Lejos estaba Lutero de imaginar las profundas repercusiones religiosas, y socio culturales, que su solitaria labor tendría por toda Europa. Por primera vez en la historia un movimiento disidente de la Iglesia católica contó con un poderoso aliado para llevar sus ideas cerca y lejos, a pocos y a muchos: la imprenta, que Lutero y los suyos supieron usar profusamente para diseminar sus críticas y propuestas.
Como producto de la Contrarreforma, la sociedad mexicana ha carecido de un referente religioso y literario representado por un libro, la Biblia. En contraste, sociedades como la inglesa y alemana tuvieron desde el siglo XVI, gracias a las traducciones bíblicas de William Tyndale y Martín Lutero, respectivamente, un basamento que se reflejó intensamente en la producción cultural de esas naciones. Ésta es la razón por la cual, al preguntársele a Bertolt Brecht, cuál consideraba era el libro alemán más importante, simplemente respondió, “Usted quizá se ría: la Biblia”.
Al salir de la Dieta de Worms, en la que comparece
en abril de 1521 ante autoridades católicas y el emperador Carlos V, Lutero es secuestrado por enviados del príncipe Federico el sabio, protector del ex monje agustino, y conducido al castillo de Wartburgo. En el lugar, a partir del 4 de mayo, Lutero emprende la frenética tarea de traducir el Nuevo Testamento al alemán. Lo hace a partir del texto griego, en agotadoras diez semanas.
En un escrito
de 1530 (
Misiva sobre el arte de traducir), Martín Lutero explica y defiende sus razones para verter a su lengua materna el Nuevo Testamento: “Lo he traducido lo mejor que me ha sido posible y que mi conciencia me lo ha permitido. No obstante a nadie he obligado a leerlo; he dejado libertad absoluta, y si lo he traducido, ha sido con la única intención de prestar un servicio a quienes no pueden hacerlo mejor que yo. A nadie le está vedado realizar una traducción más perfecta. No la lea el que no quiera hacerlo; ni le voy a pedir que la lea ni le alabaré si lo hace”.
Entre 1522, cuando es publicado el Nuevo Testamento al alemán, y la muerte del autor de su traducción (1546), son publicadas más de 300 ediciones de la Biblia en aquel idioma. El tiraje de esas ediciones fue de más de medio millón de ejemplares, cifra nunca antes alcanzada en la historia por libro alguno.
La llamada Biblia de Lutero tuvo un papel central en la alfabetización del pueblo germano. Otro dato impresiona respecto a la autoría y circulación de los escritos de Lutero, y es el que señala cómo un tercio de la producción de libros en tierras alemanas en la primera mitad de siglo XVI eran obras de Lutero (Stephen Füssel,
El libro de los libros. La Biblia de Lutero de 1534, una introducción histórico-cultural, Taschen, 2003).
La trascendencia cultural e histórica de la traducción de Lutero le da un cariz particular a la nación germana. Le sirve para fortalecer su identidad, para anteponer su idioma al dominante latín priorizado por la Iglesia católica. La Biblia de Lutero representa la democratización del conocimiento religioso, que desde este terreno se extiende a otros ámbitos, como el político. De ahí que se haga necesario aquilatar la afirmación de Johann Wolfgang von Goethe: “Los alemanes sólo se convirtieron en un pueblo con Lutero”.
Martín Lutero ve en la imprenta un medio invaluable para extender sus traducciones y escritos. La tenía por “un regalo divino, el más grande, el último don de Dios”. El instrumento tecnológico es considerado un aliado por Lutero, y lo usa eficazmente en la producción promedio de un libro cada quince días. Incluso antes del inicio en mayo de 1521 de la traducción del Nuevo Testamento, entre 1517 (en octubre de 1517 cuando redacta las
95 tesis contra las indulgencias) y 1520 (cuando publica tres de sus principales escritos:
La libertad del cristiano,
Discurso a la nobleza de la nación alemana y
La cautividad babilónica de la Iglesia); se venden más de 300 mil ejemplares de treinta obras de Lutero.
La inmensa mayoría de quienes en vida de Lutero se enteraron de sus propuestas y razones para romper con el papado y la Iglesia católica, lo hicieron a través de papeles impresos, la red más eficaz de la época, el
You Tube de entonces. Resume bien el acontecimiento E. de Moreau: “Por primera vez en la historia de los hombres un vasto público de lectores ha podido juzgar las ideas revolucionarias gracias a un modo de comunicación que se dirigía a las masas, que utilizaba las lenguas vernáculas y que recurría tanto al arte del periodista como al del caricaturista”.
La versión de la Biblia de Lutero al alemán produjo varias lecturas, como la realizada por los campesinos. Su acercamiento les llevó a encontrar elementos para sustentar su crítica al régimen económico, y bases para la rebelión política. Pero esa es otra historia.
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