Volcanes sin control

Mucho más difícil será calcular los daños causados en negocios, o la angustia ocasionada por situaciones personales irreversibles debido a los vuelos cancelados. Sinceramente, jamás pensé que un simple volcán pudiera causar un destrozo tan grande a nuestra Europa.

Creo que tenemos que reflexionar sobre muchas cosas:

- A nivel simplemente material, lo primero es reconocer que no somos tan poderosos como creemos. No hace falta explicarlo demasiado ¿verdad? El hecho de que se hayan perdido miles de millones de euros por las simples cenizas de un volcán tendría que volvernos más humildes y no deberíamos abrir tanto la boca cuando hablamos del "desarrollo tecnológico" de la humanidad.

-En segundo lugar, nos hace falta reconocer también que, contrariamente a lo que pensábamos, no tenemos todo bajo control. Aquello que creíamos más seguro se puede venir abajo en cuestión de minutos. No importa incluso que podamos tener todo el dinero del mundo;, en muchas más ocasiones de las que creemos, no podremos hacer absolutamente nada.

Si nos "elevamos" un poco más (nunca mejor dicho al hablar de cenizas que vuelan) nos daremos cuenta de que todo tiene que ver también con nuestra vida espiritual. Dios tiene siempre la última palabra en todo. No somos tan sabios como pensamos. No somos tan independientes como aparentamos ser. Incluso en ese nivel podemos querer controlar todas las cosas sin darnos cuenta que es mejor confiar en quien tiene todo en sus manos.

No somos tan fuertes como creemos. Lo de añadir "si Dios quiere" a todos y cada uno de nuestros planes implica mucho más que decir tres palabras. Se trata de vivir de una manera absolutamente diferente. Radicalmente diferente. Se trata de aprender a descansar en Dios y dejar de confiar en nosotros mismos.

Por último, déjame que te diga algo que suele suceder siempre en cuanto a los volcanes. Lo que hay adentro tiende a salir. Lo que tenemos en nuestro interior no se va a quedar ahí; si hay situaciones, actitudes, motivaciones, etc. que no son los correctos, van a emerger en el peor momento y van a "paralizar" toda nuestra vida.

El pecado que ocultamos dentro de nosotros llenará de "cenizas" todo lo que nos rodea en el momento más inoportuno. Lo malo que haya dentro de nosotros "descontrolará" todo si no somos capaces de luchar contra él y "sacarlo" de nuestro interior por otros cauces.

Uno de los desafíos más importantes en nuestra vida es permitir que Dios limpie nuestro interior para no llevarnos "sorpresas" desagradables. Si no lo hacemos, las pérdidas pueden ser numerosas y devastadoras en todos los sentidos. Lo mires por donde lo mires.

El siguiente desafío es comprender nuestra debilidad; sólo cuando nos damos cuenta de lo débiles que somos podemos disfrutar de cada momento en la vida. Sólo cuando reconocemos que no podemos lograr casi nada, agradecemos cuando lo recibimos casi todo.

Sólo cuando sabemos que somos débiles comenzamos a fortalecernos.