Con Moisés mantiene un diálogo casi divertido cuando el pueblo de Israel, con Aarón a la cabeza, fundió un becerro de oro y se lanzó a adorarlo. Dios le dijo a Moisés: «Tu pueblo… esto y lo otro», a lo que prontamente Moisés le respondió: «¡Momentito! ¿Cómo que mi pueblo? ¡Tu pueblo! Este pueblo no es mío sino tuyo » (paráfrasis de Éxodo 32.7, 11).
En otras ocasiones Dios dio órdenes, instrucciones, mandamientos e incluso sentencias de muerte sin lugar a réplica. Pero esta vez se le percibe ofendido y molesto.
-¿Por qué te ríes, Sarai?
-¡No me he reído, Señor!
-¡Sí que te has reído! ¡No me digas que no te has reído porque sí te reíste! (Génesis 18.13-15)
Sarai: Mutis. (En realidad, se había reído. «Yo no, Señor, el hombre que me diste ese fue; no yo; y, además, la serpiente me engañó. ¿Yo? ¡Jamás!», paráfrasis de Génesis 3.13).
La risa de Sarai puede mirarse de diversos ángulos aunque el más evidente y grosso es que fue motivada por dudar que a su edad (y a la de su marido) pudieran procrear.
Para ser justos con ella, sin embargo, tenemos que recordar que Abraham también se rió; de manera que la incrédula no solo fue ella sino también él, el padre de la fe.
«Hasta al mono más vivo se le cae el zapote».(*)
Sarai y Abraham habían sido jóvenes. Saludables, fuertes y seguramente como tales, agresivos en materias amatorias. Sarai, tenía dos condiciones: una buena y la otra mala. La buena era que poseía una hermosura poco común. Y seguramente esa hermosura no se circunscribía a una cara bonita sino que debe de haber tenido un cuerpo impresionante. Y una belleza interior también excepcional.
¿Por qué dudaron si a lo largo de sus vidas habían visto tantas veces manifestada la gracia de Dios?
Abraham era rico. Rico en el sentido de que tenía muchas riquezas, se entiende. Pero ahora, aquella juventud imperiosa y arrolladora había quedado atrás. Cuando pudieron, buscaron descendencia. Y no la encontraron. Y ahora que sabían que no podían hacer nada, venía Dios y se las ofrecía en bandeja de plata.
Hoy día, el dinero puede hacer milagros porque se puede comprar esperma, se pueden alquilar vientres y claro, también se pueden comprar niños ya hechos.
El caso es que la buena de Sarai se puso bastante grosera con Dios cuando éste le dijo que tendrían un hijo. Cómo habrá sido la carcajada que Dios se sintió ofendido. (La historia completa que, en realidad, aun no se completa porque los ismaelitas y los isaacitas han seguido a lo largo de la historia y hasta hoy las enemistades y resquemores surgidos entre Sarai y Agar, puedes leerla en Génesis 21.)
La UCHE podría ser otro motivo de risa pero no lo es, habida cuenta de los antecedentes aportados por el comportamiento de Sarai. No vaya a ser cosa que también se nos caiga el zapote.
La sigla UCHE aún no es conocida. Ha surgido de un hecho también con características de milagroso, como el nacimiento de Isaac.
UCHE quiere decir Universidad Cristiana Hispanoamericana de Escritores. Quien de mis lectores quiera reírse, puede hacerlo. No hay problema con nosotros. Porque la verdad es que, pensándolo bien, el que la niña UCHE llegue a nacer parece tan «chistoso» como el nacimiento de Isaac cuando Dios lo anunció.
