Mujer e Iglesia: 7 voces femeninas españolas

Sobre el lugar y las funciones de la Mujer en la iglesia se ha debatido y escrito mucho al largo de la historia del cristianismo. Algunas posiciones han ido cambiando, otras se han mantenido, pero es claro que en estos momentos estamos en un contexto en el que el debate está siendo más abierto y plural que nunca.

Empezamos con la visión de las propias mujeres. La semana que viene veremos las respuestas de algunos hombres. Aunque no daremos todos los nombres de personas a los que hemos enviado las preguntas, sí queremos dejar constancia de que lo hemos hecho de tal manera que se ha cubierto si no todo si casi todo el panorama evangélico. No todos han respondido (ni algunas mujeres –pocas-, ni unos cuantos varones). Desde que no les haya llegado el correo electrónico, hasta la posibilidad de no haber podido o no haber querido contestar, cualquier respuesta es posible.

La cuestión del “Papel de la mujer en la iglesia, hoy” se está abriendo más y más a un debate plural, en el que las mismas mujeres están tomando muchas veces la iniciativa. Siete de estas mujeres han querido dar su opinión contestando al cuestionario que le hemos hecho llegar: Beatriz Garrido (locutora de radio y escritora, miembro de Asambleas de Hermanos), Susana Mefford (Concejala municipal del PSOE, vicepresidenta de la Unión de Mujeres Bautistas), Isabel Pavón (escritora y secretaria de actas de la Alianza de Escritores evangélicos ADECE, miembro de una iglesia pentecostal), Asun Quintana (pastora de Asamblea Cristiana de Madrid y licenciada en Filología), Elisabet Rodríguez (co-pastora en una iglesia carismática y responsable política del PP en Cataluña), Elena Santos (Coordinadora nacional de Aglow y miembro de la iglesia Amistad Cristiana) y Esperanza Suárez (locutora de radio y directora de alabanza, miembro de una iglesia de Buenas Noticias).

Las preguntas para todas han sido:

1.- ¿Cree que la mujer puede asumir responsabilidades de autoridad en la iglesia local, al margen del pastorado?
2.- ¿Está de acuerdo en que una mujer predicase o compartiese la Palabra en un culto?
3.- ¿Cree que bíblicamente es aceptable o correcto que una mujer ejerza el pastorado?

Sin negar su postura en las preguntas anteriores, y al margen de ellas…
4.- ¿Cree que se está haciendo todo lo posible para que la mujer desarrolle su llamamiento y vocación en la iglesia?
5.- ¿Cree que en la familia cristiana evangélica los maridos apoyan suficientemente a sus mujeres para que puedan desarrollar su papel en la iglesia?
6.- ¿Considera que los líderes de las iglesias dan un trato similar a hombres y mujeres, sin discriminación consciente o inconsciente por su sexo?
7.- ¿Cree que se debería tomar alguna iniciativa concreta en las denominaciones o a nivel interdenominacional para apoyar el papel de la mujer en las iglesias evangélicas?
8.- Hay pocas mujeres evangélicas españolas que hayan alcanzado una relevancia o referencia en la Iglesia en cualquiera de sus áreas ¿hay alguna razón además de las que ya hemos preguntado?
9.- Si destacase a alguna mujer evangélica española (histórica o actual) ¿a quién se referiría?

Otros
10.- Cualquier cosa que quiera añadir o comentar...

Beatriz GARRIDO
Locutora de radio y escritora, miembro de Asambleas de Hermanos

1.- Creo que la mujer puede ejercer cualquier ministerio en la iglesia, incluso el de la enseñanza, pero siempre bajo autoridad. No se puede romper el orden: Dios, Cristo, varón, mujer.
2.- Por supuestísimo!!!!..... El Espiritu reparte dones y lo hace con liberalidad, en las propias palabras de la Biblia
3.- Si está bajo la autoridad de un consejo de ancianos, no le veo ningún mal
4.- Para nada!!, en algunos sectores, a Dios gracias, si; pero en muchos, es como retroceder al siglo xix. Conozco a mujeres con un ministério amplísimo, que en su propia iglesia tienen que estar calladas como muertas. Me indigna!!!!!!!!
5.- En muchos casos, para nada; en el mío propio cuento con todo el apoyo de mi marido
6.- Sigo pensando que en bastantes casos no, pero en la mayoría, consciente, insconscientemente y de todas las maneras se nos discrimina totalmente. No hay cosa que más me moleste que eso de que me llamen esposa de pastor.... qué caramba!!!... que tengo tanto llamado y tanto trabajo como él.
7.- Lo veo muy difícil, porque cada uno manda en su “propia parroquia”. Pero yo preferiria incluso una división de iglesia con tal que nos renovasemos tanto en esto como en otras muchas cosas
8.- Creo que a la mujer se la ha subyugado tanto siempre, que sólo aquellas con un llamado muy grande y unos dones demostrados se atreven a salir a la palestra
9.- Hay una mujer de impresionante influencia en mi vida pero no es española: Mary Slessor



