La trayectoria de Switchfoot ha estado marcada por la lucha incómoda que muchos otros músicos cristianos han preferido no empezar. Siempre han buscado horizontes más allá de lo que en Estados Unidos llaman el “mercado cristiano”. Al igual que otra banda con mucha experiencia en esto (P.O.D.), los californianos han querido hacer todo lo posible para salirse del mal llamado “género cristiano”, en el que desde hace ya décadas han quedado encuadrados muchos músicos.
“Llamarnos rock cristiano es meternos en una caja que excluye a mucha gente, la música siempre ha abierto nuestra mente, y eso es lo que queremos” explican, ya que “para nosotros, nuestra fe no es un género musical”. De aquí que Switchfoot se enfrentara a la importante discográfica cristiana con la que tiene contrato,
Sparrow Records, que distribuye sólo en tiendas y librerías explícitamente cristianas. Y de aquí, también, la decisión de firmar otro contrato con la poderosa
Columbia, que ha distribuido sus últimos discos, por fin, al
mainstream.
Como explica la
mini-biografía en su web, el primer disco salió tan sólo una semana después que el componente más joven del grupo se graduara en High School.
Legend of a Chin (1997) y
New way to be Human (1999)
no aspiraban a más que hacerse un huequecito en la escena del pop-rock independiente. Pero de golpe, en 2002, se acabó la música en la sombra. Habían recibido la oportunidad de escribir la canción principal de la película A walk to remember (
Un paseo para recordar), una pieza que iba a ser interpretada por la protagonista en un momento clave del film. El impacto de la historia romántica fue enorme entre adolescentes y no tan adolescentes tanto en Estados Unidos como en Europa, y de pronto muchos teenagers se empezaban a preguntar quién había escrito la dramática “
Only Hope”.
Con este precedente llegaba el gran éxito de Switchfoot con Beautiful Letdown (2003), un disco excepcional, que una vez más recibió un empuje comercial muy importante, esta vez por incluirse el single “
Meant to live” en la banda sonora de
Spiderman. El sonido del grupo había evolucionado hacia un rock consistente a base de riffs de guitarra muy convincentes, una original utilización de los sintetizadores y una producción musical de alto nivel. Creaban un sonido propio, apoyado en melodías que realmente ofrecían algo nuevo. Destacan de este disco la contundente balada “
Dare you to move”, o la preciosista “Twenty-four”. Vendía más de dos millones y medio de discos.
En 2005, Switchfoot sacaba Nothing is Sound, esta vez con un sonido más post-grunge, con guitarras por doquier y con ritmos acelerados. Empezaron muy alto
en las listas, llegando a colarse en el número 3 de
Billboard, aunque sin llegar a vender ni la mitad de los discos del anterior álbum. Esta vez, los problemas no los tuvieron con su discográfica cristiana, sino con la todopoderosa Sony BMG, cuando Tim Foreman (el bajista del grupo) criticó duramente el nuevo sistema antipirateo que incluía el disco e incluso animó a sus fans a copiar la música, siempre que no fuera con fines comerciales. Más allá de la polémica, el disco combinaba canciones más irregulares (es verdad, alguna hay) con grandes temas como la trepidante “
Politicians” y su crítica a la hipocresía, o “Easier than love”, una canción que da donde duele con frases como “todo el mundo se ha convertido en un romántico total desde que el amor se ha convertido en un
kissing show”.
Switchfoot rebajaba el tempo un año después, en 2006, con Oh! Gravity, un disco más maduro, manteniendo canciones fácilmente escuchables como “American Dream” (una inspiradora crítica al materialismo), pero también temas menos comerciales, más rebuscados, como “Faust, Midas and Myself” o la melancólica “
Let your love be strong”. El magazine estadounidense
Alt Press definía el disco como el portador del “sonido de
querer alcanzar la luna con grandes ideas”. Rolling Stone, en cambio, valoraba éste último trabajo con un 4/10.
Ya en este 2008, Switchfoot ha vuelto a lo que parece que es su especialidad, las bandas sonoras. Esta vez en Narnia: Prince Caspian, con la canción “This is home”.
Con su trayectoria, el grupo ha abierto el camino a muchas bandas de inspiración cristiana para ser relevantes no sólo en el público que va a una iglesia cada domingo, sino también para el resto de la sociedad. El ideal de llegar a todo tipo de gente, sin que la fe sea un impedimento (de hecho, en realidad se trata de todo lo contrario, no?) ha sido uno de los estandartes del grupo. Y gracias en gran parte a su trabajo, otras bandas formadas por cristianos están ahora triunfando en grandes radios y televisiones musicales: es el caso de Flyleaf o Paramore, por ejemplo.
Pero el impacto más destacable de Switchfoot son las letras de sus canciones. Merecen un análisis aparte. Entraremos a analizarlas en la segunda parte de este artículo, en 15 días. En esta misma columna.
Escrito por: Joel Forster
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