La anorexia, patología que padece un 0,5% de la población española, provoca más suicidios que muertes entre el conjunto de personas enfermas con anorexia. El 95% de estos suicidios son mujeres. La edad de riesgo sigue siendo la adolescencia, aunque está aumentando entre el género masculino, y va bajando la edad hasta la preadolescencia.
Es una de las enfermedades que se ha convertido en algo más que un problema sanitario, y propia de países ricos, lo que pone en evidencia, una vez más, las profundas contradicciones de nuestra sociedad. En países pobres mueren de hambre por falta de alimentos y en los países de “bienestar social” mueren de hambre por sobreabundancia de todas las cosas.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha clasificado la anorexia y la bulimia como trastornos mentales y del comportamiento. Estamos ante un fenómeno no sólo sanitario, sino social, cultural, y añadiría yo
espiritual.
El origen de esta enfermedad física es psicológico, en el sentido más etimológico de la palabra (“psique”, alma); está en la mente, o en el corazón o en el alma
. Las causas por las que se origina coinciden muchas veces con lo que vamos a llamar la anorexia espiritual, que es el tema en el que vamos a centrarnos en adelante.
Vamos en primer lugar a ver aquellos factores que según nuestro análisis están influyendo para provocar esta enfermedad en sus dimensiones o variantes física y espiritual. A lo largo de esta serie de artículos en relación con la anorexia espiritual veremos los factores socioculturales, los factores de tipo psicológico y espiritual; y por último los factores espirituales necesarios para tener una buena alimentación y por lo tanbto una vida espirtual sana.
DIMENSIÓN CORPORAL Y ESPIRITUAL
Los psicólogos dirían que el ser humano se divide en cuerpo y mente. Pero si vamos a la Biblia, en el A.T. encontramos términos como corazón (lebab), alma (napas) y mente. Estas tres partes se solapan en su significado.
Las tres son el asiento de nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestros valores más profundos, nuestra voluntad. En el N.T., en lenguaje paulino, la división tripartita del hombre es una de las más utilizadas: cuerpo// mente-alma-corazón// y espíritu.
Es decir, que con algún matiz diferente, en el ser humano “no material” se solapan en su significado “mente”, “alma” y “corazón”, pero se distinguen del término “espíritu”. Pablo hace esta distinción: el espíritu del hombre cobra vida cuando el Espíritu Santo viene a morar en él. Dice
Efesios 2:1 que hasta ese momento
“estamos muertos en nuestros delitos y pecados” .
Esta dimensión “inmaterial” (alma, corazón, mente// espíritu) es la que nos distingue de los animales: hace que tengamos conocimiento intelectual, lenguaje simbólico y articulado, la libertad, el progreso, el arte, la ética y la dimensión religiosa.
Esta dimensión, igual que nuestro cuerpo, necesita alimento: la lectura alimenta, una película, el arte, la música, un paisaje; las relaciones de amistad, los afectos, las relaciones sexuales cuando hay algo más que placer... son todas fuentes de nutrición para nuestro ser inmaterial.
Pero el espíritu se alimenta de Dios mismo. El es la fuente de todo alimento.Todo esto se traduce para un cristiano en
“Andar en el Espíritu”, (
Gá.5:16)
“Vivir por el Espíritu” (
Gá.5:25);
“ocuparse del Espíritu” (
Ro.8:6):
el Reino de Dios no es comida ni bebida, sino amor gozo, paz…
Buscad mi rostro… Buscadme y viviréis, buscadme y vivirá vuestra alma. (Am. 5:4)
“Yo soy la vid verdadera, vosotros los pámpanos. El que en mí no permance se secará”. El que permanece en mí y yo en él éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer". (Jn.15)
Jesús dice claramente que el que no se alimenta de Él, la vid verdadera, termina secándose, es decir, anoréxico espiritualmente hablando.
“Yo soy el pan de vida”, si alguno come de este pan vivirá para siempre. Mi carne es verdadra comida y mi sangte verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vivirá eternamente” “Las palabras que yo he hablado son espíritu y son vida” (Jn.6)
Ahora bien, el alimentar nuestro espíritu correctamente, es decisión nuestra y libre. Igual que alimentar nuestro cuerpo correctamente, sanamente es decisión libre y voluntaria.
¿Qué prioridades marcan nuestras decisiones en la vida?
Nuestros valores, nuestras prioridades son las que van a determinar nuestras decisiones en la vida. Las prioridades o valores son aquellas cosas por las que dirigimos nuestra vida, aquellas cosas que marcan nuestras elecciones, actos, nuestro comportamiento.
Igual que en la anorexia física la causa u origen principal son los valores o prioridades en la vida, ocurre exactamente lo mismo con la espiritual.
Si en mi vida Dios es importante, haré una serie de elecciones renunciando a otras, si mi familia es importante, haré otra serie de elecciones, privándome de otras.
De todo ello hablaremos en los siguientes artículos de esta serie sobre “Anorexia espiritual”.
MULTIMEDIA
Pueden escuchar o descargar aquí una entrevista de Esperanza Suárez a Asun Quintana en audio sobre este mismo tema de la “Anorexia espiritual” (audio de 6 Mb)
Si quieres comentar o