Susana MEFFORD
Concejala municipal del PSOE, Vicepresidenta de la Unión de Mujeres Bautistas

1.- Inclusive el pastorado. Ya no hay varón ni mujer…
2.- Por supuesto. Ni me lo cuestiono!
3.- Si.
4.- Depende de las denominaciones y del liderazgo en ellas. Pos supuesto que se puede hacer mucho mas. Ya es hora de que este tema ni se nos plantee.
5.- Depende del marido. La familia cristiana evangélica es humana y no exenta de pecado.
6.- Depende de quien son y como piensan personalmente.
7.- Creo que por negar a las mujeres el liderazgo en igualdad que los hombres hemos impedido hasta hoy que la iglesia tenga la influencia en la sociedad que debe. Mas de la mitad de la sal y la luz está escondida.
8.- Conciliación de la vida laboral-familiar-ministerial! Si 2 es difícil, imagínate coordinar-sobrevivir 3! Las mujeres también somos seres humanos.
9.- Tenemos tan pocos referentes que no sabría decir ninguna.
10.- Gracias por la oportunidad de opinar y por tener interés en nosotras. Nuestro punto de vista de mujer es diferente que el del hombre y por ello, aunque solo sea por ello, enriquecedor. Además estamos ansiosas de abordar temas que tienen que ver con nosotras y nuestras necesidades y ministerios. Personalmente espero y reivindico una revolución en igualdad (pacífica) en nuestras iglesias evangélicas en España para testimonio de la Gracia de Dios transformadora en nuestras vidas.

Isabel PAVÓN
Escritora y secretaria de actas de la Alianza de Escritores evangélicos ADECE, miembro de una iglesia pentecostal

