Breviario del sosiego/10

No importa que la felicidad sea pequeña. Arde tú en ella.


Mujer de mi trastierro: te he olido en la algarabía de la selva y ahora, cuando en la noche salmantina me alcanzas tu arrullo en medio del abrazo.


La paz sólo se logra si hay justicia para todos. Clama, pues, exigiendo un trato justo para la projimidad entera. En caso contrario, la letra del villancico “Noche de paz” será inservible en tu memoria. También el hermoso verso del Salmo 85: “La justicia y la paz se besaron”.


Vez tras vez tu actuar es recordado. Te invocan los justos.


¡Qué poco valen tantas cosas!


Alejen a los buitres de este mi dolor. No, aún no he muerto, pero desde que tengo uso de corazón quedo atónito e inerme ante las desgracias ajenas.


Un hijo adolescente es como una frágil barcaza. Debes ayudarle a remar con la fuerza necesaria para que las olas no lo engullan.


Escasean los Amigos. Algunos semejan serlo, pero de fiado.


Los padres desarrollan un amor clarividente. Las especificaciones de su protección no es por actitud marcial o por capricho: en el blanco de sus ojos está grabado un avance del futuro.


Reconciliar la razón con lo soñado. Labor esencial del hombre.


Lo que no se olvida deja su rastro, cual sangre de un desclave.


He elegido el silencio para mis oraciones. Tras esa verbal pobreza exterior canta la vida: eso me basta para saberme con Dios, cuyo propio silencio redime a los silenciosos.


Poder de la mente sobre lo demás. Pero a veces ésta emprende viajes irreparables que desconchan la cordura. Por ejemplo, creerse más que Cristo y no cumplir su voluntad, arrojando piedras a cada instante, faltos de Amor sin restricciones.


La poesía es un goce íntimo; nunca un oficio. Un retrato de vida, nunca una invención.


Mucho se habla del corrupto y poco del corruptor, del inductor del delito, del que ofrece adornos de plata (sobornos) al servil encendido de codicia. Grandes empresas europeas, japonesas o norteamericanas lo hacen hoy mismo y poco se habla de ello: ¡la cárcel les corresponde, una estrecha mazmorra donde anclar su corrupta proa! ¡Nada de multas o fianzas que se pagan con dinero espurio! Así el escándalo no quedaría sólo para las apariencias.


¡Quisiera que retorne el porvenir soñado! ¿A qué se debe esta tardanza?


Escribir poesía es intentar un diálogo con la historia del hombre, retozar en la música antigua de la Palabra primera, en su pálpito sagrado.


Ninguna agrupación de personas está libre del desembarco de advenedizos cuya aproximación y escalada dependerá de los réditos que piensan obtener; tampoco de los apoltronados que obstaculizan cualquier renovación por temor a perder canonjías o preeminencias.


Esta noche tampoco acoges huéspedes en tu casa. ¿A qué esperas? ¿Acaso a tener manteles del mejor tejido o habitaciones que deslumbren de tan espléndidas?


Pidamos porque unos cuantos no acumulen tanto, en detrimento de los muchos.