David Villa fue presentado como nuevo jugador del F.C. Barcelona el pasado 21 de Mayo. Tras militar en el Langreo, Sporting de Gijón y Zaragoza, el asturiano abandonó el Valencia para jugar las próximas temporadas en el equipo “culé”.
No destacaré los méritos deportivos de este extraordinario delantero nacido en Tuilla. Ni incidiré en su golazo que abrió la cuenta goleadora del combinado español en Sudáfrica. Atrás quedará su desagradable experiencia del verano pasado en la Copa Confederación descentrado por su posible futuro deportivo, pendiente de un fichaje que no llegó. La vida tiene estos dobles momentos que nos forjan como personas.
No. No hablaré de temas deportivos. Hablaré de guaje, que es como todos le conocen.
Hasta 1992 la Real Academia de la Lengua Española no incluyó el término
guaje (1) en su acepción de
niño, muchacho, jovenzuelo. Hasta entonces solo describía a una planta, o al uso en Méjico como tonto o bobo.
Pero antes de esta fecha el término
guaḥe –hay que recordar que en asturiano no existe la j (jota)- era usado en Asturias con ese significado. ¿Cuál es su origen?
Armando Murias Ibias, profesor de literatura hispánica, sostiene que es un anglicismo incorporado al asturiano (2). Afirma que proviene del verbo inglés
wash (lavar). Cuando las compañías inglesas llegaron a Asturias para la explotación de minas, aportaron no sólo un desarrollo económico y de negocio. Con ellos llegó su fe anglicana y su acervo cultural. La primera colocó, a los párrocos católicos de las zonas donde se asentaban los “extranjeros”, ante una situación nueva y difícil: cómo habían de tratar a los herejes. Hay constancia de la consulta al Obispo sobre esta situación y la forma de abordarlo.
También el deporte, el fútbol que los gijoneses empezaron a practicar en el arenal de San Lorenzo fue un aporte de este colectivo llegado a las costas astures.
Y hay que añadir su lenguaje incorporado al propio de los asturianos. El proceso de lavado de carbón, al que los ingleses llamaban
washing, era efectuado fuera de la minas por niños (las mujeres lo transportaban). Mediante metonimia se pasó del proceso al sujeto de la acción y
guaḥes fueron llamados los niños y muchachos que lavaban el carbón en las minas (4). Posteriormente todo aprendiz de un oficio recibió el nombre, y por último fue generalizado como equivalente a niño y muchacho. Habrá que esperar para ver si guaje llega a ser un sinónimo de asturiano.
De lo que poco se ha hablado en los medios de comunicación ha sido del apoyo que este jugador ha dado a la lengua asturiana. Curiosamente este apoyo si se puede leer en la prensa inglesa (3).
Lengua y fútbol me hicieron recordar una anécdota. Tras una final de fútbol celebraban los jugadores de ambos equipos una cena. Los equipos eran uno asturiano y otro catalán. No sé si fue por aquello que mi abuelo, que formaba parte del conjunto asturiano, no le agradaba el hecho que los catalanes hablasen catalán y no castellano. Pero tengo grandes dudas que aquel equipo asturiano de barrio no usara el asturiano en aquella cena. (Una forma fácil de comprobarlo hubiera sido verificar el uso de los “falsos amigos”, aquellas palabras iguales en dos idiomas con significados diferentes en cada uno. El verbo
prestar, los adjetivos
repugnante y
arrogante p.ej. entre castellano y asturiano). Siempre es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.
Como a mi abuelo, algo similar les ocurre a muchos evangélicos. En lugar de valorar la riqueza cultural, la variedad lingüística y la pluralidad de costumbres, se sienten mas cómodos en un mundo homogéneo y uniforme, normalmente el suyo.
Y si en temas denominaciones pueden tener la manga ancha, en el momento que se entra en temas “no espirituales” se niegan a ver la realidad de un mundo reflejo de un Dios creador de múltiples organismos y formas, conectadas todas por Cristo quien las sustenta. En cuestiones culturales, lingüísticas, y si se me apura geopolíticas, siempre ha habido conexión, intercambio y enriquecimiento mutuo como lo demuestra el caso de “guaje”. Ahora que vivimos en un mundo globalizado, mas aún. Que todas estas cuestiones están afectadas e infectadas por la realidad del pecado es una verdad que no deberíamos ser tan ingenuos –o necios- como para olvidarla. Pero es precisamente por ello que debemos contrastar todo esquema de pensamiento y todo prisma con el que contemplemos la realidad, con la verdad bíblica. Para lo bueno y para lo malo. Casos como los de Bélgica –y anteriormente Checoeslovaquia- no nos deberían empujar en brazos de esquemas simples y fáciles sin antes pensar y reflexionar mas serenamente a la luz de las Escrituras.
Tan malo es ser nacionalista antes que cristiano, como dejarse moldear por un sistema de pensamiento, pretendidamente neutral y bueno “per se”, que ni refleja la cosmovisión bíblica ni le es afín. Antes bien, la contradice.
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(1) guaje. (Del nahua uaxin).
-1. m. Niño, muchacho, jovenzuelo.
-2. m. El Salv., Hond. y Méx. Planta de la familia de las Cucurbitáceas, rastrera, con hojas verdes acorazonadas en el haz y con vellosidades grises en el envés, flores grandes amarillas en forma de campanilla, y frutos grandes que, cuando están maduros, son generalmente de color amarillento mate.
-3. m. Hond. y Méx. Fruto de esta planta.
-4. m. Hond., Méx. y Nic. Bobo, tonto. U. t. c. adj.
-5. m. Méx. Especie de acacia. Anglicismos nel vocabulariu mineru. Unes notes" Armando Murias Ibias. Lletres Asturianes 93 pp.51-58. Academia de la Llingua Asturiana. Uviéu 2006
(2) Es llamativo que la prensa inglesa tenga claro este tema. Así The Guardian escribe:
“nicknamed El Guaje - "The Kid" or "Miner´s Apprentice" in Asturian dialecto”. 31 de mayo de 2010
(3) Así The Guardian recoge:
“and even lent his support for acampaign to grant Asturianu the same status enjoyed by the Basque and Catalan languages”. 31 de mayo de 2010
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