¿Acaso Dios sana siempre?
Muchas personas tienen o han tenido
mucha fe y viven
en santidad y, sin embargo, no han sanado. Tal es el caso de
Joni Eareckson. "
Después de 43 años de vivir paralizada del cuello hacia abajo y tras la reciente noticia de que ahora tiene cáncer de mama, Joni Eareckson Tada sigue siendo todo sonrisas". "
Quiero asegurarles que estoy realmente contenta de recibir de Dios lo que Él considere conveniente para mí…”
"
Lo que se escucha de Joni es la Joni real", dijo Bundy a The Christian Post. "
Es una mujer de gran fe que ha pasado 43 años en una silla de ruedas. No es una mujer que va a pretender con prepotencia que las cosas cambien. Estamos frente a una mujer que verdaderamente comunica pensamientos profundos y personales… no para mostrar algo a la gente, sino porque es quien es" (*).
Sabemos que Cristo no murió en vano; esto no se discute. Pero si el hecho de estar enfermo un cristiano significara que Cristo murió en vano, al no poder aceptar tal aberración habría que aceptar entonces que los tales no son cristianos verdaderos, porque si lo fueran, hubiesen sido sanados por su herida. Pensamiento o conclusión que es también una aberración;
porque todos sabemos que alguna vez moriremos.
La mayoría de las personas que mueren, lo hacen por alguna enfermedad: "
De los 57 millones de defunciones que se produjeron en todo el mundo en 2008, 36 millones -casi las dos terceras partes-, se debieron, principalmente a enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades pulmonares crónicas". (Datos de la Organización Mundial de la Salud).
¡Está claro que Dios disciplina al creyente, y esto a veces incluye una enfermedad! Pero afirmar que un cristiano no puede enfermarse
a menos que sea por pecados cometidos es un error conceptual y espiritual
(1ª Cor 11.28-32 y Heb 12.4-11).
¡Está claro que los creyentes también se enferman sin relación con pecados cometidos y sin relación a una imprudente alimentación! Nos enfermamos porque todavía
nuestro cuerpo no ha sido redimido:
"... nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo". (Ro 8.23).
¡No podemos generalizar y poner a todos los cristianos bajo las mismas circunstancias! ¡No es justo ni sabio ponerle un cargo de conciencia a quien está padeciendo una enfermedad, juzgando que la padece por algún pecado o imprudencia!En ocasiones, por ejemplo, el hecho de concurrir a un hospital que no ha sido adecuadamente desinfectado puede provocarnos o contagiarnos una enfermedad.
Hay misioneros consagrados a Dios que han contraído paludismo por causa de ir a vivir en medio de la selva... ¿Cristo murió
en vano por ellos? ¡Claro que no!
El apóstol Pablo comenta:
"... a Trófimo dejé en Mileto enfermo" (2° Tim 4.20). ¿Por qué no oró por él, conforme a Santiago 5.15? ¿Por qué
lo dejó enfermo?
Pablo relata:
"... me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee… Y me ha dicho: 'Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad'. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades...". (1ª Cor 12.7-9). ¿Por qué Pablo
no sanó de su azote? ¿Acaso ocultaba algún pecado?
Pablo escribe a Timoteo:
"… usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades" (1ª Tim 5.23). ¿Por qué le aconseja a Timoteo que beba un poco de vino por causa
de sus frecuentes enfermedades? ¿Por qué no lo exhortó a renunciar a sus pecados o por qué no le exhortó a no provocarse enfermedades por causa de una inadecuada alimentación?
Con respecto al Antiguo Testamento encontramos que Dios
le dio permiso al diablo para hacer
sufrir a Job con la pérdida de sus hijos, de sus bienes y de su salud personal. Sus 'amigos' le censuraron al sugerirle que sus males se debían a algún pecado disimulado en su vida
(Job 11.5-6). Ver Lamentaciones 3.37-38.
El apóstol Pedro cita las Escrituras del Antiguo Testamento, cuando dice: "...
quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el Madero… (1° Pe 2.24).
Se refiere a
Isaías 53.4-6: "Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados…”
1. Pedro señala que el Señor
llevó nuestros pecados.
2. Isaías señala que el Señor
llevó nuestras enfermedades.
1. Aunque llevó nuestros pecados, aún seguimos pecando, porque todavía cargamos junto con el nuevo hombre también el viejo hombre, hasta que el Señor Jesucristo venga a arrebatar a Su Iglesia; entonces
seremos como Él es (1ª Jn 3.2).
2. Aunque llevó nuestras enfermedades, aun así seguimos enfermándonos, porque todavía cargamos este cuerpo animal, terrenal, que se corrompe, que es carne y sangre, pero que
será transformado en un cuerpo glorioso (1ª Cor 15.44-52).
1.
¡Jesucristo llevó nuestros pecados! ¿Qué significa esto? Significa que, aunque somos pecadores hemos sido perdonados, justificados y tenemos la esperanza y la promesa de que en un futuro seremos como Él es.
2.
¡Jesucristo llevó nuestras enfermedades! ¿Qué significa esto? Significa que, aunque ahora nos enfermamos como cualquier ser humano, tenemos la esperanza y la promesa de que en un futuro seremos transformados a su gloria y semejanza.
Por esta causa es que, aunque somos del Señor, lamentablemente todavía pecamos algunas veces. Por esta causa es que, aunque somos del Señor, lamentablemente todavía nos enfermamos algunas veces.
Marcos Andrés Nehoda – Pastor – Buenos Aires (Argentina)
(*) Copiado y adaptado de Christian Post.
http://espanol.christianpost.com/news/joni-eareckson-tada-no-tiembla-ante-cancer-de-mama-381/
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