John Marks Templeton nació el 29 de Noviembre de 1912 en Winchester (Tennessee, EE.UU).(2) Se graduó en la Universidad de Yale en 1934 pagando sus propios estudios con una combinación de becas, trabajos administrativos y desplumando al poker a sus compañeros de clase. Después completó estudios de Derecho en Oxford (Inglaterra, Reino Unido). Al finalizar realizó un viaje en 1936 por 35 países de Europa y Oriente Medio en 1936 con un compañero de estudios Christian James Inksetter, en este caso la financiación le obligó a unas condiciones de vida frugales: dormir en la cubierta de los barcos o comer pan duro. A su vuelta se casó con Judith Folk en 1937, y tuvieron tres hijos: John Jr., Anne y Christopher. Tras su muerte en accidente en 1951, Templeton volvió a casarse en 1958 con Irene Reynolds Butler, que murió en 1993. John Templeton la sobrevivió 15 años más hasta su muerte el 8 de Julio de 2008 en Nassau (Bahamas).
Templeton inició su carrera en Wall Street en el ya lejano 1937. Pronto rompió moldes al ir contracorriente llevando la regla básica de “comprar a la baja y vender al alza” al extremo para comprar compañías en quiebra, lo que al parecer llamaba “puntos de máximo pesimismo”. Su estrategia encontró un banco de pruebas ideal cuando empezó la Segunda Guerra Mundial. Pidió 10.000 dólares prestados para comprar 100 acciones de compañías que estuvieran a un dólar o menos. Por supuesto, solamente unas pocas (4 de 104) resultaron de interés, pero al cabo de unos años, los beneficios fueron enormes. Tal vez una de sus últimas sorprendentes iniciativas en ese sentido la realizó en el 2000, cuando decidió vender sus acciones en las compañías de Internet (las conocidas como “puntocom”) justo antes de que el mercado se hundiese, siguiendo su filosofía de “evitar al rebaño”.
En 1954, Templeton entró en el sector de los fondos de inversión colectivos estableciendo el Templeton Growth Fund. Cuando Templeton los vendió finalmente al Grupo Franklin en 1992, su preció fue nada menos que 440 millones de dólares.(3) Una bonita suma con la que jubilarse (¡aunque en realidad su fortuna era mayor que eso!). ¿Y que puede hacer uno con semejante montaña de dinero?
Pues muchas cosas obvias, especialmente si no eres una persona consumista que viaja en clase turista y en un coche de segunda mano.(4) Pero
a Templeton, el inversor en “puntos de máximo pesimismo”, se le ocurrió algo sorprendente para el resto del mundo: invertir en la investigación de las relaciones ciencia y fe… Templeton pensaba que el mundo espiritual estaba infravalorado y que había una carencia de inversión en él.
Así que, siguiendo sus ideas de nadar contra corriente, decidió volcar dinero ahí.
Tal vez esto sorprenda menos sabiendo que Templeton fue un cristiano presbiteriano de la Iglesia Presbiteriana de los Estados Unidos (P.C.U.S.A.), anciano de la Primera Iglesia Presbiteriana de Englewood (New Jersey), que colaboró con el Seminario Teológico de Princeton durante décadas, y siempre estuvo interesado por temas científicos relacionados con la fe.
Un primer paso importante para poner su dinero dónde estaba su corazón lo dio en 1972, al establecer el Premio Templeton al Progreso en Religión(5) (cuyo nombre cambió en 2003 a Premio Templeton al Progreso hacia la Investigación o Descubrimientos Sobre las Realidades Espirituales(6)). Es el premio anual dado a un individuo con la cantidad monetaria más alta que existe, nada menos que un millón de libras esterlinas. El objetivo del premio es premiar a “emprendedores del espíritu”, reconociendo los logros más destacados en relación con la dimensión espiritual de la vida.
La cantidad no es arbitraria, no se trata “sólo” de que sea alta, sino que Templeton indicó que debería superar siempre a la del Premio Nobel. Y esto por un motivo muy concreto, quería de esta manera dejar claro que los temas espirituales no deben ser considerados menos importantes que otros.
