Sólo para ti

No me agradezcas lo que te he dado, me ha sido dado sólo para ti (Alejandro Jodorowsky)

Escribir y observar son dos actividades que se complementan.

Quienes dedicamos parte de nuestro tiempo a contar historias, comprendemos la necesidad de llenarnos con las vivencias propias o ajenas, hartar nuestros ojos de paisajes, escenas, de todo cuanto nos sea de interés, pues esas imágenes serán a las que recurriremos en el momento en el que felizmente decidamos escribir sobre algún tema en especial.

Esta semana mi mirada de escritora se detiene en vosotros, seres sin rostros, desconocidos para mí, lejanos en la distancia, pero cercanos en el amplio jardín de la palabra.

Hombres y mujeres que me regaláis vuestras frases agradecidas, halagadoras, que llenan de ilusión este corazón mío , que a veces necesita un toque de cariño anónimo para sentirse más vivo.

Contengo en mi interior las expresiones que a menudo se derraman y que con sencillez os pretenden mostrar la forma en la que aderezo mis sentimientos.

En determinados momentos, dudo de que sirvan de algo estas experiencias que os lego en forma de pensamientos. Por ello reclamo la ayuda de Dios, para que esas impresiones que se escurren entre teclas, lleguen hasta vosotros ornamentadas de la forma más correcta.

Cuando me deshago de ellas y las expongo al exterior, siempre tengo una sensación de inquietud por no haberlas pulido mejor, entresacándole más belleza a lo que quiero ofrendaros.

Es entonces, cuando llegan esas entonaciones cariñosas que oigo con la imaginación y que provienen de vuestros corazones, prosa que me indica que aquello que os he dado ha llegado a buen puerto.

Agradezco muchísimo esos gestos de afecto que envolvéis con letras y que atesoro en mi interior como una hermosa dádiva de aprecio.

Pienso que sois; como dicta una preciosa frase, esa mermelada que pone un toque de dulzor a mi sencillo pan con mantequilla de cada día, un pan que gracias a vosotros se hace más deleitoso de gustar.