1.- En Gn 1,27 podemos leer que Dios creó “al hombre” (nótese el singular); “varón y hembra los creó”, (nótese el plural), y en el 5:1,2 que cuando Dios creó al hombre, lo hizo semejante a Dios mismo; los creó hombre y mujer, y les dio su bendición. El día en que fueron creados, Dios dijo: “Se llamarán hombres”. No hay diferencia entre mujer y hombre desde el comienzo de los tiempos.
2.- Contesto, en principio, con varias preguntas: ¿Creemos en la justicia y el amor de Dios hacia sus criaturas?, ¿creemos que Dios reparte sus dones por igual? Estas preguntas suelen tener una respuesta teórico-positiva dentro de las iglesias que así tapan la realidad práctica-negativa. Y ahora respondo: Por supuesto que sí, sin lugar a dudas.
3.- Una pregunta más: ¿Cuáles serían las razones, verdaderamente bíblicas y sensatas, para que no lo ejerza? En el NT hay casos clarísimos de que así fue en aquella época: la promesa de Pentecostés fue para hombres y mujeres (y “profetizar” es, ante todo, anunciar la palabra de Dios, no predecir). En Ro 16 se le da el título de apóstol a una mujer. Casi todas las veces que se mencionan a Priscila (o Prisca) y Aquila, a ella se le menciona primero, y en aquella época ese orden era importante. (Y se podrían mencionar más casos).
4.- En algunas iglesias sí, por lo que hay que dar gracias al Señor. Pero en muchas todavía no. Para contentar a las mujeres (suelen ser mayoría en las iglesias) se les suele dar migajas de complacencia. Pero eso no es suficiente para muchísimas mujeres. En muchos casos, hay mujeres que desean desarrollar sus talentos y no esconderlos bajo tierra, y se las condena privada y públicamente sin miramiento alguno.
5.- De todo hay en la viña del Señor. Eso depende del amor que exista en el matrimonio. Conozco maridos que apoyan y alientan a sus esposas. Hay otros que no, pero se les ve el plumero en otras áreas de la iglesia en las que tampoco funcionan bien. Por eso hay que buscar siempre la voluntad del Señor.
6.- Entiendo que la pregunta trata de líderes varones reconocidos, no de líderes mujeres. Pues, no, no, no, y no... El trato no suele ser igual. Hay iglesias en que a las mujeres ni se les permite orar en el culto público. En otras sí, pero no predicar. En otras predicar, pero no ser ordenadas pastoras. En otras pueden hacer todos los oficios de pastoras, pero no presidir la Santa Cena o bautizar. Son relativamente pocas las iglesias a las que se les integra plenamente a cualquier ministerio.
7.- En esos casos, ¿quién debe tomarla?, ¿a quién se le dejaría tomarla? En caso de que fuésemos las mujeres las que nos pusiésemos manos a la obra, ¿nos apoyarían los hombres? El panorama está feo, pero yo no me rindo aunque quieran hacerme creer que el sol sale todos los días por Antequera. Las mujeres son las que deben tomar la iniciativa. Y los hombres que creen en la plena igualdad de hombres y mujeres en la iglesia deben apoyarlas de todo corazón, sin reservas.
8.- A veces es la propia mujer la que, cansada de tanto desprecio, asume ese papel pasivo. Son muchos años recibiendo información negativa y termina por asumirla. Es la gota que cae y cae y vuelve a caer hasta que logra horadar por completo la convicción de igualdad. Decimos que somos iguales ante Dios..., y asumimos la voluntad de los hombres.
9.- Prefiero no decir nombres. Podrían aparecer los de mujeres que tengo cerca, amigas mías. Pero, ¿qué pasa con el nombre de aquellas a quienes no conozco directamente? ¿Y si algún nombre se me olvida? Mi respuesta es la siguiente: Son muchas mujeres evangélicas españolas las que han destacado y destacan en multitud de ámbitos, donde brillan con la luz que el Señor ha puesto sobre ellas. En este punto no podemos obviar lo siguiente: Hay quienes se empeñan en echar un trapo negro sobre la mayoría de estas mujeres para que no canten, igual que se les hace a los pájaros enjaulados para que callen cuando se acerca la noche.
10.- Es una verdadera pena que todavía tengamos que plantearnos este tipo de situaciones. Hay quienes dicen que el hombre es primero y la mujer después basándose en el relato Génesis según el orden de la creación. Yo expongo otra: primero tuvo Dios que crear a María para poder encarnarse en su vientre, dejarse alimentar por sus pechos y criarse bajo sus cuidados. Si nos agarramos al orden de las cosas..., todo resulta incongruente.

Elisabet RODRÍGUEZ
Co-pastora en una iglesia carismática independiente y responsable política del PP en Cataluña