La primera persona en recibir ese premio fue
Teresa de Calcuta en 1973 (antes de recibir el Premio Nobel de la Paz en 1979). Otros personajes conocidos que han recibido este premio han sido
Billy Graham (1982),
Solzhenitsyn (1983) o
Charles W. Colson (1993). Sin embargo, en las últimas dos décadas, la mayoría de los premios han ido a manos de científicos que han reflexionado sobre las relaciones ciencia y fe, como
Paul Davies (1995),
Freeman J. Dyson (2000),
John C. Polkinghorne (2002) o
Charles Hard Townes (2005). Este año esa tendencia continúa con el físico
Bernard d´Espagnat.(7)
El Premio Templeton se entrega en una ceremonia en Londres, en el Palacio Buckingham, generalmente presentado por el príncipe Philip (consorte de la reina Isabel II). Esto último, y el hecho de que el premio se dé en libras no es casualidad, aunque nacido en EE.UU., Templeton, renunció a esa nacionalidad en 1968, ahorrándose una buena cantidad de impuestos (no parecía confiar en los gobiernos y prefería dar dinero a su manera), para hacerse británico. Sin embargo, Templeton vivía en Nassau, Bahamas, y tenía también esa nacionalidad (¿quién quiere vivir en las húmedas Islas Británicas pudiendo vivir en el Caribe?). Y el Reino Unido ha hecho algo más que darle su nacionalidad. En reconocimiento a sus obras filantrópicas, que incluyen sus donaciones para convertir el Oxford Centre for Management Studies en una auténtica facultad, Templeton College, en la Universidad de Oxford (1983), la reina Isabel II le nombró caballero en 1987.
En ese mismo año, Templeton contribuyó con una importante cantidad monetaria a la formación del la Fundación John Templeton (FJT), con sede en West Conshohocken (Pennsylvania).(8) La FJT, cuyo lema es “cuan poco sabemos, cuanto ansiamos aprender”(9), se dedica a impulsar la investigación en lo que llama “las grandes preguntas de la vida”, que abarcan desde la reflexión sobre las leyes de la naturaleza, cosmología, física teórica, neurobiología, bases genéticas de la creencia religiosa, orígenes evolutivos del altruismo, beneficios médicos de la oración, asistencia a los servicios religiosos o temas como la naturaleza del amor, la gratitud, el perdón o la creatividad, todo ello con la intención de ayudar al progreso de humanidad. En 1995 John Templeton pasó la presidencia de la FJT a su hijo John M. Templeton, Jr. (Jack), que para ello abandonó su carrera como cirujano pediátrico. Actualmente la fundación tiene un gran número de colaboradores, incluyendo un grupo internacional de asesores de más de 50 destacados científicos, investigadores, teólogos, etc.(10)
La FJT tiene actualmente una dotación de nada menos que unos 1.500 millones de dólares y reparte unos 70 millones anuales para financiar premios(11), programas académicos, publicaciones, audiovisuales, conferencias, congresos, e investigaciones en ciencias y humanidades en destacadas universidades La FJT financia investigaciones directamente; pero también de forma indirecta a través de la financiación de otras organizaciones como Metanexus(12), Center for Theology and the Natural Sciences (CTNS)(13), Faraday Institute(14), Foundational Questions Institute,(15) etc. Semejantes niveles de desembolso sólo pueden entenderse en la tradición muy arraigada entre los ricos hombres de negocios anglosajones de abandonar su vida empresarial activa llegados a cierta edad y tras amasar cierta cantidad de dinero, para dedicarse a promover y financiar obras benéficas. Buenos ejemplos son el empresario del acero Andrew Carnegie hace un siglo y, actualmente, el magnate de la informática Bill Gates.
Como es fácil de ver, aunque algunos de los temas que financia la FJT son bastante conocidos para la ciencia, hay otros que resultan algo más “exóticos”. Un ejemplo polémico fue la financiación de un estudio llevado a cabo por Herbert Benson en la Facultad de Medicina de Harvard (al estilo de un ensayo clínico con un tratamiento médico) para determinar si la oración tenía o no un efecto detectable sobre la salud de los enfermos. Se trató de un estudio enorme de un costo de unos dos millones y medio de dólares, que duró cerca de una década, e incluyó a 1802 pacientes de bypass coronario en 6 hospitales y varios grupos de oración (dos católicos y uno protestante, que utilizaron una oración estandarizada).
