Como se trataba de analizar el tópico desde el abanico protestante/evangélico, la parte inicial del evento estuvo dedicada a las presentaciones bíblicas teológicas. Las mismas estuvieron a cargo de dos teólogos biculturales. El doctor
Daniel Carroll-Rodas, americano-guatemalteco, desarrolló el tema
Perspectivas bíblicas sobre el indocumentado: la Ley en el Antiguo Testamento. Su participación fue un apretado resumen de un libro suyo que está por salir al público:
Christians at the Border: Immigration, the Church, and the Bible (Baker Academic Press). Puso énfasis en que hay líneas veterotestamentarias que demandaban de los líderes y pueblo del Señor trato justo a los extranjeros, porque ellos mismos fueron en su historia peregrinos y cautivos.
La otra ponencia que enmarcó bíblicamente el tema fue la del doctor
Carlos Van Engen, mexicano-americano, profesor de misionología en el Fuller Theological Seminary y prolífico autor de varios libros tanto en inglés como en castellano (entre éstos
El pueblo misionero de Dios, Libros Desafío). De inicio hizo una confesión sobre desde dónde hablaba del asunto: “En Los Ángeles todos somos inmigrantes y/o descendientes de inmigrantes. Yo soy un ejemplo de este fenómeno. Mis abuelos inmigraron de jóvenes, con sus padres, de Holanda al centro de los EE. UU., a los estados de Nebraska y Iowa. Luego mis padres emigraron a Chiapas, México. Y yo he emigrado de México a Los Ángeles. Yo soy inmigrante y descendiente de inmigrantes que en nuestra historia representamos por lo menos tres culturas y tres idiomas”. Subrayó cómo el Señor tuvo como instrumentos suyos, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, a extranjeros, advenedizos y refugiados. Hizo un llamado a concebir la inmigración, legal e ilegal, como una oportunidad para las iglesias protestantes/evangélicas antes que una amenaza indeseable.
Oscar García-Johnson realizó una exposición plenaria (
Las iglesias latinas y el “nuevo” denominacionalismo estadounidense: una perspectiva glocal). Explicó que las comunidades eclesiales de inmigrantes en Estados Unidos llevan en su seno la
glocalidad, es decir, tienen características locales en un mundo global. Enfatizo que “desde sus comienzos el cristianismo ha sido un fenómeno sociocultural diverso, complejo y emergente… la variedad, lo emergente, lo ambiguo, lo multifacético no son características impuestas al cristianismo de hoy a causa de una nueva era que nos prescribe nuevas gafas metafísicas con talante posmoderno, poscolonial, transnacional y globalizante”. La realidad del creciente flujo de inmigrantes que engrosan las iglesias protestantes/evangélicas en Estados Unidos, sea porque ya eran evangélicos antes de emigrar o porque se convierten allá, es un hecho que representa retos para las denominaciones, históricas y de nuevo cuño, y exige de ellas claridad de miras: “Anticipamos que el denominacionalismo histórico estadounidense como tal sufrirá modificaciones significativas en las próximas décadas, ya sea por la fuerza y visionaria de líderes futuristas o por las corrientes turbulentas del cambio contextual”.
La voz de las mujeres al conjunto de los asistentes se hizo escuchar en la participación de
Elizabeth Conde-Frazier, teóloga docente en Claremont School of Theology, pastora ordenada por la denominación American Baptist. Inició su participación con una pregunta, magnífico recurso pedagógico para llamar la atención de la audiencia: “¿Qué ocurre con la mujer cuando ella emigra?”. Si para todo emigrante que llega a su nuevo destino ello significa, como lo dijo la doctora Conde-Frazier, “un golpe al orden de la vida según lo conocíamos”, para las mujeres el proceso es todavía más tortuoso. Con todo, las inmigrantes latinoamericanas rehacen sus vidas conservando partes de sus tradiciones pero también incorporando elementos de su nueva realidad. Concluyó con palabras de esperanza, al considerar que “el aparente caos de la emigración da lugar a una resurrección”.
Además de las conferencias plenarias, brevemente descritas en este espacio, los asistentes se repartieron entre varios talleres. Éstos tenían el objetivo de dar herramientas para el servicio de los inmigrantes que son parte de las iglesias. Fue así que tres expositoras conjuntaron sus conocimientos y experiencias para impartir el taller
La mujer hispana/latina llamada a predicar en el contexto multicultural de los Estados Unidos de Norteamérica. Las docentes fueron
Margarita R. Reyes,
Margarita Flores y
Liliana Castañeda, las dos primeras mexicanas y la tercera peruana, todas ellas estudiantes en el Seminario Teológico Fuller.
Juan Francisco Martínez Guerra, mexico-americano, director del Departamento Hispano de Fuller, tuvo a su cargo el tema
Aculturación y la Iglesia evangélica latina en los Estados Unidos. Sentó su premisa al definir aculturación “como la adaptación cultural que hacen los latinos en los Estados Unidos para funcionar en su nuevo contexto, sin necesariamente dejar atrás costumbres anteriores, más bien creando una nueva subcultura”.
En una interesante lectura, que le ha llevado a una práctica pastoral, de una porción del Nuevo Testamento,
Emilio Antonio Núñez dirigió el taller
Ministrando a personas sin permiso oficial de permanencia en los EE. UU. Interpretando Romanos 13:1-7 en un contexto política y teológicamente conservador. Enfocó su crítica a la interpretación conservadora, desde la que “algunos consideran Romanos 13:1-7 el principio más importante para llevar a cabo el ministerio hacia las personas que se encuentran sin permiso oficial o visa para permanecer en este país. Según este punto de vista, la aplicación que se le debe dar a esta exhortación paulina, en cuanto a las personas sin documentos migratorios, es que deben recibir sólo cierta ayuda e instrucción y
no se les debe dar privilegios de servir en la iglesia”. Para el tallerista hay que desechar términos estigmatizadores, no son “extranjeros ilegales” sino seres humanos para ser servidos. Al interpretar Romanos 13:1-7 en el contexto amplio de la Biblia, Núñez concluyó: “Las cosas del Reino superan a las cosas terrenales, nuestra obediencia y lealtad la debemos primero al Rey del reino. Y no podemos poner el estatus ´legal´ o ´ilegal´ de una persona como requisito para ministrarle o recibir ministerio de ella a nosotros. Dios es el Señor de la historia, de las naciones y de la tierra. Finalmente, Dios me ha dado el mandato de apacentar y pastorear las ovejas. No puedo excluir a ninguna oveja bajo mi responsabilidad”.
Hubo otras intervenciones al pleno, como el caso de la mesa redonda
El indocumentado y las denominaciones estadounidenses, en la que participaron líderes de habla hispana con distintos cargos en diversas iglesias evangélicas/protestantes. Con el fin de compartir algo de lo que se estaba desarrollando en la Consulta con el público angloparlante, se organizó el panel
Missional Perspectives from Latin America. Participaron la presidenta de la Fraternidad Teológica Latinoamericana,
Ruth Padilla DeBorst,
Tito Paredes, ex secretario general del mismo organismo y
Lindy Scott, integrante de la directiva de la FTL, teólogo e incansable promotor de libros y revistas publicadas por la Fraternidad.
Particularmente enriquecedor resultó el intercambio personal y grupal con la diáspora latinoamericana que se dio cita para participar en la Consulta. Intensas conversaciones, gozosas bromas, encuentros con queridos hermanos y amigos, nuevas amistades y, por supuesto, charlas de sobremesa terminaron por redondear los dos intensos días en que se desarrolló el encuentro.
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