Y es que el sufrimiento provoca un efecto rebote. En las matemáticas del dolor intenso, sufrimiento=enfermedad, y enfermedad=sufrimiento. Estas son algunas de estas relaciones causa-efecto o efecto-causa.
En 1988, el científico y escritor Arthur Barsky analizó el estado de salud de la sociedad norteamericana, y diagnosticó que pese a todos los avances médicos nunca había existido en Estados Unidos una "necesidad tan grande de constante atención médica" a causa de las preocupaciones y el sufrimiento.
La aparición continua de nuevas enfermedades provoca que vaya en aumento el sufrimiento en el mundo. Y hablo de enfermedades FÍSICAS (han aparecido 30 nuevas enfermedades en los últimos 20 años, como el Sida, Gripe A, etc..) y PSÍQUICAS: en estos últimos años este campo se considera un filón inagotable de nuevas dolencias, como el acaparamiento desordenado, el desorden explosivo intermitente, el Síndrome de Wintehouse. Además, la depresión es la principal causa de baja laboral en el mundo. Y otras muchas golpean a la sociedad como los trastornos alimentarios (la anorexia y la bulimia), los ataques de pánico, la ansiedad, el aislamiento, y la soledad.
Mientras tanto, siguen subiendo los niveles de suicidio y homicidio en los EE.UU, un síntoma de que el sufrimiento provoca esas situaciones límites de tomar como solución la vía más violenta y rápida contra uno mismo o los demás. El ochenta por ciento de la población admite haber pensado alguna vez en quitarse la vida, y el suicidio adolescente se ha incrementado enormemente en las tres últimas décadas; hablando de España, se ha convertido en la primera causa de muerte externa por encima de de las muertes de accidente de tráfico.
Además los trastornos psicológicos son cada vez más severos y el número de jóvenes internados en hospitales mentales se ha disparado desde 1970. No solo eso sino que las enfermedades mentales que provocan de una u otra manera el fallecimiento siguen aumentando.
Sin embargo, cuando analizamos los casos personales uno a uno vemos que hay distintos niveles de sufrimiento.
- Leve: Suspenso de un examen, perder en un concurso de televisión.
- Graves: la pérdida de un trabajo, la rotura de un matrimonio, etc
- Y extremadamente graves: Perdida de un ser querido, enfermedades terminales….
Sea cual sea el grado de sufrimiento, estas son algunas de las reacciones que podemos tener cuando nos enfrentamos al dolor:- Negarnos a aceptar la realidad.
- Reaccionar con desesperación (aquí es posible tender al refugio en drogas, alcohol, adicciones).
- Quedarnos en una reacción pasiva (el abandono ante la situación, todo da igual mientras nos sentimos victimas). Se vive en una ausencia total de creer que hay consuelo.
- Aceptar con madurez la realidad para enfrentarnos a ella.
Para poder alcanzar la última opción, tenemos que saber CÓMO ES POSIBLE LLEGAR SUPERAR EL SUFRIMIENTO.
- El primer paso es aceptar que el sufrimiento es parte inevitable de la vida.
- Lograr transmitir y experimentar como algo natural en ti mismo y con los tuyos que el sufrimiento está ahí cuando llega, sin negarlo.
- Esos pasos te deben llevar a una actuación racional por encima de los sentimientos. Saber que puedes vivir dando pasos para llegar a superarlo.
Y esto último es muy importante. Porque
peor que sufrir es perder el sentido del sufrimiento, dice Schifler. Y es esencial saber que
cuando uno se despide de toda esperanza, se pierde también el sentido del sufrimiento.
Por eso es bueno que tomemos la Biblia como referencia y como experta en hacernos sabios ante las pérdidas y sufrimientos. Y ella nos dice que el diablo ha intentado siempre causar dolor y sufrimiento al ser humano. También a los hijos de Dios, porque EL SUFRIMIENTO EROSIONA LA FE. PERO CUANDO LA FE SOBREVIVE Y QUEDA ONDEANDO A MERCED DEL SILENCIO SURGE de una forma real lo que dice el apóstol Pablo a los Corintios: libro de Isaías:
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas (2 Corintios 4:17-18).
Dios les bendiga
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