Jars of Clay: Manos a la obra

Pero había una canción en ésa cinta que tenía algo que me intrigaba cada vez que la escuchaba. Era la única que me interesaba: “Crazy Times” (del álbum Much Afraid, 1997):

“You spiral down
Youve broken your crown
You don´t feel like a Queen
…
It seems its always the crazy times
You find youll wake up and realize
It takes more than your saline eyes
To make things right”

Me gustaba la canción, me gustaba la melancolía de la voz de Dan Haseltine, y bueno, también me gustaba el solo de guitarra después del segundo coro, porqué negarlo. Con los años, pese a los prejuicios, incluso he aprendido a apreciar una segunda canción de esa cinta, la trabajadísima “Overjoyed”. Desde esos primeros trabajos, Jars of Clay se ha quitado de encima la etiqueta de “música blanda”.

El grupo de Illinois apareció en 1995 con el debut autotitulado Jars of Clay. El single “Flood” entró con fuerza en los charts nacionales y se llegó a colocar en el número 46 de Billboard 200. Acabaría consiguiendo un Triple Platino, que en Estados Unidos equivale a 3 millones de álbumes vendidos. En 1997, el ya citado Much Afraid se llevó otro Platino, y llegó a su punto más alto metiéndose en el número 8 de Billboard, es decir, en el ´Top 10´ de la música más escuchada en Estados Unidos por aquel momento. Después vendrían If I Left the Zoo (1999), The Eleventh Hour (2002) y Who we are instead (2003), sobrepasando los 600.000, 500.000 y 300.000 discos vendidos, respectivamente. Después, los trabajos número 6 y 7, Futhermore (live) (2004) y Redemption Songs (2005).

Como se puede apreciar, Jars of Clay son de ese 50% de bandas que se toman la música como un trabajo, que no componen sólo cuando están inspirados. Son del tipo de banda que intenta sacar el máximo de una oportunidad inicial, y se vuelcan en tirar adelante su carrera. Nada menos que 7 álbumes en 10 años. Aunque eso lleva también consigo el problema de la falta de frescura. No es lo mismo sacar un disco sólo cuando se ha juntado canciones largamente trabajadas (un ejemplo es Portishead, que ha presentado Third después de 11 años en silencio) que hacer como Jars of Clay, que actúan más bien como un autor literario que por contrato tiene que publicar regularmente.

Pero precisamente es la frescura lo que impacta del último trabajo, Good Monsters (2006). Pura madurez, que es saber aprovechar bien los recursos propios y trabajar en mejorar los puntos débiles. Aunque han avanzado, conforme se llega a la mitad del disco, uno va reconociendo el estilo. Siguen siendo los mismos. Pero esos cambios a un sonido más Indie Pop enganchan desde los primeros compases.

El primer single da en el clavo. Líneas de bajo funky, guitarras a lo disco, y ambiente de fiesta hype. El videoclip de “Dead Man”, además, está basado íntegramente en las cámaras de móvil de fans, a los que en un concierto se pidió que grabaran su propia perspectiva de la canción y la hicieran llegar al grupo para hacer un montaje conjunto.

Pero más bien aún suena “Work”, que abre el disco. Crescendo entre guitarra y batería para marcar un inicio sin titubeos. Con un sonido en la línea de Strokes o Kaiser Chiefs, el frontman Haseltine se quita de encima la imagen melancólica y se atreve con una puesta en escena llena de autoconfianza. Ahora bien, el mensaje no se desmarca mucho de la identidad del grupo. En las letras de la canción, Jars of Clay reconoce (un verbo muy utilizado en la música hecha por cristianos, por cierto) la confusión:

“Empty spaces with shadows hit by streetlights
Warnings signs and weight of tired conversations
In the absence of a shoulder, in the abscess of a thief
On the brink of this destruction, on the eve of bittersweet
Now all the demons look like prophets and I´m living out
Every word they speak, every word they speak”

De aquí a un coro que pide -al principio más tranquilamente, y ya a la tercera con más urgencia- a alguien que acompañe y ayude a ordenar el caos mental que provoca la sociedad:

“Do you know what I mean
when I say, ´I don´t want to be alone´?
What I mean when I say,
´I don´t want to be alone´”

Más adelante en el disco, aparece la respuesta: “Take me higher”. El título se completa en el coro de la canción con la segunda parte de la frase: “… than the Sun”. Es un deseo expresado después de reconocer que en realidad no se estaba solo. Que Dios estaba allí, solo que “it took too long to turn away”, costó bastante girarse y mirar en la dirección correcta, donde las cosas no cambian.

Good Monsters es un gran trabajo. Un álbum disciplinado y a la vez muy profundo. Con letras más complejas que las de los últimos discos. Y algo que engancha: cada canción tiene su aire propio. Desde la norteña “Light gives Heat” hasta la sureña “Mirrors & Smoke”, una preciosa canción a dúo con Leigh Nash, que recuerda mucho a Johnny Cash.

Pero no hay tiempo para dormirse. Todo está preparado ya para que en la tercera semana de este mismo mes de marzo salga en Estados Unidos el noveno trabajo, “The Long Fall back to Earth”. Lo dicho, Jars of Clay no bajan el pistón. Veremos si mantienen también la calidad de Good Monsters.

Escrito por: Joel Forster

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PS Good Monsters fue en 2006 elegido álbum del año en los Dove Awards, galardón con el que coincidieron también las revistas CCM y Christianity Today.