El cagadubtes

Que aquellas medidas no le cuadrasen en el levantamiento de planos de un edificio no parecían causa justificada para el colapso mental y emocional. La DUDA con mayúsculas hizo presencia en su vida.

El cuerpo comenzó a dar expresión de aquella situación hasta verse obligado a visitar al médico.
-Me siento débil, no tengo fuerzas para moverme, tengo fiebre y fuertes dolores de cabeza…

Después de someterlo a diversas pruebas, el médico le prescribió un tratamiento.
-Debe dejar el tabaco, el alcohol ni probarlo, dejará de tomar café, los alimentos sin sal, nada de pastas, hará deporte cada día, sexo con prudencia, estimulará el funcionamiento cerebral… etc.

Al cabo de un mes volvió el paciente a la consulta.
-¿Cómo se encuentra?
-Estupendamente.
-El remedio que le propuse es infalible. Ahora debe seguirlo de por vida.
-Si… pero.
-Si todos llevásemos este tipo de vida habría pocos enfermos. Pero diga, diga.
-No… que no le hice caso en nada de lo que me dijo.
-¿Y ahora está bien? ¿Sigue con la sal, el tabaco, el café…?
-Pues sí.
-¿Y a qué atribuye su recuperación?
-Nada… muy sencillo, he superado el proceso de duda en que estaba inmerso tomando la medida que me faltaba del edificio que hacía los planos, y empecé a encontrarme mejor.
-Y entonces… ¿a qué viene?
-Pues ahora que lo dice… ¿a qué he venido? ¡Oh no! Otra vez la duda, me siento fatal.
-Pues ya sabe, si le falla el método… fuera la sal, el alcohol, el café…