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La polémica del Diseño Inteligente

Diseño inteligente y alternativa apologética en la ciencia (2/5)

El creacionismo “de la tierra joven” comprime la historia del universo en unos 10.000 años: niega el Big-bang, evolución estelar, generación de elementos pesados en las estrellas en reacciones termonucleares, formación del sistema solar, antigüedad de la Tierra, tectónica de placas y el origen y evolución de los seres vivos y el ser humano. Un ataque a la línea de flotación de todas, sí
TUBO DE ENSAYO AUTOR Grupo F&C 04 DE OCTUBRE DE 2008 22:00 h

Definida así la oposición creacionismo/evolucionismo, ¿dónde situar el DI (Diseño Inteligente)?

I.- Centrando el debate: ¿Qué sostienen realmente los defensores del DI?

El término “evolución” se aplica a: 1.- El surgimiento espontáneo de la vida a partir de materia inorgánica. 2.- La transformación de unas especies en otras a lo largo del tiempo. 3.- El mecanismo para explicar la aparición de esas nuevas especies.

Generalmente se llama evolución a cualquiera de esas ideas o a todas juntas. Pero, realmente, el término evolución debería reservarse para la segunda: el hecho, o no, de la evolución de las especies. El punto tres trata sobre cómo se produce ese hecho, una vez que se acepta que ocurrió. Y el primer punto, es previo a la evolución, trata sobre cómo apareció el primer ser vivo.

Aunque se suele relacionar el DI con una negación completa del evolucionismo, lo que Dembski cuestiona es el punto tercero.
El tema de disputa […] no es con el cambio evolutivo en sí mismo, sino con la pretensión de los darwinistas de que todo ese cambio ha ocurrido por medio de procesos puramente naturalistas que no tienen ningún propósito”(35)

Behe, afirma lo mismo y va más allá, aceptando plenamente el punto segundo:
“No tengo ninguna razón para dudar que el universo tiene los billones de años que los físicos dicen que tiene. Es más, encuentro la idea de la descendencia común (que todos los organismos comparten un mismo antepasado) bastante convincente, […].”(36)

Lo que Dembski y Behe proponen no es tanto destruir la evolución (como el “creacionismo científico”), sino un evolucionismo no darwinista. Imaginan a Dios teniendo un papel muy activo a lo largo de la evolución (un “creacionismo episódico”)(37), convirtiendo a Dios en mecanismo de la evolución.(38) Esto contrasta con la visión de evolucionistas teístas, que sitúan la obra creadora de Dios principalmente en el momento inicial, desde donde todo se desenvuelve mediante leyes puestas por Dios; sin que esto implique, como en el deísmo, que Dios se desentienda de su creación, ni impida a Dios actuar sobre ella. En cualquier caso, lo que Dembski, Behe y sus críticos están discutiendo no es evolución sí o no, sino qué tipo de evolución.(39)

Como con Galileo, éste no es un debate entre ciencia y fe, ateísmo y cristianismo. Si Johnson, Behe o Dembski son cristianos (evangélico, católico y, ortodoxo, respectivamente), también lo son algunos de sus principales críticos, Francis S. Collins o Kenneth R. Miller (evangélico y católico, respectivamente).

II.- Complejidad irreducible (CI) - el meollo de la propuesta del DI

Según el DI, ciertos sistemas de los seres vivos (a los que Behe llama “irreduciblemente complejos” [IC], formados por varias partes, todas ellas indispensables para el funcionamiento del sistema)(40) no pueden haber surgido por causas naturales:
Un sistema irreduciblemente complejo no puede ser producido directamente por numerosas modificaciones pequeñas y sucesivas de un sistema precursor, porque cualquier precursor de un sistema irreduciblemente complejo al que le falte un componente no es funcional por definición… Dado que la selección natural sólo puede elegir entre sistemas que están ya funcionando, si un sistema biológico no puede ser producido gradualmente tendrá que aparecer como una unidad integrada, de un golpe, para que la selección natural tenga algo sobre lo que actuar.”(41)

El argumento basado en la ignorancia, en la dificultad de explicar lo complejo, se transforma en un argumento positivo, pues las máquinas moleculares no podrían existir si se elimina una parte. Por ello, tienen que haberse diseñado para funcionar como un todo, convirtiéndose en pruebas positivas de la existencia del diseñador. Para el DI, partes de este mundo resultan de “causas naturales”, mientras otras aparecieron por “diseño”. La “inferencia de diseño” de Dembski, consiste en diferenciar causas naturales e inteligentes, pues las probabilidades de aparición al azar de “información compleja especificada”(42) son mínimas y se impone considerarla como obra del diseño.

