No le sobraban a España evangelistas en el siglo XIX como para exportarlos, sino que en este caso Canut de Bón había llegado a Chile como jesuita, católico romano por tanto, luego converso por la lectura un Nuevo Testamento y la acción evangelizadora del misionero Robert MacLean.
Sin embargo la vida de este valenciano y de su larga prole están ligadas al desarrollo del Evangelio en Chile.
Traemos este presbiteriano al contexto español solo para resaltar el trabajo de los españoles fuera de España (Blanco White, Juan Calderón, José Joaquín de Mora, Ángel Herreros de Mora, etc.) y poder ver las dificultades con que se encontraron los evangelistas y misioneros dentro de España y contrastar los métodos de evangelización que usó Canut de Bon llenos de valentía y heroísmo.
Hemos de destacar que
uno de los sobrenombres dados los protestantes chilenos es el de “canutos”, un apelativo que sirve de homenaje a todos los herederos espirituales de Juan Bautista Canut de Bon.
[i]
En
Historia general de las misiones de JustoL. González y Carlos F. Cardoza, se presenta a Canut de Bon como el hombre que hizo avanzar la obra metodista entre las personas de habla española.
En Chile se unió a la iglesia Presbiteriana. A través de la obra del obispo William Taylor conoce el metodismo, donde se dedicará a la predicación en Santiago por 1888 como ayudante de un pastor metodista americano.Al iniciarse el año 1890, en cumplimiento de los acuerdos de la Conferencia Misionera celebrada en enero, el Dr. LaFetra, contando con los fondos de superávit del Santiago College, procedió a contratar como pastor a tiempo completo para la obra religiosa en español en La Serena y Coquimbo al medico homeopático de origen español, Juan Canut de Bon.
UNA VIDA DE AVENTURA
Nació Canut de Bon en Valencia el 1 de octubre de 1846, siendo el menor de cinco hermanos. En cuanto a su pertenencia a la Compañía de Jesús hemos de precisar que Canut de Bon había ingresado en la casa de formación que los jesuitas tenían en Balaguer, cuando ya cumplía los dieciocho años y por tanto había entrado como postulante, como integrante laico de la orden, quizás porque su formación básica no le permitía acceder al sacerdocio. Sin embargo, antes de hacer sus votos, tenía que pasar dos años de prueba durante los cuales tuvo la oportunidad de ejercer varios oficios, destacándose como sastre. Cuando hizo sus votos religiosos se traslada al colegio de la Compañía en Tortosa y allí es el responsable del taller de sastrería.
En 1833 las guerras carlistas obligan a la Orden a trasladarse al sur de Francia, Toulouse donde se le pierde la pista, hasta el año 1870 donde es enviado junto a otros miembros de la orden, a la “Misión Chileno-Paraguaya” que los jesuitas españoles mantenían en los territorios de Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay. Destinado a Chile, a lomos de mula atravesó los Andes a finales de 1870 y se integra a la residencia para misioneros jesuitas en Valparaíso. En 1871 deja la orden de los jesuitas para poder ampliar sus estudios ya que en su situación de hermano coadjutor no le permitía otros estudios.
Su abandono de los jesuitas le obligó a buscar sus propios medios de subsistencia, abriendo una tienda de telas y una sastrería en San Felipe, También ejerció de doctor en medicina homeopáticaen todos los lugares donde residió, sin conocerse donde estudió tal carrera. En 1872 se casa con Virginia Robles Aguilar, matrimonio al que le sobrevivieron cuatro hijos de los diez que tuvo: Salvador Alfonso (1877-1964), Carlos Elías (1878-1945), Eva (1881- 1903) y Juan Barack (1891-1958).
[ii]Luego de un viaje a Argentina en el año 1873, se le encuentra de retorno en Chile para comenzar su vida de conversión al evangelio de Jesucristo.
SU CONVERSIÓN Y OBRA MISIONERA
El primer contacto de este valenciano con la obra evangélica podría haberse originado por 1876 como producto de algún colportor que había dejado un Nuevo Testamento en la estación del ferrocarril de Quillota.
Es el contacto directo con el Nuevo Testamento, al cual no se permitía el acceso en la formación jesuítica, lo que cambió radicalmente su vida pudiendo examinar el texto sin la interpretación y supervisión del magisterio oficial de la iglesia romana. También en su camino aparece el misionero Robert MacLearn quien le provocará un claro llamado de Dios a la misión, emergiendo el fogoso predicador que heredaría su apellido a todos los evangélicos chilenos. El 9 de noviembre de 1878 Canut de Bon será registrado como ciudadano chileno.
La pasión y fogosidad que ponía a sus predicaciones y sus disputas provocó ciertas tensiones entre los misioneros americanos que eran tratados con cierto respeto.No sucedía así con Canut de Bon al que se le consideraba nativo convertido y por tanto enemigo declarado de la iglesia católica.
