Desde luego, no deja de ser significativo que esa misma interpretación sea la que han mantenido durante milenios los intérpretes judíos más destacados.
Es el caso, por ejemplo, de
Rashí, el comentarista de la Torah más importante de la Edad Media que aún sigue siendo estudiado en las yeshivot. En su comentario a Bereshit (Génesis), Rashí detalla al abordar el relato de la creación en el primer capítulo como el uso de Elohim resulta obligado al tener un ámbito universal, no referirse al pacto con Israel y al indicar la posibilidad de juicio.
No hay distintos autores. Hay diferencia de contenidos teológicos en los nombres, unos contenidos que los partidarios de la Hipótesis documentaria parecen incapaces de percibir.
Precisamente, por eso no extraña
la interpretación milenaria que los exégetas judíos han dado a uno de los argumentos más utilizados por los defensores de la hipótesis documentaria, la referencia a. Éxodo 6: 1-8. Veamos, en primer lugar, lo que indica el pasaje:
YHVH respondió a Moisés: Ahora verás lo que yo haré a Faraón, porque con mano fuerte los dejará marchar; y con mano fuerte los arrojará de su tierra. Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy YHVH. Y me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob bajo el nombre de El-Shaddai, mas en mi nombre YHVH no me di a conocer a ellos. Y también establecí mi pacto con ellos, de darles la tierra de Canaán, la tierra en que fueron extranjeros, y en la cual anduvieron como peregrinos. Y asimismo yo he escuchado el gemido de los hijos de Israel, a quienes tienen sometidos a servidumbre los egipcios, y me he acordado de mi pacto. Por tanto dirás a los hijos de Israel: YO YHVH; y yo os sacaré de debajo de las cargas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes. Y os tomaré como mi pueblo y seré vuestro Dios: y vosotros sabréis que yo soy YHVH vuestro Dios, que os saco de debajo de las cargas de Egipto. Y os meteré en la tierra, por la cual alcé mi mano prometiendo que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob: y yo os la daré por heredad. YO YHVH.
La interpretación clásica del texto previo, según la Hipótesis documentaria, es que YHVH fue un nombre desconocido para los patriarcas. Éstos habrían invocado a Dios únicamente como El-Shaddai (Dios Todopoderoso) y, por lo tanto, la aparición de YHVH en pasajes previos a Moisés tan sólo indicaría una pluralidad de autores y documentos.
A decir verdad, una de las cosas que más llama la atención de la Hipótesis documentaria es que, de aceptarla, también tendríamos que aceptar el carácter verdaderamente chapucero del supuesto redactor del texto final de la Torah que fue incapaz de solventar unas contradicciones aparentemente tan palpables. Sin embargo, la verdad es que ni existen tales contradicciones ni existió tal redactor tardío.
Fue una vez más el propio Rashí en su comentario a la Torah el que interpretó magníficamente este pasaje. Lo que Dios le dice a Moisés no es que los patriarcas nunca hubieran oído hablar de YHVH sino que nunca lo conocieron actuando en calidad de tal, es decir, como Dios que cumple el pacto. Abraham, Isaac y Jacob podían dar testimonio de que Dios se les había manifestado como el Todopoderoso – El Shaddai– en multitud de ocasiones, pero nunca fueron testigos de cómo el pacto de entregarles la tierra se había cumplido.
Los israelitas de la época de Moisés sí conocerían a Dios en su calidad de YHVH. Yo YHVH, Yo el Dios del Pacto, era el que garantizaba el cumplimiento del pacto porque lograría, primero, la libertad y, luego, les daría la tierra pactada con los Patriarcas. De manera bien significativa, el pasaje de
Éxodo 6:1 ss lejos de validar la Hipótesis documentaria, la refuta.
Por otro lado, resulta obvio que el nombre de YHVH como tal sí fue conocido por los Patriarcas y sus coetáneos. Fue el caso de Abraham (
Génesis 15:2, 8), Sarai (
16:2), Labán (
24:31), Lot (
19:13) o Jacob (
28:13). Todos ellos conocieron a YHVH, pero no lo vieron actuar en calidad de tal, como Dios que ejecuta los términos del pacto. Ese privilegio quedó reservado para los israelitas de la época de Moisés.
Si la Hipótesis documentaria no soporta el menor análisis crítico en relación con los nombres de Dios, aún queda más expuesta su inconsistencia cuando vemos cómo aparecen esos nombres en los supuestos documentos J, E y P. Por ejemplo, Elohim aparece en pasajes de la supuesta fuente J como
Génesis 31:50 o
Génesis 33:5 y 11 y, de manera semejante, nos encontramos con YHVH en pasajes del presunto documento E como Génesis 21, 33; 22, 4 y 11; 28, 21 o Éxodo 18, 1 y 8-11.
A pesar de todo, la debilidad del pilar de la Hipótesis documentaria –los distintos nombres– no es con mucho, como ya hemos visto, la única razón para rechazarla de raíz.
Seguiremos viéndolo, Dios mediante, durante las próximas semanas.
Continuará
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