III.- Críticas al DI

Críticas desde la ciencia:
a) La CI es sólo aparente: el sistema de coagulación funciona igualmente en animales donde faltan algunos elementos del sistema: delfines, ballenas, peces globo o peces zebra.(43) Es más, la mayor parte de las proteínas de este sistema son similares, sugiriendo un origen por duplicación génica a partir de un sistema simple de tres componentes.(44) En el ejemplo estrella de Behe, el flagelo, las bacterias muestran numerosas variantes, con diferente número de elementos. Miller ha señalado que la maquinaria del flagelo tiene similitudes con otras maquinarias: el sistema secretor tipo-III, la proteína motora ATP sintasa, etc. Es decir, la maquinaria del flagelo no es IC, se pueden eliminar unas cuantas partes, y el sistema funciona, aunque sea en otra cosa.(45)

Para Behe, en ese caso el sistema IC ha dejado de funcionar, “Miller cambia el punto de atención de la función propia del sistema intacto mismo a la cuestión de si podemos encontrar un uso diferente (o ´función´) para algunas de las partes.”(46) Pero ahí ignora que los modernos modelos evolutivos se basan, precisamente, en la apropiación de proteínas preexistentes para formar sistemas con otras funciones, haciendo innecesario que el sistema final haya aparecido en bloque “de la nada”. (47)

b) Los sistemas no aparecen en bloque: los cálculos de Dembski se basan en la aparición al azar de todo un complejo; pero ningún biólogo piensa que el sistema de coagulación o el flagelo hayan aparecido así, sino gradualmente. Francisco J. Ayala, catedrático de Biología y sacerdote católico afirma: “este cálculo, […], es completamente irrelevante, porque los supuestos de Dembski son erróneos.”(48) E indica cómo un pequeño número de mutaciones puede dar un gran efecto: “Un ejemplo simple es Volvox, un organismo multicelular esférico con células diferenciadas, algunas de ellas especializadas para la reproducción. Volvox se diferencia de algunas células unicelulares (Chlamydomona) por sólo entre tres y cinco mutaciones.”(49)

c) Las imperfecciones en los seres vivos hacen dudar de un DI: es más, estas imperfecciones resultarían explicables a la luz de la evolución de los organismos en cuestión: de la columna vertebral humana, mal preparada para caminar, al pequeño canal del parto humano, pasando por el ojo de los vertebrados, que ni es único ni está bien diseñado. Pulpos y calamares eliminan el punto ciego.(50)

Críticas desde la filosofía de la ciencia:
a) El DI se afirma a sí mismo a priori: según Dembski, el DI no necesita demostrar la intervención del diseñador; si no hay una explicación darwinista de algún proceso, el DI tendría que adoptarse “por defecto”.(51) La única forma de eliminar el DI sería mostrar mecanismos darwinistas para cada caso de complejidad biológica.
Ahora, si para cada caso de complejidad biológica algún mecanismo pudiera ser producido para explicarla, entonces el Diseño Inteligente debería ser eliminado de la discusión científica. La navaja de Occam, al eliminar causas superfluas, acabaría en este caso con el Diseño Inteligente elegantemente.”(52)

Pero no tener una explicación darwinista del proceso evolutivo de un cierto mecanismo molecular no prueba que no pueda haberla y, muchísimo menos, se tiene que convertir automáticamente en prueba a favor de un “diseño” indefinido, que se convierte en lo que se ha calificado de “otra palabra para ignorancia.”(53)

b) El DI no es falsable, no se puede rebatir: varios científicos han estudiado la evolución del flagelo esperando que el DI cayese bajo la navaja de Occam. Pero Dembski(54) y Behe(55) nunca estarán satisfechos.