Los resultados fueron publicados en 2006.(16) Los pacientes se dividieron en varios grupos, mientras que un grupo recibió oración y los pacientes lo sabían, a los otros dos grupos no se les dijo si recibirían o no oración (uno de los grupo la recibió realmente y el otro no). Los resultados no mostraron diferencias entre los pacientes que recibieron oración y los que no. Sorprendentemente, sin embargo, los del grupo que recibieron oración y lo sabían tuvieron peores resultados. Mientras que el primer resultado indicaba que no había un efecto detectable de las oraciones sobre la recuperación de los pacientes, el segundo se explicó debido al stress generado sobre los pacientes al saber que se oraba sobre ellos, al imaginar que su condición debía ser muy grave…
Varios estudios previos habían dado resultados contradictorios, es por eso que este estudio fue de una magnitud tan grande y se hizo con gran cuidado para evitar deficiencias
observadas en los anteriores estudios. Para sus críticos se trataba de intentar “probar” algo no muy lejano a la magia… Hubo creyentes que objetaron que esa situación artificial tenía poco que ver con la oración de un creyente y que incluso criticaron la falta de asesoramiento teológico en estos estudios.(17) Aunque algunos, como el biólogo y famoso propagandista del ateísmo Richard Dawkins, han indicado malévolamente que esas críticas fueron únicamente
a posteriori porque el experimento “fracasó”(18), la realidad es que hubo teólogos que criticaron el experimento ya antes de su publicación.(19) Algunas de esas críticas tienen implicaciones sobre la validez del experimento en sí. La razón es que nunca se pueden hacerse grupos perfectos en los que se puedan controlar todas las variables; pues la principal, la cantidad de oración recibida por el paciente es incontrolable. Se puede controlar la actividad intercesora del grupo de oración implicado en el experimento; sin embargo nadie puede controlar las oraciones de amigos, familiares e iglesias en cualquier lugar del mundo… Todavía menos puede controlarse la actitud y la fe de los que ofrecen las oraciones, así como de los enfermos por los que se ora. Y, más aún, si se trata de medir una actividad sobrenatural de la voluntad de Dios, ¿cómo podemos controlar a Dios? Claramente, este experimento solamente puede pretender medir la actividad psicosomática conectada con la oración. Y como tal, tiene una conclusión clara, que los propios científicos implicados destacaron, no parece recomendable mencionar a los pacientes que están siendo parte de un experimento de oración. Podríamos añadir que especialmente si no son creyentes. Si son creyentes se lo pueden imaginar, independientemente de la gravedad de su enfermedad. En este segundo caso, el stress supongo que sería únicamente por el tipo de oración en el que los pacientes están involucrados, que no es el de sus parientes, amigos o hermanos en la fe (habitual y esperado, que no debería producir ningún stress); sino el de un experimento controlado.
Otra famosa polémica que ha envuelto a la FJT ha sido su financiación del Diseño Inteligente (DI) en sus etapas iniciales, siendo abandonado después ante la desilusión por el rumbo que el DI tomaba. Al parecer la historia empezó en 1999 con la financiación dada a William Dembski y Guillermo Gonzalez, dos científicos identificados con el DI. La FJT ha señalado que, aunque ha financiado a personas que defienden el DI, no apoya este movimiento, que también ha financiado a críticos del DI (en realidad muchísimo más que a sus partidarios), y que rechaza las conexiones políticas de organizaciones pro-DI como Discovery Institute. En 2007, Pamela Thompson, Vicepresidente de Comunicaciones de la TJT, publicó una carta en el conocido periódico
Wall Street Journal señalando:
“La fundación no apoya el movimiento político conocido como ´Diseño Inteligente´. Esto se debe a tres razones: no creemos que la ciencia sobre la que se basa el movimiento del ´Diseño Inteligente´ sea sólida, no apoyamos la investigación o los programas que niegan amplias áreas de conocimiento científico bien documentado y la fundación es una entidad no política que no apoya o se implica en movimientos políticos.”(20)
El común denominador de estas críticas es la financiación de temas “dudosos”. Creo que esto se debe más al deseo de la FJT de invertir en nuevas áreas, en nuevos campos en los que nadie ha entrado. Cuando alguien invierte de esta manera, no es de extrañar que haya vías muertas o errores. ¡No olvidemos que solamente 4 de las empresas que compró Templeton al iniciarse la Segunda Guerra Mundial merecieron la pena! Pero si uno no explora nada, difícil es que llegue a ninguna parte… De hecho, para otros científicos, esa es una de las virtudes de la financiación de la FJT, su capacidad para financiar temas en los que nadie invierte, o porque son descabellados, o porque son tan básicos o teóricos que no se les ven aplicaciones “rentables” inmediatas, o porque van contra corriente.(21) En estos días en los que muchas organizaciones (gubernamentales o privadas) quieren financiar solamente proyectos científicos de los que prácticamente se sepa ya de antemano que van a tener éxito, no es de extrañar que muchos científicos se interesen en la FJT. Porque, por desgracia, la situación de la ciencia actual lleva, a veces, al absurdo de tener que vivir un escalón por delante de la financiación, es decir, pedir dinero para hacer aquello que ya has hecho y sabes que funciona, mientras entierras las ideas que no parecen ser muy “financiables”.(22)
Pero tal vez las críticas más ácidas provienen de Richard Dawkins. En el próximo artículo veremos lo que tiene que decir sobre la FJT y el Premio Templeton.