1.- Creo que dentro de cada mujer existe una fuente tremenda de riqueza puesta por Dios, y tristemente la estrategia del enemigo durante muchos años ha sido que la mujer ignore su propio potencial. Creo en la mujer que trabaja junto al Ministerio Pastoral, ejerciendo dones y talentos que Dios le haya dado.
2.- Creo que tanto hombre o mujer pueden enseñar siempre que tengan el conocimiento, la unción y la facilidad de comunicar la Palabra de Dios de una manera veraz y con fundamento
3.- Una de las cosas que hizo Jesús, fue devolverle la dignidad a la mujer, donde mucho antes le había sido quitada. Creo que ya muchas “mujeres de pastor” actualmente están ejerciendo el pastorado, aunque no se les reconozca, ya que aconsejan ministran en oración, lideran a otras mujeres y emplean la mayoría de su tiempo para la Iglesia… Creo en la familia pastoral, en el trabajo que como matrimonio y familia se puede llevar a cabo.
4.- Creo que todavía quedan muchos esquemas humanos o culturales que romper. Y que a veces es más cómodo que la mujer esté en un segundo plano detrás de los ministerios de los hombres, cuando lo correcto seria trabajar junto a ellos. Creo en el orden de Dios tanto para el hombre como para la mujer, y que seria un error, evitar que la mujer se desarrolle dentro de su papel y su identidad de mujer. Siempre se puede hacer más.
5.- Decir un SI o un NO, es ser absolutos. Creo que cada vez hay una mayoría de hombres comprometidos con el Señor, hombres que en sus vidas personales de relación y compromiso con El, están demostrando sin complejos de ningún tipo, el papel verdadero de un hombre, tanto en la Iglesia, en la familia y en el trato hacia la mujer. Hombres que disfrutan viendo como sus mujeres son usadas por el Espíritu Santo y que así reflejan el mandato del Apóstol “maridos amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia, y dio su vida por ella” Son hombres que aportan, con el respeto y el reconocimiento, dignidad a sus mujeres.
6.- Creo que los tiempos son a veces los que marcan las situaciones. La Iglesia a este respecto está progresando, pero creo que a efectos de imagen, si que haría falta que la mujer tomara un compromiso y a su vez se le dejara un espacio más representativo, sobre todo en áreas públicas donde la Iglesia tiene representación o sobre entidades representativas de la Iglesia.
7.- Primero debe empezar por la casa, es decir, cuando el Pastor de lugar a su esposa y deje que esta se desarrolle ministerialmente, esto llevará un tremendo ejemplo a seguir.
8.- Son las mujeres las que han de empezar a romper sus propios esquemas y temores. Muchas veces nos infravaloramos o damos mas importancia a otros ministerios fuera de nuestro país, y es cierto que hay mujeres tremendamente usadas por Dios, pero también he visto en el anonimato del mundo evangélico español, mujeres tremendas de fe y preciosas en sus dones y talentos que no se han dado a conocer por que nadie les ha dado la oportunidad.
9.- Para mi es difícil hacer esta valoración, ya que como he dicho antes a nivel internacional hay muchas mujeres que me han impactado y me han motivado. Pero si tengo que nombrar a alguien, nombraría a Elena Santos, que actualmente es la presidenta de AGLOW ESPAÑA, por su sencillez, su fe y su trabajo a nivel nacional, ha podido estimular a muchísimas mujeres en toda España, a creer que Dios tiene un propósito para sus vidas.
10.- Me gustaría desde aquí agradecer de corazón el trabajo realizado por las mujeres en mi iglesia. Mujeres que muchas veces desde el anonimato, han hecho posible que mi trabajo en el ministerio se mucho mas ligero. Mujeres, de las cuales tuve claro desde el principio que me sorprenderían y así lo han hecho. Por ello, creo mas que nunca, que es al Espíritu Santo a quien corresponde darle a una persona, hombre o mujer, cualquier don que la capacite para cualquier ministerio que Él desea que ésta desarrolle, según su voluntad “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”. Si bien es cierto que Dios ha establecido dentro del hogar un orden claramente diseñado, es igualmente claro que las mujeres son llamadas y dotadas por Dios, dirigidas por su Espíritu digno de su llamamiento en Cristo para dar fruto.

Elena SANTOS
Coordinadora nacional de Aglow y miembro de la iglesia Amistad Cristiana

1.- Si, si lo creo. Tenemos ejemplos de ello en el NT (Junia (Rom.16:7); Febe (Rom. 16:1 y 2); Priscila, Evodia y Síntique, y en la actualidad muchas mujeres realizan tareas que implícitamente llevan autoridad, como diáconos, maestras, contables, etc..
2.- Si, si lo estoy. Los dones espirituales y los talentos naturales son dados a las personas por ser personas, sin distinción de sexo, raza o color.
3.- Si, si lo creo. Si una mujer tiene el “llamado” de Dios para tal función y éste va acompañado de las herramientas para desarrollarlo, creo que puede ser pastor de una congregación.
4.- NO, sinceramente no. La tecnología, la ciencia, el desarrollo del pensamiento ha avanzado, y sin embargo en algunos sectores de la iglesia, se sigue poniendo veto y obstáculos para este desarrollo y vocación.
5.- No puedo dar una contestación cierta, creo que depende mucho del grado de formación de las parejas. Aunque la tónica más común no es la del apoyo.
6.- Pues depende de la iglesia. En mi experiencia personal he visto como en reuniones de pastores con esposas, todos han estado juntos para tener “comunión”, es decir: comer y charlar. Y cuando hay que tomar decisiones se han hecho dos grupos.
7.- Pues se pondrían incluir mujeres junto con varones en conferencias como oradores y que ambos compartieran para el conjunto del auditorio, no haciendo separaciones como es lo habitual en la actualidad.
8.- La práctica trae consigo la experiencia, sin contar el “llamado” de la persona, no se ha motivado, alentado, ni preparado a las mujeres para que tomen su lugar en la iglesia, esto es una buena razón para que algunas hayan desistido, abandonado o se hayan conformado.
9.- Me quedo con Marga Muñiz, su contribución al estudio de la exégesis bíblica sobre las mujeres aporta luz y crecimiento para el pensamiento.
10.- Cualquier cosa que quiera añadir o comentar...
Tan sólo darles las gracias por tener éstas inquietudes en el corazón y por trabajar por llegar a hacerlas realidad. Muchas gracias.