El problema de fondo es que no resulta fácil ver cómo se puede someter el DI a un experimento, el DI resulta inmune a la investigación. Decir que hay diseño sin saber quién es el diseñador, y sin proponer un mecanismo estudiable por el que se introduce el diseño en los seres vivos, es no decir nada. Es difícil imaginar cómo probar que un diseñador desconocido no haya diseñado los sistemas biológicos, pues, por definición, puede hacer cualquier cosa. Así, Behe ladea fácilmente el argumento de la imperfección contra el carácter “inteligente” del diseño biológico.
“[…] las razones por las que un diseñador podría o no hacer algo son virtualmente imposibles de saber a menos que el diseñador te las comunique específicamente. […]. Características que nos parezcan extrañas en un diseño podrían haber sido puestas ahí por el diseñador por algún motivo –por razones artísticas, por variedad, para alardear, por algún propósito práctico todavía por detectar, o por alguna otra razón inimaginable – o por ninguno.”(56)

Para Ayala, eso “destruye el diseño inteligente como hipótesis científica, porque le provee con un escudo empíricamente impenetrable frente a predicciones sobre cuán ´inteligente´ o ´perfecto´ será un diseño.”(57) Un fallo crucial del argumento de diseño es que no sabemos cómo es el diseñador. Es fácil ver diseño en un reloj, como Paley, o en restos arqueológicos, como indica el DI, porque han sido diseñados por humanos, y conocemos bien a los humanos y sus capacidades diseñadoras.(58)

c) El “sobrenaturalismo” como explicación en el DI: lo que está en discusión es si el naturalismo (o el materialismo) debe ser nuestra hipótesis por defecto o no en la ciencia. Lo que esta en juego es la definición de lo que es ciencia, y según Dembski:
Las reglas sobre las que se basa la ciencia tienen que cambiarse.”(59)
La biología evolutiva, al limitarse exclusivamente a mecanismos materiales, ha respondido de antemano a la pregunta de qué tipo de explicaciones biológicas son verdaderas, sin necesidad de considerar la evidencia empírica. Esto es filosofía de sillón.”(60)

Al contrario, esa es la voz de la experiencia científica. Tras milenios de juguetear con lo sobrenatural, la ciencia rechazó estas explicaciones para entender el funcionamiento de la naturaleza. Esto resultó en un éxito sin precedentes, por eso asumimos el naturalismo “metodológico” al estudiar la naturaleza.(61) Al descubrir nuevos fenómenos: electricidad, herencia, radiactividad, no suponemos que se deban a causas sobrenaturales, sino que son fenómenos naturales, explicables mediante leyes.

Críticas desde la teología:
a) La idea de creación: Behe considera que diferentes partes de la célula podrían haber aparecido por fuerzas naturales (membrana) o por diseño (flagelo)(62). En realidad, el hablar de diseño necesita un contexto de no-diseño como fondo, frente al cual identificar el “diseño”.(63) Pero se corre el peligro de acabar con un deísmo con ciertos milagros biológicos, lo que el biólogo evangélico Denis Alexander, uno de los líderes del CiS, denomina como un “creacionismo episódico”. En el cristiano, Dios es el Creador y sostenedor de toda la creación.(64) El problema es que se considera que Dios está más implicado en ciertas áreas de la naturaleza que en otras.

b) Un dios-tapa-agujeros: aunque quiere dar un argumento positivo, el DI atribuye al diseñador/Dios aquello que no se explica por mecanismos naturales. El problema es que esto es otro caso de dios-tapa-agujeros, al que el progreso de la biología pone en peligro. Según Collins: “Al forzar esa visión estrecha y limitada de Dios, el Diseño Inteligente está irónicamente en camino de hacer un considerable daño a la fe.”(65)

El problema de fondo es el deseo de “probar” científicamente la existencia de Dios. Por desgracia, el DI parece estar de acuerdo con los ateos en “probar” a Dios científicamente, esperando ver su huella en algún fósil o gen. Esto se ha intentado muchas veces, para acabar en frustración, pues son argumentos basados en “agujeros” de la ciencia. Pero en la Biblia no es la ciencia lo que lleva a Dios, sino que es la fe en Dios lo que transforma nuestra visión del mundo, “Por la fe comprendemos que el universo fue constituido por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”(66) El teólogo John Henry Newman, contemporáneo de Darwin decía, “Creo en el diseño porque creo en Dios, no en Dios porque vea diseño”.(67)

c) El problema del mal: el filósofo evangélico Angus Menuge, favorable al DI, reconoce que “queda mucho trabajo por hacer para mostrar que el DI no tiene la consecuencia imprevista de hacer el problema del mal más difícil de resolver para el teólogo”(68). En palabras de Denis Alexander:
“[…] lo que el DI nos está diciendo es que el diseñador diseñó específicamente el flagelo para bacterias que de otra manera habría sido incapaces de obtenerlos por ´fuerzas naturales´. ¿Qué clase de diseñador malvado es este? ¿No habría sido mucho mejor dejar las bacterias sin propulsión de forma que no fuesen tan letales?”(69)

