Jutta Burggraf analiza las últimas biografías de Lutero en Alemania y puede observar que el ecumenismo ha dulcificado las posturas enfrentadas. Cree que en 1983, año del Jubileo católico, con la visita del Papa Juan Pablo II a Alemania, supuso el “descubrimiento de Lutero en el catolicismo” El historiador luterano Helmar Junghans, de Leipzig, valoró las biografías más influyentes" y las agrupó según unos criterios un tanto arbitrarios, distinguiendo entre biografías «periodísticas»", «católicas», «ecuménicas», «nacionales», «marxistas»´", «kerigmáticas», «de historiadores protestantes», «sobre el joven Lutero» y «sobre el viejo Lutero».
Sin embargo donde tienden muchos de los estudios de la modernidad, puede resumirse en una sola pregunta: ¿Porqué la mentalidad católica rechazó cualquier clase de cambio religioso si todo el mundo clamaba por una reforma? Un Rey, una Fe, el Parlamento de París y las Reformas Religiosas del siglo XVI de Nancy Lyman Roelker parece dar una respuesta que va más allá de una relación de hechos históricos. Por una parte las formas del catolicismo en el Medioevo se habían institucionalizado definitivamente en el siglo XV, y esa deslealtad a las formas se consideró herejía y se rechazó cualquier desviación aunque fuese mera opinión. Hasta un chisme inocente de un ama de casa que comentase prácticas como las indulgencias, la misa o la veneración a los santos, podría acarrear disgustos pues las mentalidades dominantes y la actitud de los tribunales mantenían la posición tradicional. Y la paradoja de estas mentalidades era que aun conociendo la delincuencia del clero, la simonía, el estado de las parroquias, la ignorancia hasta el punto de un elevado analfabetismo, la carencia de vocación espiritual y los modos de vida bien visibles como eran la embriaguez o la avaricia, sin embargo, los guardias de la tradición, aun sabiendo extendida toda esta corrupción, no cambiaron las formas de religiosidad.
Cuando el protestantismo y otros movimientos de espiritualidad renacentista buscaban las fuentes clásicas del cristianismo (Sagrada Escritura, Santos Padres, Primeros Concilios) y querían volver al modelo de la iglesia primitiva, la forma católica de las élites y en los parlamentos como el de París, paradójicamente prevaleció el catolicismo rechazando violentamente ese nuevo modelo religioso. Los motivos esgrimidos para esa persistencia y cohesión en las formas de espiritualidad podían ser, además del corporativismo profesional, la familia y la tradición que se veía amenazada, también el instinto de conservación usó otras variables como los factores socioeconómicos, ideológicos y generacionales.
Donde todos están de acuerdo en dar las claves de la Reforma y donde debe sus triunfos, además de la vuelta a las Escrituras es en la revolución del pensamiento. La Reforma es un movimiento universal, más allá de la reforma moral que a partir de Trento hacen los católicos, y más allá de la reforma dogmática protestante. La libertad frente a la intolerancia, la secularización frente a la sacralización, marcó un cambio de pensamiento especialmente en el mundo protestante. Se soñaban utopías como las de Moro, Campanela o la Ginebra de Calvino, aunque en esta ciudad hubiese tribunales religiosos y hasta se llegase a ejecutar a Servet. Sin embargo en el bando del imperio, de la tradición y forma religiosa católica, la total intolerancia inquisitorial cortaría de raíz todo nuevo pensamiento que era depurado sin contemplaciones.
Decíamos que la revolución del pensamiento y de la cultura, Humanismo o Renacimiento significó un cambio de perspectiva tan radical que afectó al cambio del siglo XVI con una nueva dialéctica que afectó a la política y a la religión. En España de 1517 a 1537 se busca una vía media, tercera vía, secundada por una buena parte de las élites para resolver los problemas ideológicos y también los religiosos. Después de estas fechas la sociedad de los estatutos de limpieza de sangre impondría su ideología de abajo arriba y la historia intelectual que debía madurar el pensamiento escolástico para evolucionar, rehusó hacerlo. El luteranismo que culmina el proceso de reforma iniciada en Europa años antes, será el eje teológico-cultural de las no pocas personas que hicieron frente a la España de la tradición y el imperio.
1) Últimas biografías de Lutero en lengua alemana. Jutta Burggraf.
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