Esperanza SÚAREZ
Locutora de radio y directora de alabanza, miembro de una iglesia de Buenas Noticias

1.- Sin ninguna duda la respuesta es afirmativa, ya desde el principio de la humanidad tanto el varón como la mujer fueron comisionados para gobernar y sojuzgar la tierra, es un trabajo de ambos, y esto incluye la iglesia. La Biblia nos da ejemplos suficientes de mujeres que asumieron responsabilidades de autoridad.
2.- La predicación de la palabra no se reduce a un solo sexo, no depende del sexo sino del llamamiento. No hay que olvidarse que Dios no solo tiene voz de varón, Dios también tiene voz de mujer.
3.- Rotundamente sí, por citar un solo texto podríamos ir a Efesios 4:7-13; la escritura no dice que diera dones a los “varones” sino a los “hombres” (Antrophos: ser humano o persona), y constituyó de esos “hombres” (personas) a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, y en esos “unos” y “otros” estamos incluidos todos: varones y mujeres.
4.- Me imagino que habrá de todo, pero creo que NO se está haciendo todo lo posible todavía, es cierto que en muchos círculos ha habido un cambio notable, pero sin ninguna duda la iglesia debe renovarse conforme a los tiempos que vive; no se pueden seguir manteniendo estructuras rígidas y masculinas de siglos atrás.
5.- Lamentablemente tengo que decir que NO, aunque como en la pregunta anterior, supongo que en muchas familias el apoyo será grande, me consta, pero creo que aún en nuestro país hay bastantes maridos que ejercen una hegemonía familiar en la que la mujer se limita únicamente a “trabajar y a callar”; como dijera Rodolfo Loyola: “más vale que la mujer hable menos en casa y más en la iglesia”, pero tristemente esto no es así.
6.- Por supuesto que no, el trato ni muchísimo menos es similar; lamentablemente en la iglesia existe un agravio comparativo. Dios no es injusto y ha dado las mismas capacidades, dones y ministerios a varones y mujeres, otra cosa es que los varones lo quieran reconocer.
7.- Pienso que el problema no es tanto de denominaciones sino más bien de individuos, de varones. Porque aún dentro de una determinada denominación con estructuras “machistas” siempre encontraremos a aquellos que buscan la verdad y la justicia. Los cristianos hemos de ir creciendo en la revelación de la palabra, ésta ha de ir en aumento, la palabra es un ente vivo y como tal está en continuo movimiento.
8.- Está costando mucho quitarse este manto cultural que arrastramos en nuestro país donde la mujer ha estado por años escondida por miedo a ser señalada insumisa, rebelde y soberbia. Las mujeres cristianas no quieren competir con el varón, quieren que se las deje desarrollar el llamamiento que, en muchos casos, está escondido.
9.- Podría referirme a muchas mujeres que en el pasado abrieron una brecha y fueron capaces de presionar en el umbral de la oportunidad, pero lamentablemente casi todas son extranjeras. En cuanto a mujeres en la actualidad hay nombres que se pueden mencionar pero a nivel social no tanto a nivel eclesial.
10.- Muchas mujeres han muerto con sueños que jamás vieron la luz, con sentimientos que no pudieron expresarse nunca, con proyectos que fueron descartados, con ministerios frustrados, con dones no desarrollados.

Asun QUINTANA
Pastora de Asamblea Cristiana de Madrid y licenciada en Filología

1.- Puede y debe.
2.- Sí.
3.- Sí
4.- No, se está haciendo muy poco. Se tolera pero no se fomenta ni se facilita.
5.- En general no todo lo que debieran, no sabría decir la proporción. Aunque ya entre los matrimonios jóvenes se ve más apoyo. La mentalidad está cambiando entre los jóvenes.
6.- No, algunos sí, pero una minoría.
7.- Sí, se deberían tener iniciativas. Seminarios y conferencias de hombres y mujeres para tratar el tema. Los varones son claves para ayudar en este tema, si tomaran iniciativas. Estamos algo solas. Necesitamos que los varones den la cara por este tema.
8.- El peso de la educación, la cultura, la mentalidad. Quizá las mismas mujeres estamos un poco retraidas, acomplejadas y con temores.
9.- Alice Gordon Gulick. Como escritora Isabel Pavón.