Próximo capítulo: El desafío de la genómica


Autor: Pablo de Felipe es doctor en Bioquímica, investigador, escritor y profesor de Ciencia y Fe en el Seminario SEUT
Esta serie se corresponde con la intervención del autor en el Fórum de Apologética 2008 (GBG - AEE)



Referencias
35) William A. Dembski. 1995. What every theologian should know about creation, evolution, and design. Center for Interdisciplinary Studies Transactions 3(2):1-8. Disponible en: http://www.leaderu.com/offices/dembski/docs/bd-theologn.html. Es interesante ver que en este artículo Dembski se mostraba indeciso respecto a la evolución en el sentido que hemos definido en el punto segundo, en un párrafo de calculada ambigüedad: “La teoría del diseño no pone límites a la cantidad de cambio evolutivo que los organismos pueden haber tenido durante el curso de la historia natural. De acuerdo con las posturas clásicas sobre la creación, el diseño permite la emergencia abrupta de nuevas formas de vida. Al mismo tiempo el diseño es también consistente con la formación gradual de nuevas formas de vida a partir de las antiguas.” Es más, aparentemente rechazaba la idea de antepasados comunes, pues al relatar cómo enseñaba a sus alumnos, dice: “En tres semanas nadie en la case pensaba que la afirmación fundamental del darwinismo, la descendencia común mediante selección y modificación, era auto-evidente o estaba especialmente bien fundamentada.” Y en otro lugar, en el mismo artículo, dice: “Si, yo creo que los organismos han tenido algún cambio en el curso de la historia natural (aunque creo que este cambio ha ocurrido dentro de límites estrictos y que los seres humanos tuvieron una creación especial).” (William A. Dembski. 1995. What every theologian should know about creation, evolution, and design. Center for Interdisciplinary Studies Transactions 3(2):1-8. Disponible en: http://www.leaderu.com/offices/dembski/docs/bd-theologn.html. En una publicación más reciente, Dembski afirma: “[…] el asunto central es cómo surgió la complejidad biológica y si la inteligencia jugó un papel indispensable (que no es lo mismo que decir exclusivo) en su comienzo.” (William A. Dembski, The logical underpinnings of intelligent design. Publicado en: Debating Design. Véase ref. 3, p. 323). Sin embargo, su postura crítica ante la idea de la existencia de antepasados comunes podría deducirse del hecho de que él comparte, junto con otros defensores del DI, un blog con el significativo nombre de “uncommon descent” (antepasado nada común) en: http://www.uncommondescent.com.
36) Michael J. Behe. Darwin´s black box. Véase ref. 27, p. 5.
37) Expresión usada por un crítico del DI, Denis R. Alexander. Creation or evolution – do we have to choose? Monarch Boks, Oxford, 2008 (en prensa).
38) “El énfasis del DI no está en la ascendencia común, sino en el mecanismo de la evolución – ¿como ocurrió todo esto, por selección natural o por un Diseño Inteligente intencionado?” Michael J. Behe, Irreducible complexity: Obstacle to Darwinian evolution. Publicado en: Debating Design, véase ref. 3, p. 356. Comentando la aceptación de la existencia de antepasados comunes, Richard Dawkins comenta: “¿Saben sus fans creacionistas que Behe acepta como ´trivial´ el hecho de que somos simios africanos, primos de los monos, descendientes de los peces?” Richard Dawkins. Inferior Design. The New York Times, 1 de Julio de 2007. Disponible en: http://www.nytimes.com/2007/07/01/books/review/Dawkins-t.html.
39) “[…] mis propias ideas encajan bastante bien con las del 40% de científicos […] que piensan que la evolución ocurrió, pero que fue guiada por Dios.” Michael J. Behe. Intelligent Design Is Not Creationism. Carta a Science on-line, 7 de Julio de 2000. Disponible en: http://www.sciencemag.org/cgi/eletters/288/5467/813#165.
40) El concepto de CI puede remontarse a Michael Polanyi, en un artículo aparecido en 1967, donde defendía que “las máquinas son irreducibles a física y química” y que las “estructuras mecanísticas de los seres vivos parecer ser igualmente irreducibles.” Michael Polanyi. 1967. Life transcending physics and chemistry. Chemical and Engineering News 45(35):54-66. Sin embargo, es importante recalcar que las ideas de Polanyi nada tienen que ver con el diseño inteligente, a pesar de los esfuerzos de Dembski en ese sentido (véase: http://www.missouriwestern.edu/orgs/polanyi/mp-id.htm).