Autor: Pablo de Felipe es doctor en Bioquímica, investigador, escritor y profesor de Ciencia y Fe en el Seminario SEUT
Grupo F&C es un grupo de científicos cristianos que debaten ciencia y fe
1) Un físico y filósofo francés, Premio Templeton de ciencia y religión 2009
2) Para más detalles de su biografía pueden consultarse los siguientes artículos (de los que provienen la mayoría de los datos que se mencionan a continuación): www.templeton.org/about_us/who_we_are/sir_john_templeton/, www.sirjohntempleton.org/biography.asp, en.wikipedia.org/wiki/John_Templeton, www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601103&sid=aOGiN456OwHY&refer=us,
3) El que ahora es el grupo Franklin Templeton Investments tiene todavía disponible en su web las 16 reglas para el éxito de John Templeton (www.templeton.org/about_us/who_we_are/sir_john_templeton).
4) www.thestreet.com/story/10256291/1/john-templetons-five-steps-for-financial-success.html.
5) www.templeton.org/prizes/the_templeton_prize/, www.templetonprize.org/abouttheprize.html,
6) Templeton Price for Progress Toward Research or Discoveries About Spiritual Realities.
7) Para una lista de los premiados, véase: www.history.com/encyclopedia.do?articleId=223862 o en la página oficial del Premio www.templetonprize.org/previouswinner.html.
8) www.templeton.org.
9) “How little we know, how eager to learn”.
10) www.templeton.org/about_us/who_we_are/board_of_advisors.
11) Aunque menos conocidos, existen otros 11 premios financiados por la Fundación Templeton, www.templeton.org/prizes.
12) www.metanexus.net.
13) www.ctns.org.
14) www.st-edmunds.cam.ac.uk/faraday.
15) www.fqxi.org
16) www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16569567?ordinalpos=8&itool=EntrezSystem2.PEntrez.Pubmed.Pubmed_ResultsPanel.Pubmed_DefaultReportPanel.Pubmed_RVDocSum. La noticia periodística puede leerse en: www.nytimes.com/2006/03/31/health/31pray.html.
17) www.boston.com/news/local/articles/2006/07/31/initiative_will_join_physics_theology; goringe.net/theology/?p=133; query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=9406E1D81E30F932A25757C0A9609C8B63.
18) Richard Dawkins, El Espejismo de Dios. Espasa Calpe, Madrid, 2007, p. 76.
19) Simplemente como ejemplo por tratarse del mismo personaje que Dawkins critica, comparar la postura de R.J. Lawrence antes y después de publicarse los resultados de este estudio: query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=9401E7D9133BF933A25753C1A9629C8B63&sec=health&pagewanted=2 (2004) y query.nytimes.com/gst/fullpage.html?res=9406E1D81E30F932A25757C0A9609C8B63 (2006).
20) online.wsj.com/page/2_0048.html.
21) Véase ref. 16.
22) Recientemente, esto ha sido reconocido por algunas de las principales organizaciones que financian la investigación en EE.UU., tanto gubernamentales como privadas, en un artículo publicado en el New York Times. Disponible en: www.nytimes.com/2009/06/28/health/research/28cancer.html?_r=1. Para una discusión entre científicos sobre este artículo: www.the-scientist.com/community/posts/list/0/529.page.
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