Fue un 24 de julio de 1981 cuando el líder de la pujante iglesia evangélica tzotzil ya no pudo escapar de sus perseguidores. Una vez ya en Chamula sus captores lo torturaron brutalmente, le arrancaron el cuero cabelludo, le desollaron el rostro, le extirparon un ojo, le arrancaron la lengua y la nariz
. Después se lo llevaron al monte, ahí lo colgaron de un árbol. Sus hermanos evangélicos, que lo buscaban desde el primer momento que supieron de su secuestro, encontraron a Miguel
Caxlán inerte, el vaivén del viento movía su cuerpo. Los diarios locales de la época cubrieron profusamente el hecho, que llamó la atención de los habitantes de San Cristóbal de Las Casas, la antigua capital de Chiapas que los colonizadores españoles rebautizaron en el siglo XVI, pero que los indígenas siguieron llamando Jovel.
Miguel Gómez Hernández nació en 1912, afirma el único investigador que realizó una biografía del personaje.(1) Vio la luz en un paraje cercano a San Juan Chamula, en Yalhuacash.(2) A diferencia de la fecha consignada por Gossen, una copia certificada del acta de nacimiento, datada el 16 de noviembre de 1973, consigna que Miguel Gómez Hernández nace en casa de sus padres, “a las veinte horas del día 29 veintinueve de septiembre de 1919”. El registro del niño lo hacen sus progenitores, Miguel Gómez Chacojchú de 23 años y Sebastiana Hernández Gómez de 21, “siendo las 10 dies (sic) horas del día 20 veinte de octubre de 1919”.
A las pocas semanas de su nacimiento Miguel Gómez Hernández queda huérfano. Primero muere su madre, por complicaciones de parto e influenza. Después le sigue su padre, quien perece por influenza. El niño es adoptado por un tío paterno. A los ocho años de edad queda como internado en la única escuela del municipio, en San Juan Chamula. Demuestra sus capacidades de aprendizaje en distintas materias, entre ellas español. Dos años después de iniciados sus estudios, y debido a su alto aprovechamiento es designado abanderado de la escuela. En una visita de un funcionario federal de educación, éste le obsequia al sobresaliente estudiante camisa, pantalón, zapatos y calcetines, que el niño Miguel comienza a utilizar en lugar de la vestimenta chamula tradicional. Parece que “él fue el primer chamula en vestir ropas europeas en la comunidad. Por lo que fue llamado Miguel
Caxlán”,(3) es decir, Miguel el ladino.
A los trece años de edad Miguel Gómez prosigue sus estudios en la escuela gubernamental de Cerro Hueco, cerca de la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez. Al centro educativo asisten indígenas de distintas partes del estado, y el español es la lengua franca. Ahí convive con una realidad multiétnica y comienza a experimentar inquietudes nuevas. Conoce a una joven originaria de Rincón Chamula, comunidad en su mayor parte originada por los exiliados de San Juan Chamula a consecuencias del movimiento político y religioso conocido como la “Rebelión de Pajarito”.
El levantamiento, en una apretada síntesis, tiene como antecedente un acontecimiento nacional. El 25 de mayo de 1911 el dictador Porfirio Díaz renuncia a la presidencia de México, tan sólo dos días después el gobernador de Chiapas, Ramón Rabasa cede su puesto a Manuel de Trejo. Aquel aduce que su acción es con el fin de permitir que Chiapas tenga “la libertad de designar un nuevo gobernador”.(4) A partir de entonces los liderazgos políticos de San Cristóbal de Las Casas se organizan para enfrentar a sus similares de Tuxtla Gutiérrez. Unos y otros tienen sus favoritos. De Trejo tiene un breve paso por la gubernatura, hacia finales de junio los legisladores chiapanecos nombran como gobernador a Reinaldo Gordillo León, cercano a Ramón Rabasa. A principios de julio los coletos se inconforman y se pronuncian a favor de Manuel Pineda como gobernador interino y se declaran en rebelión.(5) Los autonombrados “Hijos de Tuxtla” se organizan para combatir a los insurrectos.