Después de muchos miramientos MacLearn logra conseguir que el valenciano entre en la Junta Presbiteriana de Misiones en Nueva York, haciéndoles ver que Canut de Bon ahora era más amable con quienes estaban en desacuerdo con él y además era un predicador“activo, incansable y eficiente”. El Periódico Evangélico, editado en Inglés "The Récord" escribe de él en diciembre de 1879: "Hace dos años atrás, un inteligente Español, a la sazón residente en san Felipe, se hizo ardiente amigo del Evangelio de Jesucristo"
En 1881 los misioneros presbiterianos le retirarían la licenciapor persistir en agrios debates en sus predicaciones. Esto provocaría que volviese a solicitar en 1884 el volver a la iglesia católica romana siendo readmitido en la Parroquia de la ciudad de Curicó, donde residió por algún tiempo.
A los pocos años vuelve y colabora con la Misión Metodista, según aparece en lasActas de la Conferencia Anual Sudamericana de la Iglesia Metodista Episcopal (1897). Había conocido al iniciador de la obra metodista en Chile, William Taylor ya en 1878 cuando este visitó la ciudad de San Felipe y tuvieron la oportunidad de conversar y orar. En 1889 cuando residía en Santiago Canut de Bon conoció al Rev. Ira La Fetra, directo del Santiago College y dirigente de la Misión Metodista de Sostén Propio en Chile. Canut se puso a disposición de La Fetra y en 1890 fue enviado como pastor –evangelista a tiempo completo, de la obra metodista en Coquimbo y La Serena, sostenido Santiago College.
Tres años permaneció Canut de Bon en Coquimbo, no sin que le siguiera persiguiendo el enfrentamiento del clero católico ante sus predicaciones, pero dejó establecida una iglesia en La Serena. En esta oportunidad la obra metodista utilizó el carácter, la vocación y el talento de Canut para extender su misión hasta La Frontera que se había incorporado al territorio nacional al ser derrotados los mapuches.
“Con frecuencia, después del culto el trayecto de Canut de Bon y su familia hacia su hogar, era seguido por un grupo de amenazantes detractores, lo que hacía necesario que fuera acompañado por algunos de sus seguidores. A través de los gritos acusadores de unos, y de los argumentos de defensa de los otros, el debate religioso comenzó a ocupar la calle, requiriéndose no pocas veces la intervención de las autoridades”.
El escritor anarquista José González Vera, describirá cuando a principio de siglo XX, los policías arrestan a un grupo de evangélicos que predicaban y su forma de entrar cantando a la cárcel. Toma nota del apodo de Canutos que le daban los policías.
Finalmente, el propio Canut de Bon comienza a utilizar deliberadamente la calle como espacio para el desarrollo de su ministerio, como reporta en sus cartas a La Fetra:
· “Por la mañana salgo todos los días a las 6:00 A.M. y hablo con todos los que encuentro en la calle, […] y entro en todas las casas que puedo a leer la palabra de Dios y a exhortar” (17 de Febrero de 1890).
· “Ahora algunas veces salgo acompañado de algunos para tener una misión más útil… hablo en voz alta como explicando al que tengo a mi lado… algunos vienen atrás de mi oyéndome a veces una cuadra, de modo que ahora predico por las calles también, Gloria a Dios!!!” (28 de Mayo de 1890).
Estos hechos producían en la prensa titulares sobre la predicación en Coquimbo y La Serena que llegaron a ser conocidos a escala nacional. “La obra de evangelización se desarrollaba en medio de un combate en el que ambas facciones no se daban ni pedían cuartel. Canut de Bon sigue adelante en la prédica, visitando enfermos y pobres, oficiando matrimonios y sacramentos bautismales, debatiendo en la prensa y ante las autoridades civiles y policiales…recibiendo insultos, pedradas y hasta golpes de parte de sus detractores. Lo vive, lo sufre, lo llora en su carne y en el temor de su familia. Es una loca odisea de fe, en la cual enseña el amor, aun en aquellos que le detractan y le menosprecian”.
[iii]
Canut de Bon parecía desenvolverse bien en este clima de tensión, aunque poco a poco fue relajándose la situación posiblemente antela distribución de un manifiesto público de autodefensa que habría tenido un efecto positivo, incluso en el clero católico local.
Por estas fechas de 1890-92 su actividad era extensa como lo refleja el Report of the Transit and Building Fund Society of Bishop William Taylor's Self Supporting Missions from January 1, 1891, to January 1,1892 donde afirma que el Pastor Canut de Bon había distribuido 18.661, y Alberto Vidaurre "mas de 4,000."
[i]Juan Bautista Canut de Bon: El hombre detrás del sobrenombre de los Evangélicos en Chile Juan Sepúlveda González ; Juan Bautista Canut de Bon Gil. Precursor del evangelio en Chile Bernardo Martínez A. ; Juan Bautista Canut de Bon: el pastor que dejó un nombre Autor Alejandro Canut de Bon Editor Platero Libros, 1996; El Santiago que se fue: apuntes de la memoria
Autor Oreste Plath Biblioteca Nacional de Chile, 1998; El protestantismo en Chile Autor Ignacio Vergara Editorial del Pacífico, 1962
[ii]Juan Bautista 2do., Juan Bautista 3ro., Salvador, Salvador Alfonso, Carlos Elías, Eva Juan, Luisa, Laura, Juan y Barak.
[iii]Origen de la palabra “canuto” http://emmanuel-2008.blogspot.es/
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