41) Michael J. Behe. Darwin´s black box. Véase ref. 27, p. 39.
42) Un caso especial de ella serían los sistemas IC de Behe.
43) Como se pudo ver en el juicio de Dover, la defensa de Behe consiste en reducir la porción del sistema del complemento a la que atribuye CI: “El interrogatorio reveló que la redefinición del catedrático Behe del sistema de coagulación sanguíneo había sido diseñada posiblemente para evitar la evidencia científica acreditada [peer-reviewed] que contradice su argumento, y que no era una redefinición científicamente justificada.” Tammy Kitzmiller, et al. v. Dover Area School District, et al. Véase ref. 34, p. 77. El testimonio de Behe en el juicio en relación con este tema está disponible en: http://www.discovery.org/scripts/viewDB/filesDB-download.php?command=download&id=581.
44) “En 1990 se encontró un gen codificando para una proteína similar al fibrinógeno en el pepino de mar, […]. Dado que moléculas similares al fibrinógeno estaban ya presentes, muy probablemente en el plasma sanguíneo e inicialmente para otras funciones como el mantenimiento de la correcta presión osmótica, entonces todo lo que era necesario era que una proteasa, como la trombina, se dirigiera incorrectamente a la sangre como resultado de una mutación, un escenario nada improbable. Junto con la activación de la trombina por una proteasa adicional, esto podría entonces producir un sistema simple de tres componentes, suficiente para producir la coagulación sanguínea.” Denis R. Alexander. Creation or evolution – do we have to choose? Véase ref. 37, cap. 14.
45) Kenneth R. Miller. The flagellum unspun: the collapse of “irreductible complexity”. Publicado en: Debating Design. Véase ref. 3.
46) Michael J. Behe. Irreducible complexity: Obstacle to Darwinian evolution. Publicado en: Debating Design. Véase ref. 3, p. 359.
47) Un refinamiento de esta postura consiste en la propuesta de que una vez que varios complejos han sido reclutados, algunas partes que ya no son necesarias para la nueva entidad podrían desaparecer, de forma que la nueva entidad no pudiese ya funcionar si una o varias partes se eliminan. Esto se ha comparado con la construcción de un puente gracias a un andamiaje que se elimina una vez terminado. Para una discusión sobre la evolución del flagelo puede consultarse Mark J. Pallen y Nicholas J. Matzke. 2006. From The Origin of Species to the origin of bacterial flagella. Nature Reviews Microbiology 4:784-790. Disponible en: http://home.planet.nl/~gkorthof/pdf/Pallen_Matzke.pdf. También Nicholas J. Matzke. 2003. Evolution in (Brownian) space: a model for the origin of the bacterial flagellum. Disponible en: http://www.talkdesign.org/faqs/flagellum.html.
48) Francisco J. Ayala. Darwin and Intelligent Design. Fortress Press, Minneapolis, 2006, p. 84. Denis Alexander dice básicamente lo mismo: “Si calculamos las posibilidades de un módulo conteniendo, por ejemplo, treinta componentes autoensamblándose por azar, entonces obviamente éste es un evento con una probabilidad infinitesimalmente pequeña. Pero esto es luchar contra molinos de viento. Ningún científico cree que esta sea la forma cómo funciona la evolución. En su lugar, la evolución funciona escalonadamente, cada componente o submódulo apropiado, como hemos visto en el caso del flagelo, es añadido en etapas, recibiendo el organismo en cuestión alguna ventaja selectiva en cada etapa.” Denis R. Alexander. Creation or evolution – do we have to choose? Véase ref. 37, cap. 14.
49) Francisco J. Ayala. Véase ref. 48, p. 65.
50) Francisco J. Ayala. Véase ref. 48, y, específicamente sobre el diseño de los ojos, véase Ian Musgrave. Denton vs Squid; the eye as suboptimal design. 2006. Disponible en: http://pandasthumb.org/archives/2006/11/denton-vs-squid.htl.
51) “Si se puede mostrar que los mecanismos materiales conocidos son incapaces de explicar un fenómeno, entonces queda abierta la pregunta de si habrá algún mecanismo capaz de explicarlo. Aún más, si hay buenas razones para afirmar la complejidad especificada de ciertos sistemas biológicos, entonces puede afirmarse que hay diseño en la biología.” William A. Dembski, The logical underpinnings of intelligent design. Publicado en: Debating Design. Véase ref. 3, p. 322, 323.
