Fue el primero en España que publicó el Enchiridion de Erasmo en español. Añadiría en esta edición al final, un opúsculo suyo: “
Sermón precioso, dulce y breve en loor del matrimonio” que era una adaptación del Encimium matrimonii de Erasmo. Cumpliría prisión en el monasterio de la Trinidad. Su pensamiento y sus lecturas podrían asemejarse a las de Juan de Valdés, aunque haciendo hincapié en la trágica Pasión de Cristo, mientras Valdés lo hará en el Beneficio de Cristo.
La Enciclopedia Wikipedia lo describe así: Juan de Molina (Ciudad Real, hacia 1485 - ¿Valencia?, después de 1552), humanista y traductor español, al que no hay que confundir con el Juan de Molina poeta contemporáneo suyo, autor de un Cancionero publicado en Salamanca en 1527. Aunque natural de Ciudad Real, como declara en el prólogo a su
traducción a las Epístolas de San Jerónimo, se avecindó en Valencia, donde desarrolló principalmente su labor y se relacionó activamente con los ambientes cortesanos y nobiliarios de entonces (dedica sus obras a la duquesa de Gandía y al duque de Segorbe, al marqués Rodrigo de Mendoza y al duque de Calabria). Tradujo las
Epístolas de San Jerónimo y tres
opúsculos de Juan Gerson sobre la confesión, los mandamientos y el arte de bien morir; tradujo del catalán en verso castellano la
Vida de la sacratísima Virgen María de Miguel Pérez (Valencia, 1494) con el título Verger de Nuestra Señora (Toledo, 1525). Tradujo también una pintoresca leyenda sobre la Pasión de Cristo,
el Gamaliel, que se atribuyó a San Pedro Pascual y corrió en diversas versiones en catalán y castellano hasta su prohibición inquisitorial; la traducción está dirigida a su hermana sor María de San Jerónimo, monja en el Monasterio de Santa Catalina de Granada. Supervisó numerosas ediciones valencianas, incluida una revisión libérrima de la traducción del arcediano del Alcor del Enchiridión de Erasmo de Rotterdam, y una de las once ediciones de un famoso libro de caballerías, el Lepolemo o Caballero de la cruz. En muchas de sus traducciones se notan sus deseos de medrar socialmente contemporizando con sus poderosos protectores y no era propiamente un erasmista. Sin embargo sufrió proceso por la Inquisición en 1536 a causa de expresiones públicas de descreimiento y su revisión del Enchiridión de Erasmo; cumplió prisión en el Monasterio de la Trinidad. Como traductor, quiso vulgarizar la cultura eclesiástica, no teorizó sobre esta labor y despreció la traducción de una lengua vulgar a otra”.
Dice Pérez Priego(1) que “además de ser un vulgarizador de la traducción y tener una abundante obra, se le reconoce por sus traducciones de la Biblia.” Es ésta
( “Homilías”) a nuestro entender, una de las obras más interesantes de Molina, que hay que inscribir -aunque no se haya reparado en ello- en el género de las traducciones fragmentarias de la Biblia a través de las periconas glosadas de los evangelios y epístolas del misal, género que se documenta en España a fines del siglo XV con obras como los Evangelios moralizados de José López (Zamora, 1490) o los Evangelios y Epístolas con sus exposiciones en romance de Gonzalo García de Santamaría (Salamanca, 1493), y que en la primera mitad del siglo XVI dominan por sí solas las Epístolas y Evangelios por todo el año de Fray Ambrosio Montesino, repetidamente editadas, desde 1512 y luego prohibidas en las censuras inquisitoriales”.
Este “Homiliario; en el qual se contienen ciento treinta y seis homelías o sermones sobre los Evangelios, según la orden romana. Compuestas por los más excelentes Doctores que la Iglesia tiene y recopiladas por el famoso y gran doctor Alcuino (... ) traduzidas al castellano por el bachiller Juan de Molina (.. .). Visto y examinado por mandato d´ los señores Inquisidores de la ciudad y reino de Valencia y con su licencia impresso. 1552” constituye una de las materias representativas de las corrientes culturales de entonces, muy apetecidas por el lector que desconocía el latín y que servían de gran provecho y edificación. Estas obras de carácter religioso, estaban en consonancia con las lecturas que recomienda Juan de Valdés para los fieles, como eran las de San Jerónimo, Gerson, Erasmo, Epístolas y Evangelios”.
En este marco de lecturas estará el “
Tripartito de Juan Gerson de dotrina chrisiana a qualquier catholico muy prouechoso y necessario. Nuevamente por el bachiller Juan de Molina traducido y nueuamente reuisto por muchos dotores, Toledo, por Ramón de Petras, 1526 ; el prólogo va dirigido al doctor Andrés de Palacio «inquisidor meritissimo en el reyno de Valencia”. No hemos de olvidar la importancia de Gerson en cuanto que proponía el desarrollo de una teología filosófica despegada de la tradición.
1) Miguel Ángel Pérez Priego La obra del bachiller Juan de Molina, una práctica del traducir en el renacimiento español [Publicaciones periódicas] : Anuario de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada. Anuario IV, 1981 / Sociedad Española de Literatura General y Comparada (Madrid). Pág,
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