El mundo transformado

Un guía ha accedido a llevarme a dar una vuelta por esta ciudad, que dejé atrás en la carretera entre Providence y Boston con la promesa de volver a visitarla. Estamos sobre uno de los asentamientos europeos más antiguos de la época de colonización (1620 d.C.), y en uno de los puertos principales, donde seguramente el famoso John Rolfe desembarcó ganado, tabaco y otras plantas europeas a cambio de maíz y calabazas.

Ante nuestros ojos, un faro blanco enorme intenta conservar en su construcción el estilo de las casas que los colonos levantaban. Es en este punto donde el guía me explica lo de las lombrices.

Rolfe, el marido de Pocahontas, trajo en uno de sus viajes dos ejemplares de lombriz que antes no existían aquí: la lombriz de tierra, y la roja. Los colonos de Plymouth habían descubierto que si se introducían estas especies, con una rapidez envidiable, se desvanecían los desechos de hojas y de árboles muertos. Los árboles necesitan los nutrientes de esos desechos, para hundir sus raíces en la tierra.

Los efectos de las lombrices no se notaron al principio, pues no se desplazan por sus propios medios, pero tras unos años se notaron los bosques secos y yermos. Sin embargo, la tierra se transformó para que pudieran germinar nuevas especies importadas desde Europa. Las abejas transportaron el polen de un lado a otro, y la reproducción se incrementó eficazmente. La naturaleza cambió, y con ella, la vida.

El guía dice que cuando los “peregrinos” (predecesores de la comunidad amish en sus doctrinas de austeridad, amor por el trabajo y la familia) arribaron, esta tierra era “más viuda que virgen”. Que la abundante cosecha del maíz fue consecuencia de las muertes por las epidemias – como la malaria – de los indios wampanoag. No lo sé. No estuve allí. Pero me parece creíble que todo dependiera de los seres vivos más insignificantes. Tenemos más que ver con ellos de lo que imaginamos.

Dato curioso: cerca de Plymouth hay otro asentamiento británico que se llama Newport, como el lugar donde nací. Allí me dirijo para investigar un poco más sobre los colonos, y lo que trajeron desde Europa.