52) Idem, p. 323, 324.
53) Denis R. Alexander. Creation or evolution – do we have to choose? Véase ref. 37, cap. 15.
54) William A. Dembski, The logical underpinnings of intelligent design. Publicado en: Debating Design. Véase ref. 3, p. 326.
55) En el juicio de Dover, Behe consideró insuficientes “cincuenta y ocho artículos científicos, nueve libros y varios capítulos en varios libros de texto de inmunología sobre la evolución del sistema inmunológico.” Tammy Kitzmiller, et al. v. Dover Area School District, et al. Véase ref. 34, p. 78.
56) Michael J. Behe. Darwin´s black box. Véase ref. 27, p. 223.
57) Francisco J. Ayala. Véase ref. 48, p. 86.
58) De hecho, el que la búsqueda de vida extraterrestre del SETI (siglas en inglés del proyecto Search for extra terrrestrial intelligence, http://www.seti.org) tenga sentido se debe a asumir que se trata de vida hasta cierto punto afín a nosotros. Esta búsqueda de señales inteligentes extra-terrestres fue objeto de la famosa película Contact.
59) William A. Dembski, What every theologian should know about creation, evolution, and design. Véase ref. 35.
60) William A. Dembski, The logical underpinnings of intelligent design. Publicado en: Debating Design. Véase ref. 3, p. 329.
61) “Meyer [en su “Scientific Tenets of Faith”, 1986] comete el mismo error de imprecisión que Johnson más tarde sobre este punto, al no distinguir el naturalismo metafísico del metodológico. El pri-mero sostiene que el mundo es un sistema cerrado de causas físicas y que no existe nada más. […] La ciencia sostiene el naturalismo, de forma más modesta, solamente en el sentido metodológico –esto es, no permitiéndose a sí misma apelar a milagros u otras intervenciones sobrenaturales que podrían violar regularidades causales naturales- y permanece neutral en relación a las posibilidades metafísicas.” Robert T. Pennock. DNA by design? Publicado en: Debating Design. Véase ref. 3, p. 133, 134.
Denis Alexander, aunque comparte la idea del “naturalismo metodológico”, prefiere no usar esa terminología por sus connotaciones ateas: “Por la misma razón yo no usaría el término ´naturalismo metodológico´ para referirme a lo que los científicos hacen en su investigación científica, con independencia de sus propias creencias personales. La idea de fondo detrás de esa terminología es que el científico no invoca a Dios como una explicación en el día a día de su investigación científica, por todas las buenas razones teológicas ya expuestas. La idea está bien, es simplemente la terminología lo que resulta un tanto innecesario, porque de nuevo la implicación tácita es que el cristiano deja su fe en Dios tras la puerta del laboratorio, cuando lo que ocurre es precisamente lo contrario. Por lo tanto, sugeriría simplemente eliminar el término ´naturalismo metodológico´ por ser engañoso en este contexto. ¿Por qué no hablar simplemente de ´explicaciones científicas´? – eso sirve igual de bien y mantiene la neutralidad respecto a la visión del mundo del científico implicado en dar las expli-caciones.” Denis R. Alexander. Creation or evolution – do we have to choose? Véase ref. 37, cap. 8.
62) Michael J. Behe. Darwin´s black box. Véase ref. 27, p. 205, 206.
63) “Si una estructura biológica se puede explicar en términos de leyes naturales, entonces no podemos concluir que fue diseñado.” Idem., p. 203.
64) Jn. 1:3; 1 Co. 8:6.
65) Francis Collins. The language of God. Simon & Schuster, London, 2007, p. 194, 195.
66) Hb. 11:3.
67) Charles Dessain and Thomas Gornall (eds.). The Letters and Diaries of John Henry Newman Clarendon Press, Oxford, 1973, vol. 25, p. 97.
68) Angus Menuge. Who´s afraid of ID? Publicado en: Debating Design. Véase ref. 3, p. 48.
69) Denis R. Alexander Is intelligent design biblical? Disponible en: http://www.cis.org.uk/assets/files/Resources/Articles/Article-Archive/EN_IDarticle.pdf (una versión resumida de este artículo fue publicada en Evangelicals Now, Noviembre 2005, p. 18; disponible en http://uk.life.crossmap.com/article/is.intelligent.design.biblical.with.deep.reservations/31.htm).




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