Esa ingenuidad nos hizo pensar en temas de actualidad como la crisis económica, las inminentes e inciertas elecciones (el programa fue el viernes anterior a las jornadas electorales) en Galicia y Euskadi o hasta en la necesidad de una reforma del sistema educativo español, situado a la cola de Europa.
Ingenuos todos. Sobre los analistas, hay quien pensó que quizá se trataría de economistas, de expertos en educación, de sociólogos,… Pura ingenuidad. El sexteto titular del primer programa estaba formado por Pepe Sancho (nada en contra de que se trate de un actor, pero daba la sensación de estar ahí sentado más por el morbo de episodios personales recientes que por otra cosa), Carlos Carnicero (sí, el de
Confesiones, ¿recuerdan?), Begoña Ameztoy (antigua tertuliana de segunda en
Crónicas Marcianas), Teresa Bueyes
(la abogada denunciada por Ana Obregón por amenazas e intento de asesinato), el periodista Melchor Miralles y la diputada del PP Celia Villalobos (la única, quizá, que podía ofrecer alguna garantía de seriedad).
¿Y los temas? La verdad es que ahí nos engañaron sólo a medias: de actualidad, sí, pero no precisamente lo que se entiende por un tratamiento riguroso de una actualidad informativa o social. Un par de ejemplos: el programa sacó su particular pala para remover en el estercolero hablando de la muerte de Marta del Castillo, la chica desaparecida de la que todavía no se ha encontrado el cuerpo, aunque su pareja ya ha confesado su asesinato. Y lo peor, con su padre, Antonio, en el plató, una historia que si no se frena a tiempo puede acabar reproduciendo los descensos a las alcantarillas que expertos buceadores en aguas sucias como Pepe Navarro o Nieves Herrero explotaron hace una década con la tragedia de las niñas de Alcásser.
Otro gran tema de actualidad: el test de la infidelidad (no pongan esa cara, es un tema del que todo el mundo habla en las colas del súper y en las abarrotadas barras de nuestros castizos bares). ¿Lo trataron desde el punto de vista psicológico? ¿Social? ¿Espiritual incluso? Pues no exactamente: con Gema Ruíz de invitada al más puro estilo
¿Dónde estás corazón? (ahora conocido como
DEC, com si fueran Prince o algo parecido), hablando de su relación con el ex ministro del PP Francisco Álvarez-Cascos. Una delicia, vaya.
El estreno del programa, según detalla el portal de internet
Vertele.com, puede haber sido su primera y última emisión, ya que Paolo Vasile y los suyos se ruborizaron en exceso. Y no por el contenido del engendro (de eso no se
avergüenzan nunca, les da lo mismo), sino del escaso 7,1% de
share (cuota de pantalla) que obtuvo, perdiendo muy claramente la pugna con el consolidado
DEC (19% y 2,2 millones de personas en Antena 3) y su estercolero particular.
Un 7,1% para Tele 5 (congregando unos 800.000 espectadores) es una debacle, pero una pequeña rendija de esperanza: ¡la basura no siempre vende!, aunque decir eso la misma noche que las ordinarieces de Jaime Cantizano, María Patiño, Chelo García Cortés y compañía consiguen abducir los cerebros de millones de españoles tampoco parece nada del otro mundo.
En las promociones del programa, Tele 5 vendía algo parecido a la añorada
La clave de Balbín, pero viendo como el debate derivaba en una discusión de un nivel más bajo que el de una taberna de puerto, pues la verdad, que nos colaron sin miramientos otra oferta parecida a
La noria de Jordi González y con tendencia a acercarse a los otrora populares
Moros y cristianos. La desfachatez de Tele 5 no tiene nombre, ya que proponía un formato que quería tratar, según la misma cadena, “los titulares informativos de la semana y las principales inquietudes
de los ciudadanos”. La misma casa argumentaba que “los
asuntos que preocupan e interesan
a los ciudadanos, de más profundo calado, vertebrarán algunos de los debates semanales –con trasfondo social y en algunas ocasiones también político– junto con otros temas que a lo largo de los últimos siete días hayan generado simpatía y curiosidad”.
Eso sí, si hablamos de nuestra ingenuidad, la de la presentadora no tiene precio. Se trata de Sandra Barneda, un rostro relativamente conocido, ya que
hasta ahora había participado en ofertas autonómicas (un digno concurso en la catalana TV3 y los informativos de noche en Telemadrid) y en un programa de La 2,
La fábrica de ideas, centrado en premiar propuestas empresariales innovadoras, un espacio a las antípodas de la silla de marras.
El único problema es que si se confirma la desaparición del espacio no podremos comprobar las apuestas que ya se empezaban a hacer sobre los futuros temas “de actualidad” que trataría: ¿El chorizo Julián Muñoz y su negocio rosa con la tonadillera?, ¿Los líos del clan de Ubrique? ¿La última exclusiva del hijo parásito de la baronesa Thyssen?. Sea como sea, la silla tenía igualmente las horas contadas, al menos para la noche de los viernes, ya que hace unos días Javier Sardá confirmó que en abril regresa a Tele 5 casi cuatro años después de finiquitar el exitoso
Crónicas marcianas (algún día hablaremos de este
revolucionario y extraños espacio, basurero a ratos, verdulero en otros, pero con algunos personajes más que
salvables), aunque no la hará con un espacio diario, sino semanal (los viernes por la noche, claro). Sardá no ha desvelado nada más, pero ya ha trascendido el nombre de algunos colaboradores, como Mercedes Milà (¡socorro!), Boris Izaguirre (¡cómo no!) y Carlos Latre (seguramente el mejor imitador de España, actualmente arrasando en Catalunya en los sensacionales espacios humorísticos de política,
Polònia, y fútbol,
Crackòvia).
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