia incluso sobre las de los reyes y en la literatura cristiana irlandesa aparecen descritos como poderosos magos, adivinos, agoreros, protectores de las primaveras sagradas, promotores de deberes y tabúes sagrados y conservadores de los montes de robles, tejos, endrinas y fresnos, a quienes Patricio pudo vencer sólo con dificultad.
La impresión que dejan esos relatos antiguos es que los druidas galos y bretones eran una orden que detentaba el poder político, ya que influían en la elección de los magistrados; el poder social, ya que decidían en causas civiles y criminales y el poder religioso, ya que controlaban los ritos sagrados. Eran ricos, poderosos y despóticos. En una palabra, nada que ver con Panoramix.
La orden de los druidas desapareció en Bretaña ante el avance de la civilización romana y en Irlanda ante la del cristianismo, quedando sus miembros desplazados por la Iglesia a una posición irrelevante.
Pero he aquí que de pronto
los druidas vuelven a levantar cabeza y concretamente en el Reino Unido, antiguo bastión suyo, han sido reconocidos como religión con los mismos derechos que pueda tener cualquier otra, lo cual es indicativo del momento espiritual que Europa está viviendo. Por supuesto no se presentan con ninguna pretensión de realizar sacrificios humanos como sus antepasados, pasando por alto, de hecho, que tal cosa sucediera alguna vez. Más bien, se presentan, como no podía ser de otra manera, muy en sintonía con lo que es políticamente correcto actualmente: el respeto y la armonía con la naturaleza, la conciencia ecológica y el desarrollo personal íntimamente ligado a sus creencias. Aunque su politeísmo irracional, sus fantasiosas creencias y sus burdas supersticiones, que en definitiva fueron la causa de su decadencia y desaparición, no han cambiado.
Ahora bien, si en Europa regresa una religión con pretensiones de respetabilidad, pero que hace ya muchos siglos quedó en evidencia por su necedad, eso es todo un síntoma de que este continente lejos de avanzar en una dirección progresiva hacia adelante, más bien ha optado por una dirección retrógrada en el sentido más pleno de la palabra. Porque lo retrógrado es desenterrar un cadáver al que se intenta presentar como si tuviera vida.
Que esto suceda en una nación como el Reino Unido, en la que el cristianismo desempeñó un papel de primer orden en su ascenso y desarrollo hasta convertirse en una potencia mundial, es bien elocuente del clima espiritual que estamos viviendo.
Este movimiento de retroceso no es más que el resultado directo de haberle dado la espalda a la fe cristiana, lo cual nos enseña una lección muy importante: Más allá del cristianismo solo queda un retorno retrógrado a las viejas fábulas paganas, lo que en término más cultos se denomina neo-paganismo, pero que podríamos denominar justamente retro-paganismo.
1) Julio César, Comentarios sobre la guerra de las Galias 6:13-20; Tácito, Anales 14:30 e Historia 4:64; Plinio, Historia natural 30:4,13;31:1; Cicerón, Sobre la adivinación; Amiano Marcelino, Historia XV:9,8 y noticias dispersas en otros autores.
2) Vida Tripartita de Patricio; Vida de Columba, de Adamnan y noticias esparcidas principalmente legendarias.
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