Los hombres fuertes de la región sancristobalense, Juan Espinosa Torres y Manuel Pineda, se levantan en armas en septiembre. Tienen en su favor la aprobación del obispo de San Cristóbal, Francisco Orozco y Jiménez. Para contar con más integrantes entre sus filas, los líderes coletos buscan el apoyo de los indígenas, a quienes mediante uno de sus dirigentes, el “ex sargento federal y cacique tzotzil”(6) Jacinto Pérez, popularmente conocido como
Pajarito, les prometen concederles tierras y exentarlos de los onerosos impuestos. El ejército indígena estaba compuesto por varios miles, mayormente chamulas. A fines de septiembre los rebeldes alteños logran hacerse de Chiapa de Corzo, en las cercanías de Tuxtla. Además ya tenían bajo su control las poblaciones de Los Altos de Chiapas; pero fracasan en su intento de obtener apoyo por parte del presidente municipal de Comitán, Belisario Domínguez.
La contraofensiva federal y de fuerzas tuxtlecas barre el 8 de octubre con las mal armadas tropas rebeldes. En los cuatro días siguientes recuperan prácticamente todos los pueblos importantes controlados por los coletos y sus aliados. “Durante una incursión los ´Hijos de Tuxtla´ capturaron diez soldados chamulas y les cortaron las orejas como ejemplo de lo que puede pasar cuando los indios se enfrentan a ladinos”.(7)
Valga la remembranza de la “Rebelión de Pajarito”, para comprender mejor el hecho de que Miguel
Caxlán tiene su primer matrimonio, a la edad de quince años, con una muchacha de Rincón Chamula, que, como ya dijimos, es un poblado cuyo origen se debe a los exiliados del movimiento rebelde encabezado por el indígena chamula Jacinto Pérez. De alguna manera Miguel Gómez Hernández percibe, al vivir, en Rincón Chamula, la tragedia de los indígenas exiliados por su desigual enfrentamiento con los mestizos y criollos.
Con apenas diecisiete años de edad, Miguel toma la decisión de abandonar a su esposa y continuar sus estudios. Consigue apoyos de las autoridades estatales para emprender un viaje a la ciudad de México. El viaje lo realiza por tren, sale de Arriaga, Chiapas a la capital del país. Sin duda que la experiencia de ese primer viaje a un lugar completamente distinto de su poblado de origen, al igual que de Tuxtla Gutiérrez, deja en Gómez Hernández impresiones y experiencias que le hacen receptivo a distintas formas de pensar y vivir la vida.
No poseemos información clara acerca del lugar donde Miguel
Caxlán prosigue sus estudios en la capital mexicana. Lo que existe es alguna referencia(8) a que en sus días en el Distrito Federal, el indígena tzotzil queda cautivado por su descubrimiento de la Constitución de 1917, ya que el documento producto de la Revolución mexicana “establece la promesa de justicia social para todos los mexicanos, particularmente los pobres, los marginados y los oprimidos”. A la par de su hallazgo constitucional, Miguel Gómez padece actos discriminatorios en la gran ciudad, lo que le reconfirma que el racismo es un mal extendido más allá de San Cristóbal de Las Casas.
Tras dos años en la ciudad de México Miguel retorna a San Juan Chamula. Pero esta parte de su vida la veremos la próxima semana
1) Gary H. Gossen, “Life, death, and apotheosis of a chamula protestant leader: biography as social history”, en Victoria Bricker y Gary Gossen, Etnographic Encounters in Southern Mesoamerica: Essays in Honor of Evon Zartman Vogt, Austin, University of Texas Press, 1989, pp. 217-229.
2) Gossen escribe el nombre del poblado con una grafía más fiel al tzotzil: Ya´al Vakax, Ibid., p. 219.
3) Ibid., p. 220. Caxlanes es la “castellanización del término kaxlanetik que utilizan los indígenas para designar a quienes no lo son. Este es a su vez una deformación del gentilicio castellanos”, Juan Pedro Viqueira, Encrucijadas chiapanecas: economía, religión e identidades, México, El Colegio de México-Tusquets Editores, 2002, p. 371.
4) Citado por Thomas Benjamin, Chiapas: tierra rica, pueblo pobre. Historia política y social, México, Editorial Grijalbo, 1995, p. 125.
5) Emilio Zebadúa, Breve historia de Chiapas, México, El Colegio de México-Fondo de Cultura Económica, 1999, p. 134.
6) Ibid., p. 135.
7) Thomas Benjamin, Op. cit., p. 132.
8) Gossen, Op. cit., p. 221.
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