Desde que en la Asociación Latinoamericana de Escritores Cristianos, ALEC (esta sigla es un poco más conocida) empezamos a discurrir en función de lo que ha sido su visión/misión desde sus orígenes en 1999, nos llamó la atención que nadie se preocupara por formar escritores. Ni universidades, ni seminarios, ni casas publicadoras, ni institutos bíblicos. Y nos preguntamos si emprender una tarea así no sería una utopía. Hay quienes sustentan el criterio que a los escritores no se los forma. Que o se hacen o no se hacen. Y que para hacerse, no necesitan más que leer mucho y escribir más. En general estamos de acuerdo; sin embargo, diferimos en cuanto a que no es posible formar escritores. Y nos hemos lanzado al ruedo a enfrentar al toro. La verdad sea dicha: No nos ha ido del todo mal. Algunos buenos prospectos que comenzaron bien se han ido perfilando con grandes posibilidades de triunfar en el mundo de las letras cristianas; otros, no tan buenos, han persistido y ya han escrito varias novelas y siguen empeñados en llegar a ser escritores permanentes. Por el otro lado, ha habido quienes, decepcionados de la aridez de ALEC, se han marchado; otros lo han hecho no por la aridez sino molestos por otras cosas, o influenciados por las opiniones de terceros. De todo hay en la viña del Señor.
Pero ALEC ha seguido adelante. Y en este caminar por fe, de pronto se ha encontrado pensando: «¿Por qué no intentamos llegar a ser la Universidad Cristiana Hispanoamericana de Escritores que echamos tanto de menos? «Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella» (Génesis 17.16).
En la prosecución de esta idea, llegamos hasta Puerto Rico y golpeamos las puertas del Seminario Evangélico. Nos abrió, precisamente, su presidente, el Dr. Sergio Ojeda Cárcamo. Le explicamos en qué andábamos y casi sin nosotros darnos cuenta, nos estaba diciendo: «Vinieron al lugar correcto».
Con el concurso de su Decano Académico y nosotros con el entusiasmo de parte de nuestros asociados, empezamos a preparar lo que esperamos que en diciembre de 2010 sea conocido públicamente como el Programa de Diplomado en Creación Literaria Cristiana. Será el primer paso; luego vendrán otros un poco más ambiciosos hasta que se llegue a la meta: la formación de la UCHE.
Aparte del Dr. Ojeda y su Decano Académico, el Dr. José Irizarry, desde ALEC están acuerpando el proyecto en calidad de profesores propuestos (el SEPR deberá estudiar los antecedentes académicos y proceder a contratarlos como profesores adjuntos; este es un proceso en el que nos encontramos actualmente) los siguientes miembros de ALEC: Miguel Ángel Moreno Gómez (Madrid), Juan Carlos Martin (Calatayud, Zaragoza), Luis Ruiz Doménech (Barcelona), Plutarco Bonilla Acosta (San José, Costa Rica), Mario Ariza (Miami, Florida), Verónica Rossato (Córdoba, Argentina), Melsy Navarrete (Chillán, Chile), Berta Marín Pérez (Concepción, Chile).
En estos días (4 al 8 de septiembre) se encuentra precisamente en Puerto Rico el director internacional de ALEC, más conocido en el ámbito de P+D como “el escribidor” ultimando detalles y afinando pormenores con miras a abrir la matrícula a los primeros interesados en seguir estos estudios universitarios en diciembre de este año. Las clases comenzarían, D.M., en el primer trimestre del año 2011.
La UCHE aun no ha nacido. Apenas es, por ahora, un anuncio hecho por Dios. Pero siéndolo, esperamos grandes cosas de ella.
Nos interesa que los que siempre han estado buscando una oportunidad como la que el SEPR-ALEC les anuncia y que muy pronto les ofrecerá, vayan haciendo cálculos y aprestándose a solicitar su inscripción. Las clases se dictarán por la vía online aunque en el cuarto semestre los alumnos tendrán que escribir una novela y presentarla/defenderla personalmente ante una comisión ad hoc en Puerto Rico después de lo cual recibirán su título. Y quedarán listos para lanzarse a la etapa siguiente.
Esto es, grosso modo, la UCHE.
(*)
Zapote es una fruta muy apetecida por… los monos. Y por los que no somos tan monos. Es proverbial la habilidad que tienen estos animalitos para encontrar la fruta, sacarla del árbol y manipularla para terminar alimentándose de ella. Sin embargo, a veces a uno de ellos se le escapa de las manos lo que ha dado origen a este dicho costarricense para indicar que nadie está libre de cometer errores.
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